Los hosteleros se preparan para un duro invierno
El invierno ha llegado al sector de la hostelería, y ahí no es tan posible el rescate por parte de la administración, como sí está intentándose con otro de los pilares de la economía cántabra, la construcción.
Sí que existen iniciativas puntuales, como los paquetes turísticos lanzados por el Gobierno de Cantabria (significativamente llamados planes de choque).
En ellos, bajo el lema ‘Siente una nueva experiencia cada día en Cantabria ‘, se ofrecerán paquetes turísticos (alojamientos, entradas a instalaciones que dependen de Turismo) con precios especiales para temporada baja (del 4 de noviembre al 5 de diciembre y del 9 de diciembre al 11 de abril), un mes más que el año pasado. El segundo supuso la llegada de 6.500 visitantes a los espacios que dependen del Gobierno.
De la necesidad de estímulos para el invierno da una buena idea lo que sucede en el sector cuando se acaba el verano: en septiembre hicieron noche en apartamentos, campings y casas rurales cántabros un 12% menos viajeros que hace un año, en todo lo que se mueve al margen de los hoteles, y por los que se venían inclinando los turistas al considerarlos más asequible, según refleja el Instituto Nacional de Estadística.
Esto tiene una dura traducción: en el último año sectores como el turismo rural, que en el pasado vino a dar aires nuevos a un mundo en el que parecía que todo estaba inventado, han perdido 91 empleos como consecuencia del cierre de 48 alojamientos en Cantabria, según denuncia la Unión de Trabajadores Autónomos de Cantabria (UTAC) .
Para este colectivo, el sector, que cuenta con 385 establecimientos en la región y emplea a 581 personas, se encuentra en «una de las peores situaciones desde el inicio de la crisis» y sus trabajadores autónomos están «desesperados», a la espera de medidas fiscales más favorables y de una política de promoción del Gobierno central anunciada, pero no concretada aún.
De modo que los hosteleros lo tienen claro: están más bien solos y únicamente tienen dos opciones, o ayudarse entre ellos o echarle imaginación. O las dos cosas a la vez.
Por eso los profesionales del sector tienden a agruparse en asociaciones para fomentar el consumo en zonas concretas (los últimos han sido los de Peña Herbosa con el Oktober Fest) o le echan imaginación, con un goteo constante de eventos, desde fiestas de Halloween como la del Hotel Santemar y muchos bares y discotecas de la comunidad, hasta jornadas gastronómicas y concursos (de langosta, tortilla o lo que se tercie).
Unas ideas que se aprenden sobre el terreno, aunque desde las instituciones se intente fomentar con eventos especializados en innovación con la presencia de ‘estrellas’ como Jimmy Pons. No todos tienen tan claro que la innovación sea algo que se aprenda en una charla.
Oscar San Emeterio
Pues no les viene mal escuchar lo que les dice Jimmy Pons. Creo que estuvo muy interesante y revelador.
Juan Teja
Yo he ido ya a varias charlas, alguna de ellas de Jimmy, y siempre se vuelve a las 4 ideas de siempr que, sin dejar de ser importantes, creo que hay que otmar con cierta cautela. El tipico «Si no estas en las RRSS no existes» lleva a veces a hosteleros a lanzarse a la carretera sin coche ni frenos.
Es muy entiquecedor juntarse, comentar expetiencias, visitar nuevas propuestas….. que sirvan para sacar adelante proyectos conjuntos que ayuden a dinamizar el sector.
En otros casos tambien habria que hacer mirarse el ombligo a gente del gremio, que le echa la culpa al empedrado en vez de hacer autocritica.
Muchas cosas se pueden hablar de este tema.