Swing, vuelve el baile de la crisis
¿Qué tendrá el swing que, aunque en realidad nunca se haya ido, siempre vuelve en tiempos de crisis?
Pues que «es una forma de rebelarse, de desconectar de todo, te puedes poner a bailar donde sea y ya está», explica Laura Corral, profesora de este tipo de baile americano que cada vez están descubriendo más santanderinos, bien en sus clases particulares (de ella y de varios profesores más) o en las sesiones que cada domingo organiza la Black Bird.
No sólo es eso, es que tiene otros dos alicientes: el primero (y fundamental para muchos), es que es «muy fácil», porque hay varias modalidades que se adaptan al nivel de cada bailarín. Y el segundo, es que al final resulta «muy divertido», tal y como ‘vendía’ esta profesora en Buenos Días Cantabria
Es un baile «increíblemente acrobático», que existía ya antes del rock’n’roll, cuando ya se practicaba el lindy hop, pero que a partir de ahí, empezó a evolucionar.
En Santander antes esto era cosa de pioneros, como Jesús Terán, y ahora hay varios aficionados que se han ‘conjurado’ para que se extienda, con clases más amplias, clases en grupo como las de la Black Bird, la aparición de ‘Swingtander’, un grupo de devotos locales del swing, o los ‘clandestinos’, acciones masivas de baile con ropa de la época que sorprenden a la gente en plena calle. muy propias de un estilo que se proclama rebelde y espontáneo. En su día quisieron combatir la gran depresión, y parece que ahora vuelven al rescate.