En el próximo mes está previsto que se firme ante notario la venta de B3 Cable Solutions, la antigua Standard Electric de Maliaño, especializada en la fabricación de cable de cobre, a la empresa alemana Sudkabel, como ha señalado el director del Centro Alemán de Santander, Thomas Gramse, que ha participado en las negociaciones.

A comienzos del mes de septiembre, el administrador concursal de la planta, Santiago Ruiz, comunicó a la jueza de lo Mercantil la decisión de dejar la fábrica en manos del grupo alemán, de momento sólo con 25 trabajadores, pero con el compromiso de ampliar la plantilla hasta los 50 empleados a comienzos de 2015.

La ratificación formal de este acuerdo ha surgido en el Especial Gutten Morgen Cantabrien, que ha emitido el programa de radio Buenos Días Cantabria este lunes con motivo de las elecciones alemanas, y que ha incidido en las relaciones empresariales entre Alemania y Cantabria.

Gramse ha recordado que Alemania es el primer mercado, “prioritario” para nuestra región en cuanto a importaciones y exportaciones, ya que Cantabria cuenta con industrias, entre otras, muy especializadas hacia sectores pujantes en la locomotora de Europa, como puede ser nuestra industria auxiliar del automóvil.

Además, tanto Gramse como el consultor Luis Marina, han coincidido en señalar que España y Cantabria son ahora mismo “tierra de oportunidades” para la inversión extranjera, debido a que aquí encuentran conocimiento y fábricas a precio de saldo.

Según ha detallado Marina, procesos como el de B3 Cable están siendo cada vez más habituales, ya que los grupos de inversión de riesgo españoles están recibiendo solicitudes de listados de empresas en liquidación, de parte de fondos internacionales, sobre todo británicos y alemanes.

Valga como ejemplo del fenómeno la descripción de la prensa alemana sobre la inversión de Fermacell en la antigua GFB, la fábrica de fibroyeso de Orejo, una operación que calificaron como “todo un chollo”.

Para Luis Marina, estos fondos de inversión de riesgo aportan lo que los empresarios españoles de estas fábricas en liquidación no han sabido hacer, elaboran nuevos planes de negocio viables y aportan conocimiento en la gestión.

Y es que para Marina las empresas españolas y cántabras han pecado de “despachar”, en lugar de “vender”, y necesitan aprender a comercializar y localizar a sus clientes, aparte de financiación de la banca española, algo que si encuentran los alemanes en su mercado financiero.

De hecho, su mayor temor a la hora de invertir en fábricas-saldo españolas es la inestabilidad de sus ‘futuros’ proveedores españoles, precisamente por problemas de financiación y liquidez.

En el debate que ha surgido en Buenos Días Cantabria, ha salido a relucir el papel de los políticos en estas operaciones. Para Marina es irrelevante, ya que a los fondos de inversión extranjeros no les importa el color político de los Gobiernos, aunque estos se apropien de la llegada de inversiones.

Y al hilo de la actualidad, Thomas Gramse ha subrayado que para el Gobierno de Cantabria sería más importante estrechar lazos con Alemania que viajar a México.

En el mismo sentido, el experto en comunicación política Raúl Gil, autor del blog www.lalavadorademerkel.com, ha ironizado con que “el mejicano es más fácil de hablar que el alemán”.