¿Por qué lo llaman Caja Cantabria…
La lucha de los afectados por las participaciones preferentes de Caja Cantabria va más allá de intentar recuperar sus ahorros, retenidos en un producto financiero para inversores de cuya complejidad no fueron informados.
Como la base de su problema parte de una mala información, quieren que al menos sirva para dejar las cosas claras.
Y este fin de semana, desde la playa, en los estertores del verano, lanzaban una petición clara: que la entidad deje de usar el nombre de Caja Cantabria con el que sigue rotulando sus oficinas y emitiendo publicidad.
Pues, en sentido estricto, Caja Cantabria no existe: es una más de las cajas que forman Liberbank, el banco surgido de la reestructuración de las cajas y que nace de la fusión de Caja Astur (que ya llevaba a sus espaldas a Caja Castilla La Mancha), Caja Extremadura y Caja Cantabria.
Cerca de medio centenar de manifestantes, convocados por la Plataforma, pedían que se sustituyera ese nombre por otro más acorde a la realidad y que no «manche el nombre de esta tierra».
El objetivo de esta petición es que ciudadanos y turistas no «asocien» el nombre de la entidad, Caja Cantabria, con el de una comunidad autónoma que «no tiene la culpa» ni nada que ver con la «estafa» que se ha cometido.
Durante la protesta, desarrollada en la explanada de la Primera Playa de El Sardinero y a la que habían llevado artículos habituales de la playa, como mesas, sillas o sombrillas, miembros de la Plataforma repartían pasquines a vecinos y turistas, mientras cantaban canciones, exhibían pancartas y carteles y coreaban consignas alusivas a la estafa.
Y aunque el nombre parece importante, la principal lucha sigue siendo recuperar su dinero, algo que está en manos de sus abogados en la mayoría de los casos, en un asunto que se ha judicializado hasta el extremo de que en Cantabria se ha creado un juzgado específico para tratar estos asuntos.