El activista e integrante de Izquierda Unida en Cantabria, Sergio Tamayo, embarcará en la Flotilla de la Libertad en su parada en Santander con el fin de combatir el aislamiento marítimo de Gaza, tratando de llevar ayuda humanitaria a Palestina frente al genocidio israelí.

Sergio Tamayo es un histórico militante y activista cántabro, responsable de Movimientos Sociales dentro de la dirección de Izquierda Unida en Cantabria. Ha sido trabajador ferroviario, miembro de CGT e Interpueblos y ha participado como brigadista en Nicaragua, El Salvador, Cuba, el Sáhara, Kurdistán, con los zapatistas de México y Palestina.

Este fin de semana llega a Cantabria el Handala, el barco de la Flotilla de la Libertad que recorrerá distintos puertos europeos, siendo el de Santander el primero por el que pasará en España, hasta llegar a Gaza. En cada destino embarcan en la nave activistas y militantes, que suman así voces de cada territorio en denuncia de la actitud de la comunidad internacional ante el genocidio y la crisis humanitaria provocada por Israel. En Cantabria, subirán al Handala Sergio Tamayo, que navegará hasta el Puerto de La Coruña, además de la enfermera cántabra Ángeles Cabria, que llegará hasta Gaza.

Durante su paso por Cantabria, distintas organizaciones sociales y políticas cántabras han organizado actos para arropar al Handala: desde el recibimiento a las cuatro de la tarde este mismo sábado, y una posterior fiesta en el Bolero; hasta una manifestación este domingo a las 12.00 horas desde Puertochico al Ayuntamiento, pasando por una mesa redonda el lunes a las 19.00 horas en el instituto Santa Clara.
Sergio Tamayo ha señalado que se trata de denunciar el genocidio que está produciendo Israel, pero también el “silencio y complicidad” de los gobiernos occidentales y Estados Unidos.

Desde IU han mostrado su orgullo por “el trabajo incansable durante años de nuestro compañero Sergio Tamayo por la lucha internacionalista”, y han recordado que “la defensa de las causas sociales, medioambiental o feministas y la defensa de la clase trabajadora son la seña de identidad de Izquierda Unida”, además de apelar al “corazón internacionalista” que “no distingue de países a la hora de luchar”, frente a la “ola de odio, xenofobia y racismo”.