Los de los campanos contra los de los trajes y corbatas
En un municipio en que el sector ganadero sigue teniendo bastante peso, los afectados por las preferentes plantean su problema como una competición, la de los campanos contra la de los trajes.
Los campanos que sonaron en la protesta del grupo de afectados por las participaciones preferentes de Liberbank en Cabezón de la Sal (la movilización por este producto financiero está adquiriendo cada vez más una evolución local, pueblo a pueblo).
Y los “trajes y corbatas” que tienen enfrente, una suma de banqueros que “diseñaron” un producto creado “expresamente” para “hacerse con el dinero de los ahorradores”, que firmaron lo que se les ofreció como ahorro y resultó ser algo más complejo, propio de inversores, que dejó sus ahorros inmovilizados en un limbo del que no los pueden sacar más que para moverlos en bolsa.
La protesta es la primera que se produce después de anunciarse el fin del rescate bancario europeo, ese préstamo de más de 40.000 millones de euros que el Estado derivó a la banca y que a los ‘intereses’ de medidas económicas (reforma laboral, subida del IVA…) sumará, tal y como ha avanzado ya Bruselas, la necesidad de nuevas reformas en España.
TRAJES Y CORBATAS
Los preferentistas de Cabezón cargan las responsabilidades contra los hombres “de traje y corbata” que están en “Santander, Madrid y Bruselas”, y advierten de que, tal y como va todo, lo más posible es que vuelva a moverse la puerta giratoria: “esas personas, las que hoy están situadas en los escaños y ministerios, son las que antes o después, acabarán sentadas en las poltronas de los bancos y cajas que robaron nuestro dinero”.
El mensaje va cada vez más de los responsables de la banca a los responsables políticos, que “sólo han dado falsas promesas en los despachos, portazos y largas en muchos ayuntamientos y denuncias y coacciones en la calle”.
Porque una de las cosas que más duele en este colectivo es que a la pérdida de sus ahorros suman que se sienten “acosados” por las fuerzas de seguridad cada vez que protestan frente a la oficina bancaria.
“Los ladrones se sienten protegidos y los robados… perseguidos”, critican, en una protesta que en Cabezón tiene una particularidad, la de sentir la “presión” de los cuerpos policiales cada vez que reivindican.
“A estos hombres y mujeres de traje y corbata no les gustamos y han desplegado contra nosotros todos sus recursos”, lamentaban, asumiendo que están “a su merced” aunque sean ellos quienes cumplen la ley, “con más rigor” que quienes les “amenazan con denuncias”.
En realidad, son conscientes de que esas represalías se producen por que están “señalando con el dedo” a los responsables. “Y eso les molesta”, reivindican.
La plataforma llama a la (en ocasiones difícil) unidad de los afectados y su solidaridad ante una pelea que saben “larga” y para la que quieren recabar más apoyos.
A estas alturas, ya han aceptado que “en los despachos de los directores no está la solución, está el problema”, de modo que, ante la falta de respuestas políticas, ven como única solución “o perder casi todo el dinero” o “los tribunales”, con un juzgado específico para preferentes que poco a poco arroja un goteo de sentencias favorables.
En su competición, a los de los campanos les están ayudando más los de las togas que los de los trajes.
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