El nacimiento de un sector
PREMIOS EL FARADIO || CATEGORÍA CREADORES ||
‘Corto’ es una palabra en la que entran muchas otras. Iniciativa, colaboración, empresa, creatividad, formación, premios, público… Y sobre todo, muchos nombres propios: Álvaro de la Hoz, Álvaro Oliva, Nacho Solana, Felipe Gómez-Ullate, Manuel Ortega Lasaga, Alberto Macasoli…
El cine cántabro, candidato a los primeros premios El Faradio al Espíritu Crítico en su categoría Creadores, empieza a tomar forma, a conformar las piezas de un puzzle que cubre prácticamente todas las áreas: el producto, los autores, la creación de públicos, el reconocimiento, la parte de empresa, el asociacionismo y los puntos de encuentro. Incluso el interés institucional.
Llevaban años ahí, trabajando en distintos proyectos, montando productoras y sobre todo, rodando. Pero este año ha sido un año de cine para los autores cántabros, y no sólo porque Dani Sánchez Arévalo haya colocado a su Gran Familia Española (ya saben, la típica película de la guerra) en lo más alto de la taquilla el mismo fin de semana de su estreno.
Ese puede ser uno de sus grandes referentes nacionales, pero aquí el trabajo callado de muchos locos del cine da fruto semana a semana.
Y tenemos a Álvaro de la Hoz, que tras muchos cortos y trabajos con Burbuja Films, la productora ya consolidada, se ha lanzado a rodar un largometraje. ‘Hazlo por mí’, una suerte de Lost in San Roque ambientada en los valles pasiegos.
Es más que una película: es todo un evento en el que ha recurrido al crowdfunding para la financiación y en el que ha movilizado –y movilizará- a muchos amigos del mundo de los creadores cántabro, y en el que están poniendo a prueba todas las artes de producción acumuladas estos años.
El equipo de Burbuja Films es protagonista destacado del año no sólo por el trabajo de otros miembros ligados a la productora, como Nacho Solana –que convirtió el estreno de ‘Aptitudes’ en una promoción de todo lo que están haciendo el resto de realizadores cántabros, difundiendo los trailers de sus próximos trabajos.
Es que además dieron el paso al siguiente nivel: la formación. Apoyados por la Fundación Santander Creativa, han lanzado la iniciativa ‘El cine en tus manos’, que expone a los participantes aspectos como el guión o la producción.
2013 ha sido también el año en que Álvaro Oliva ha acumulado premios por sus ‘Posturas’ (el último, de momento, en CortoEspaña, evento nacional ligado a la distribución, una de las patas importantes que necesita el sector, de momento ligado a festivales, estrenos y difusión e Internet.
UN GRUPO VARIADO
El mundo del corto en Cantabria está en ebullición, con rodajes prácticamente cada semana, y los consiguientes montajes o estrenos de un sector que cuenta con una asociación (ACUCA, la Asociación Audiovisual Cántabra) y que se caracteriza por el apoyo mutuo de sus protagonistas, que colaboran entre sí en los sucesivos proyectos (desde la ayuda en el montaje hasta prestándose equipos o asesoramiento en las grabaciones).
Un grupo en el que se dan un montón de matices, desde el tono más optimista de Nacho Solana, hasta el “peculiar” gore divertido de Felipe Gómez-Ullate (su Bobo Frituras acumulaba selecciones ya antes de su estreno), pasando por los márgenes en los que se siente cómodo Manuel Ortega Lasaga, la densidad de Julius Richards, el slash adolescente en el que ha participado Miguel Sánchez con ‘Inocentes’, el mundo onírico de Juanjo Haro o el juego de equívocos de José Luis Santos, con ‘Tu puto banco’, aunque al final la mayoría acaba destilando un divertido punto gamberro.
Con toda esta actividad, no es extraño que el veterano experto en cine José Ramón Saiz Viadero haya tenido que editar un diccionario del cine hecho en Cantabria, ni que las instituciones hayan detenido su mirada en el fenómeno, con el apoyo de Cantabria Film Commission, organismo de la Consejería de Cultura que canaliza y facilita los rodajes en la comunidad.
Como se cuenta con lo fundamental, un grupo variado, se ponen en marcha iniciativas que aglutinan y juegan con varios de ellos, como VOLS, una experiencia basada en la libertad en la que se propone a una serie de firmas del cine que pongan en escena una combinación aleatoria de historias, o, más institucional, El día más corto.
Y existe también un evento, una cita anual, una puesta de gala, que es el Festival Corto y Creo, dirigido por Isabel Giménez, del que están surgiendo varias ideas para el mundo del cine y que está cumpliendo el doble objetivo de servir de punto de encuentro para el sector y para dotar, a través de sus invitados y premiados, de referentes, de espejos en los que mirarse.
Quizás sea pronto para saber si el cine hecho en Cantabria va sobre ruedas, pero lo cierto es que sigue, y eso de lo que se trata, rodando.
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