Activistas de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas de Santander han irrumpido este miércoles por la mañana en las oficinas centrales del Banco Santander en el Paseo Pereda de la capital, para negociar casos de desahucios pendientes de resolución.

Al final, y tras algunos momentos de incertidumbre, consiguieron su objetivo: que el Banco se aviniera a negociar con ellos varios casos de desahucio que afectan a esta entidad.

No les resultó fácil: inicialmente el banco no quería recibirles, al contrario que la primera vez que acudieron, a las mismas dependencias de la entidad, siendo recibidos por el director.

En este caso, el responsable de seguridad, visiblemente irritado, pidió a la Policía que les desalojaran.

Agentes antidisturbios acudieron allí, y, en cuanto se tramitó la notificación del desalojo, los miembros de la PAH procedieron a marcharse, pero con el compromiso de responsables del Banco Santander de reunirse a partir de la semana que viene.

La PAH se marchó, pero avisando de que regresarán si ese compromiso no se cumple.

Estuvieron dentro algo más de una hora, coreando el lema que guía a la PAH («Sí se puede») y advirtiendo de que «Si no hay dación (en pago), habrá ocupación».

En el grupo, de una treintena de activistas, estaban dos afectados de casos de desahucios con el Banco, que reclaman que se les conceda la dación el pago, ante los problemas que están experimentado para pagar la hipoteca.

Mientras, fuera les esperaban activistas de la PAH de Torrelavega (más prudentes en las protestas después de la experiencia de las sanciones por el escrache al alcalde Ildefonso Calderón), acompañados de los trabajadores de Konecta (Golden Line, que se trasladará a Valladolid, y entre cuyos inversores se encuentra precisamente el Banco Santander).

Dentro de la oficina se encontraba también un ciudadano argentino, que había acudido al Santander a cancelar su cuenta, a la que tenía asociadas su nómina y las domiciliaciones de varios recibos, debido, tal y como explicó entre aplausos a los miembros de la PAH a la salida, a la política del Banco con los desahucios y con la venta de armamento.