Javier Incera

Que los socialistas cántabros no quieren que Blanca Rosa Gómez Morante (ex presidenta del partido, ex alcaldesa de Torrelavega, ex senadora…) esté dentro de sus filas está claro, después de que hayan ejecutado ya, de forma exprés, su expulsión del PSC-PSOE, ratificada por la dirección federal.

Pero la represalía contra Gómez Morante por su postura ante la moción de censura en Torrelavega va más alla y le piden, además, que devuelva su acta de concejal en el Ayuntamiento.

Porque en los Ayuntamientos, al igual que en los parlamentos, los representes políticos acceden dentro de unas siglas, pero el escaño o la concejalía es suyo, es decir, puede darse, como es este caso, que un concejal abandone el partido por el que fue elegido, pero que siga siendo concejal. En cualquier caso, la decisión es personal e individual.

De modo que Gómez Morante ahora mismo ya no es concejala en representación del PSOE y pueden producirse situaciones como su voto en el Pleno en contra a decisiones del equipo de Gobierno socialista, de sus antiguos compañeros.

En el PSOE no ha gustado nada la postura contraria expresada por la que fuera alcaldesa contra la moción de censura que ha convertido a Lidia Ruiz Salmón en la nueva regidora de Torrelavega.

Ni su postura, ni su ausencia el día de la votación de la moción de censura, ni sus declaraciones públicas en los medios de comunicación, en las que este lunes llegó a comparar la actitud del partido hacia ella con la de otros compañeros imputados, en una alusión, que, sin citarle, le encajaba como anillo al dedo al presidente del PSOE, Ángel Agudo, con procedimientos judiciales en marca por la gestión de GFB y el Racing.

«EGOÍSMO Y COBARDÍA»

La decisión de la expulsión, una “autoexpulsión” como la ven en el PSOE, la daba a conocer Javier Incera, que ostenta el cargo de secretario de Organización en la dirección del partido.

Y lo hacía en términos muy duros, acusando a Gómez Morante de actuar con “egoísmo y cobardía”, por pensar antes en sus intereses personales y “no dar la cara”

La principal argumentación que se da para la expulsión es que la exalcaldesa actuó en contra de las decisiones de la mayoría, obstaculizando con ello acciones del Partido, al que, le reprochan, sometió a un “chantaje” con su actitud.

En consecuencia, “el no respeto a las mayorías es un acto político indigno, solo propio de alguien autoritario que pone sus intereses personales por encima de los intereses de los ciudadanos”.

LOS INTERESES DE GÓMEZ MORANTE

“El PSOE no es un grupo de amigos, somos una organización política seria, al servicio de la ciudadanía, donde las decisiones se debaten y se toman de manera democrática. En el Partido Socialista Obrero Español se milita por decisión propia, libremente, y esa decisión supone acatar los Estatutos y Reglamentos de funcionamiento. En este partido no caben individualidades ni egos personales”, aseveraba, afirmando que Gómez Morante no rechazó la moción hasta que se le comunicó que ella no sería la candidata.

Y como Gómez Morante ha ocupado cargos de responsabilidad en el partido, Javier Incera sugería que al conocer las normas, sabría las consecuencias, de manera que “la decisión que ha tomado la auto expulsa”, ya que en realidad “es una decisión medida” que obedece a que “seguramente tiene planificado su presente y su futuro, y es consciente hace tiempo que está fuera del Partido Socialista de Cantabria”.