De entrante, optimismo para el 2014; de primero, la reivindicación de la gestión en el Hospital Valdecilla; y de segundo, moción de censura en Torrelavega, todo regado con críticas a una oposición de “despilfarradores y prevaricadores”, y apelaciones a la necesidad de otra mayoría absoluta, para que todos los esfuerzos «realizados» y «exigidos» no caigan «en saco roto».

Ese era el menú con el que el Partido Popular celebraba su tradicional encuentro de navidad con militantes y cargos públicos, marcado por los mensajes optimistas sobre la salida de la crisis y por las cada vez más cercanas elecciones.

María José Sáenz de Buruaga, secretaria general || Foto: PP Cantabria

La secretaria general, María José Sáenz de Buruaga, se mostró ante los alrededor de 800 asistentes, muy empeñada en vender “ilusión y esfuerzo” en 2014, el “año de la esperanza”, en el que se verá que las políticas del PP estarán “justificadas” con unas  reformas “necesarias”.

En los discursos, muchas referencias a la actitud a unos partidos de la oposición, “despilfarradores y prevaricadores”, que para Buruaga “gritan” pero “no tienen nada más que decir”, a pesar de ser los responsables de “provocar” una crisis cuya solución gestiona el PP.

“Avanzamos a pesar de que los que estando en el origen del problema se enfrentan de forma destructiva a la solución”, sentenciaba, mientras que el presidente Ignacio Diego incidía en que durante su gestión fueron “de cacicada en cacicada”.

El presidente popular, que se ha convertido en una suerte de portavoz de los ‘indignados’, primero los del PSOE «que no representa a la izquierda», y después al PRC, que no ejerce la reivindicación regionalista. Y para ambos, el mensaje de que «se presentan como alternativa y no lo son”.

LA VALDECILLA SILENCIOSA

En el acto intervenía la secretaria general del PP, que es la consejera de Sanidad del Gobierno regional, que llegaba a la cena un día después de presentar todos los detalles de la obra del Hospital Valdecilla, que los ‘populares’ quieren convertir en un ejemplo de su gestión.

Tras reivindicar la figura del expresidente de Cantabria y del PP, José Joaquín Martínez Sieso, que puso «la primera piedra de Valdecilla 2015», Buruaga ha apelado a la Valdecilla silenciosa «que no habla pero que no tiene ningún temor». .

«Todos sabíamos que era ahora o nunca» reforzaba, para sostener que cualquier otra modalidad de financiación hubiera supuesto perpetuar la situación de «demoras, sobrecostes y parálisis».

Así, con el PP, Sáenz de Buruaga aseveraba que Valdecilla vivirá un “resurgir” tanto “físico” como en su gestión, con unas obras que acabaran en 16 meses, conservando su carácter público.

Porque, según argumentaba, del problema de Valdecilla, “igual que de la crisis”, “se sale, pero no de cualquier manera ni con cualquier política”. “Hay quien se llena la boca de lo público y es devastador para lo público”, censuraba la consejera de Sanidad.

El Valdecilla ruidoso || FOTO: El Faradio.

Para el presidente Ignacio Diego, Valdecilla es también un ejemplo de la actitud de los sindicatos hacia el Gobierno, ya que en el acto de presentación del proyecto – en el que Buruaga se sintió “muy orgullosa” de Diego- sucedió que “un sindicato que dice ser de izquierdas” no respetó las libertades y “no querían” que el Gobierno presentara el proyecto, tratando de impedir el acto “por la vía del barullo, el grito y el insulto”. “No lo consiguieron, ni lo conseguirán nunca”, aseveraba, lamentado que los sindicatos cántabros actúen como “brazos armados” de la oposición en su relación con el Gobierno, frente, al contrario, las buenas relaciones que en Cantabria se dan entre patronal y representantes de los trabajadores.

Por cierto, que el presidente reivindicó, en materia laboral, que el plan industrial presentado el viernes ya está dando frutos, poniendo como ejemplo la llegada de Tubacex Services y los más de cien puestos de trabajo que creará con su fábrica de tubos en Marina de Cudeyo.

TORRELAVEGA, EN CLAVE DE ‘SOE’

Ignacio Diego, presidente del PP de Cantabria || Foto: Partido Popular

Torrelavega fue otro de los grandes protagonistas de la cena, con referencias desde el principio por parte del alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, a la moción de censura contra Ildefonso Calderón, que la ve como un ”injusto apaño y acuerdo de despachos”, y tachada de “esperpéntica” por Buruaga.

Sobre Torrelavega, el presidente Ignacio Diego aseveró que los socialistas “están destruyendo su partido” por “intereses internos” para “ganar primarias” y “llevarse por delante” a sus “rivales” en ellas, como es el caso de Blanca Rosa Gómez Morante, para “poner” como candidata a Lidia Ruiz Salmón, sin “mérito mayor” en la capital del Besaya que ser la número 4 en las listas electorales.

Y la secretaria general y vicepresidenta remataba con el mensaje más electoral, de Torrelavega a Cantabria: “eso es lo que espera en 2015 si el votante del cambio se relaja y permite que regresen los despilfarradores y prevaricadores”.

“Tenemos la obligación como partido y como gobierno derevalidar esa confianza, porque, si n, todos los esfuerzos caerán en saco roto y las perceptivas de recuperación caerán en saco roto y se verán inmediatamente arruinadas”.

La situación de Torrelavega servía al presidente para recordar las ausencias de su predecesor y rival Miguel Ángel Revilla, a quien la moción “ni le preocupa”, al estar más pendiente de sus “bolos” televisivos

SANTANDER, FARO DE LA CULTURA INTERNACIONAL

El alcalde de Santander reivindicó las contribuciones de la capital para que 2014 sea un año “mejor”, con iniciativas como el Centro Botín, el Mundial de Vela o el “gran impulso” a la innovación tecnológica.

Iñigo de la Serna, alcalde de Santander || Foto: PP Cantabria

En general, Íñigo de la Serna apelaba a la “responsabilidad” de los partidos para llegar  a un acuerdo sobre el proceso de “transformación urbana” que vive la capital, y que, defendió, “reconocen incluso los sectores más conservadores”, con reconocimiento “nacional e internacional” que, en su opinión, debe estar alejado de “intereses partidistas”. “No se puede decir que no a todo”, resumió De la Serna.

Logros todos los que afectan a la capital que de esta forma será “uno de los faros de la cultura en toda España y en el extranjero”.

LÁMPARAS DE COLORES, APLAUSÓMETRO Y BOMBONES

El menú consistió en ensalada de pechuga de capón en escabeche aderezada con una vinagreta de manzana (reineta) y tomate raff, seguida de cremita de calabaza con lascas de bacalao y carne de lechazo relleno de setas y trufas (que llevaba como guarnición lasaña de patata y verduritas). El postre fue delicia de quesuco cántabro con helado de mandarina.

De la Serna y Buruaga compitieron en el aplausómetro de los discursos (con intérprete para sordos), con un partido crecido y creciente (se anunciaron las próximas incorporaciones de los alcaldes independientes de Valdáliga y las Rozas de Valdearroyo), con un público entre el que se encontraba Marta Tejerina (la candidata universitaria de los bombones a cambio de los votos) y con una significativamente larga alusión al concierto al colegio Torrevelo.

Todo sobre mesas decoradas con espumillón que caía del techo y con lámparas iluminadas en un color azul que luego resultó que era posible cambiar, hacia tonos rojos o verdes (y un violeta con transición a magenta), precisamente los colores de la oposición y contra cuya llegada trata de conjurarse el partido popular.