Se ha convertido en un clásico en el panorama cultural santanderino y el caso es que La Vorágine, nominada a los premios El Faradio al Espíritu Crítico en la categoría de Movimientos, todavía no ha cumplido un año de existencia.

Un día después del Día del Libro, abrió en un callejón en la calle Cisneros La Vorágine, un lugar que pronto empezó a matizar que era más que una librería: se trata de un espacio de cultura crítica.

Y lo ha demostrado durante estos meses: en pleno verano, organizó un ciclo de economía alternativa en el que trasladaron visiones de modelos económicos diferentes frente a la crisis económica; y ha tratado de recuperar el valor de la militancia, ofreciendo modelos históricos de compromiso en una época en que se vuelve a la calle, y desmontando de paso el tópico de que en Cantabria no hubo resistencia a la dictadura franquista.

Economía y activismo, dos ejemplos muy actuales de las propuestas con las que La Vorágine ha tratado de sacudir conciencias y extender socialmente otras visiones, como las de los partidos minoritarios o medios de comunicación alternativos, o las de activistas en defensa de los derechos humanos en América Latina entre los que se mueve muy bien Paco Gómez Nadal, impulsor de este espacio.

Actividades que se complementan con otras más culturales, aunque siempre con el toque crítico que da La Vorágine: desde conciertos de cantaautores, exposiciones o clubes de lectura que son algo más que clubes de lectura, sino, más bien, encuentros con el libro como excusa.

Porque también hay libros. Por supuesto, está el que le da nombre, la última novela del colombiano José Eustasio Rivera, una historia sobre el amor en los tiempos del caucho. Y muchos otros, de géneros literarios más clásicos hasta textos de ensayo sobre temas políticos de actualidad. Y lo que no son libros: revistas con espíritu crítico como Mongolia, por citar un ejemplo.

PUNTO DE ENCUENTRO

La principal novedad respecto a otras iniciativas críticas, la que ha hecho que La Vorágine parezca parte del paisaje, es la acogida que ha encontrado, con buena respuesta de público a sus actividades.

Paco Gómez Nadal,periodista, activista e impulsor de La Vorágine

Una acogida propiciada por la personalidad de su impulsor, el periodista y activista Paco Gómez Nadal, que ha conseguido convertir La Vorágine en un punto de encuentro, tanto de los interesados en formas diferentes de hacer las cosas como de lectores devotos que acuden a comprar libros a un espacio que se financie con el apoyo de sus amigos o, simplemente, a “ver a Paco”

En estos meses, La Vorágine se ha convertido en un lugar de encuentro, que está tratando de concitar a “encendedores sociales” (personas con proyectos de cambio), hasta el punto de que acogió una asamblea de ciudadanos preocupados por la represión de las libertades que supone la Ley de Seguridad Ciudadana.

Es un tema que Paco, colaborador de prensa de medios internacionales, conoce muy bien. Conocido activista, recientemente acaba de ser absuelto de una falta de resistencia a la autoridad por documentar una protesta antidesahucios en una oficina bancaria.

Aunque el aviso quedaba lanzado a un hombre que es muy de protestar: en 2011 fue expulsado, junto a la periodista cántabra Pilar Chato, por participar en una manifestación indígena contra la minería que el Gobierno les acusó de instigar. Es lo que tiene estar siempre en medio de la vorágine.