La foto se parece mucho a las de los ganadores del gordo: celebraciones, sonrisas y hasta champán.

Recuperar los ahorros invertidos en los preferentes se había convertido en toda una lotería en la que ni Liberbank (el banco del que forma parte la antigua Caja Cantabria) ni las instituciones habían conseguido que tocara un buen número.

En realidad, el premio es mayor, porque la lotería es algo que no te esperas y en muchas ocasiones no necesitas, mientras que las preferentes era algo que muchos estaban dando por perdido.

Hasta que ha intervenido la Justicia, con la creación del Juzgado de las Preferentes (en realidad, el refuerzo de un juzgado que ya existía), que en sus primeras sentencias está dando la razón a los afectados o que está forzando a Liberbank a que llegue a acuerdos para evitar el juicio.

Sea como fuera, ya hay afectados que están recuperando su dinero, en la que seguramente sea su última visita a esas oficinas, ya que muchos de ellos están aprovechando el viaje para cancelar definitivamente sus cuentas.

Con estos gestos, los afectados están expresando su “alegría y satisfacción” con estos resultados, y por fin están consiguiendo ir a las oficinas a celebrar en lugar de a protestar, como venían haciendo semanalmente durante los últimos dos años.

Para sacar los ahorros y cancelar las cuentas, los preferentistas acuden acompañados de otros afectados, con champán y bombones, para brindar y celebrar que “por fin“ se despiden de las preferentes y de las acciones y que “pueden irse” de Liberbank.