El descenso en la construcción no alivia la presión sobre la costa cántabra
El frenazo en la construcción no ha aliviado la presión urbanística sobre la costa cántabra, que, en estos momentos, sólo tiene protección efectiva frente al ladrillo en un 21%, mientras que un 17% sigue está en alerta roja por la nueva Ley de Costas..
Esto es, únicamente la quinta parte del litoral de Cantabria está a salvo de la construcción.según refleja el informe ‘Destrucción a toda costa’, que presenta cada año la organización ecologista Greenpeace, que refleja que, pese a todo, Cantabria es la segunda comunidad que menos costa ha destruido.
Pero es que además, un 17% corre peligro directo como consecuencia de la permisividad de la nueva Ley de Costas –paradójicamente, reformada en buena parte por iniciativa de la comunidad autónoma–.
Marina de Cudeyo, Ribamontán al Mar, Miengo, San Vicente de la Barquera y Santa Cruz de Bezana tienen el dudoso honor de encabezar el ranking de los municipios que más rápido han destruido su patrimonio natural durante los años de burbuja inmobiliaria.
NUEVOS RIESGOS
Además, Greenpeace denuncia que la nueva Ley de Costas permite que se reduzca la protección de 100 a 20 metros en determinados tramos, lo que significa que «si se sigue construyendo en estas zonas, el litoral sufrirá un colapso total en 124 años».
La organización ecologista advierte: pese al parón en el sector, siguen las amenazas para la protección de la costa. Ahora, el riesgo es la cantidad de suelo declarada como urbanizable aunque no urbanizada o los nuevos impulsos del sector turístico residencial.
Y también que, con la excusa de la crisis, se apueste por favorecer cualquier proyecto de construcción que implique dinamización económica, aliviando el peso de los trámites en obras.
CAMBIO CLIMÁTICO Y LEY DE COSTAS
Directamente ligado con la construcción está el cambio climático: la construcción de urbanizaciones e infraestructuras en la costa aumenta exponencialmente el riesgo por efecto del cambio climático y mayor exposición a inundaciones o a torrentes, ya que la franja de costa actúa como barrera de protección.
En este sentido, Greenpeace augura que Cantabria verá aumentar su nivel medio del mar así como su cota de inundación y de rebase.