Son las siete de la tarde de un jueves de agosto. Enfrente del Centro Cívico Callealtero, en Santander, las escaleras forman un graderío en el que se sientan unas veinte personas. Enfrente, un grupo de niñas juegan, como España y Reino Unido, a ‘Declaro la guerra a’.

Hay gente joven, sobre todo, de entre veinte y treinta años. Algunos de Santander. Otros han estado tiempo fuera y vuelven ahora, con ganas de «hacer algo». Hay una ciudadana argentina. Y hay gente de mediana edad.Hay de todo. Hay hasta un cantautor, activista de los de antes.

Los ‘nuevos’ empiezan por presentarse. «Yo antes pasaba, pero veo que la corrupción es sistémica y entre todos hay que hacer algo», cuenta un joven. «Es la única solución», añade otro miembro, mientras otro insiste en el «bochorno moral» que ve en los partidos políticos. Hay mucha desconfianza en ese tipo de política. Porque lo de ellos también es política.

Unos llegan, y otros, se van, como tantos, a trabajar fuera. Pero este último anima a los últimos en incorporarse a que se impliquen y trabajen «para cambiar las cosas». Para él, la experiencia ha sido muy satisfactoria. Un chico con gafas viene de Madrid, de Getafe, y ha conocido el funcionamiento de otros frentes cívicos. Estará aquí todo el verano.

Es una asamblea, pero con algo más de organización que las que pudimos ver hace ya dos años en la Plaza Porticada. Virginia y Antonio están muy pendientes de los turnos de palabra. Y de que no se alarguen las intervenciones.

De hecho, el Frente Cívico ‘Somos Mayoría’ se ha marcado como reto evitar los problemas organizativos que hicieron inmanejable ese sentimiento de indignación. Ellos aspiran a ser más prácticos.

DE ASAMBLEA EN ASAMBLEA

El Frente Cívico, que a nivel nacional inspira Julio Anguita, celebraba este jueves  su primera asamblea desde que cumplieran un año de actividad en Cantabria, un año en el que han estado en muchos sitios, pero en el que, sobre todo, se han implicado en la lucha antidesahucios.

A mitad de la reunión, llegan José Ramón Blanco (portavoz de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas) y Oscar Manteca, activista que recientemente ha cumplido un arresto domiciliario por negarse a pagar la multa que le impusieron por protestar hace un año contra el ministro de Educación, José Ignacio Wert.

Se incorporan más tarde porque vienen de otra asamblea, de la PAH, que ha tenido como protagonista a la diputada socialista Puerto Gallego, que acudió a su invitación para hablar del recurso contra una ley estatal que ha provocado un conflicto entre ambas partes. Pero esa es otra historia y será contada en otra ocasión.

Decíamos que es la primera reunión tras su aniversario. Y la segunda después de que se hayan constituido formalmente a nivel nacional. El debate sobre la organización les ha cansado e incluso desmotivado.

Ahora quieren pasar a lo práctico. El objetivo, «estar en todos los frentes», con una filosofía que pase por que las acciones las hagan los ciudadanos. Para eso, hay que formarse, y luego actuar. El tema esta en pasar de las instituciones, en presionarlas desde fuera. !Que no tomen decisiones por nosotros». Es lo que han puesto en práctica en la PAH: «cuando empezamos no sabíamos nada de la ley de ejecución hipotecaria». Y ahora asesoran sobre ella.

EN GRUPO

Cada uno tiene sus intereses. Hay un chico que está muy preocupado por el modelo energético, «Estafa», lo llama otro. Al final, lo de menos es el nombre de la rosa. Se crea un grupo que estudiará este asunto.

Dos mujeres, que acaban de llegar del extranjero, están muy preocupadas por el plebiscito ciudadano. Es una posibilidad que recoge la Constitución, pero que no se ha desarrollado. Resulta que hace meses hubo una consulta en toda España y que en Cantabria no se celebró. Quieren que la próxima. con tema por definir, sí se haga.

Hay un poco de debate, y se acuerda que se integren en otro grupo que promete dar juego: el del proceso constituyente. Es uno de los grandes movimientos que se preparan a la vuelta del verano en todo el país: iniciar un proceso de creación de algo nuevo, que implique otro proceso «destituyente» de lo viejo. Suena ambicioso, es crear un nuevo orden.

Con estos grupos, junto al de Programa, Renta Básica y el de Difusión (relación con asociaciones y comunicación con el exterior), el Frente Cívico en Cantabria ya ha definido sus áreas de trabajo. A partir de ahí, toca concretar.

Y crecer, porque han visto que tienen bastante afiliaciones en Torrelavega, por lo que quieren crear un grupo en la capital del Besaya. Eso significa que hay que contactar con la gente de allí, poner carteles y mover la celebración de una asamblea allí. Ya hay ‘profesionales’ del activismo entre las filas del Frente.

Termina la asamblea. De los grupos que se acaban de organizar se pasa a los grupillos informales. Tienen ganas de seguir hablando.  En el anfiteatro, sigue la función.