«La Cerveza cambiará el Mundo. No sé cómo, pero lo cambiará». || Foto: @GRuisanchez

“La cerveza cambió la historia de la humanidad”. Es una de esas afirmaciones que, dichas con la seguridad de Andrew Dougalls y Enrique Cacicedo, en su fábrica artesanal de Rubalcaba (Liérganes), ni si quiera vale la pena ponerse a pensar si será verdad. Te lo crees y punto, sobre todo si viene de quienes han pasado de experimentar con cerveza casera en 2007 a producir 90.000 litros en 2013.  Según esta teoría, la cebada unida al agua, aquella primera fermentación, fue uno de los descubrimientos del ser humano que nos llevó a ser sedentarios, a dejar de perseguir ciervos. Uno de esos colocones de gran aporte energético que cambió nuestra forma de vivir en el mundo. Si no fue exactamente sería algo muy parecido.

“Beer will change the world!” reza un cartel mucho más cercano en el tiempo, del boom de la publicidad occidental de los años 60, bien visible en el coqueto bar donde finalizan las visitas a la fábrica de DouGall’s.

Andrew Dougall y Quique Cacidedo, en la cata final de la visitas a la fábrica de DouGall’s, en Liérganes. || Foto: @cachuco @nos_vamos

Aquí también nos detenemos a contemplar los álbumes de fotos, el cómo se hizo esta preciosa nave con vistas a las tetas de Liérganes. Un making of del mimo que le pusieron al levantar el centro de producción, frente a otras posibilidades que tenían, de rentabilidad a más a corto plazo, como si hubieran elegido establecerse en el Polígono Industrial de Heras. Mucho más sórdido. La rehabilitación de la nave llevó la misma dedicación que le ponen a elaborar cerveza.

BAJÓ DEL FERRY A COMPRAR TABACO

Andrew DouGall desembarcó hace 15 años en Santander, procedente de Richmond, un barrio del sur de Londres. Con su flema británica, cuenta que bajó del Ferry a comprar tabaco y perdió el viaje de vuelta. Se quedó, junto a su mujer, una francesa de Le Havre. Puede que Liérganes no sea la última estación.

De Cantabria le gustaba todo menos la cerveza, que como en el resto de España, tiene dos unidades de valoración: la temperatura — que esté fría– y la espuma — que tenga fuerza–. Esa es nuestra cultura cervecera — poca– que nada tiene que ver con la anglosajona. Y como nos recuerda Andrew, no siempre fue así. Simón Cabarga escribió sobre La Austriaca, La Montañesa o Santa Bárbara. En Santander también tuvimos la Cruz Blanca.

Bueno, el caso es que Andrew se puso a producir la suya propia, en un pequeño barril que fue dando a probar a sus vecinos de Liérganes. Entre ellos a Quique Cacicedo, que pronto empezó a ayudarle en una producción modesta de cerveza casera.

Explicación del proceso de elaboración de la cerveza DouGall’s || Foto: @cachuco para @nos_vamos

Desde los inicios en 2007, DouGall’s se consolidó muy pronto como una de las mejores casas de fabricación artesanal en España. Entonces sólo había una decena de marcas por el territorio español, lo que les sirvió para adquirir una buena notoriedad y todo el respeto de la crítica. Pero, tal vez sin saberlo, estaban siendo parte relevante de un boom, el de la producción de cerveza artesanal, del que han salido en España más de 200 casas en muy pocos años.

EL MERCADO TIENE SUS REGLAS

Hacer buena cerveza casera es una cosa y venderla otra bien distinta. Andrew y Quique empezaron a tiempo parcial en este negocio, cada uno con sus respectivos trabajos para tener ingresos. Andrew puso conocimiento, economía y empeño. Y Quique puso, por su parte, mucho trabajo no remunerado. Hasta tal punto que Andrew le ofreció, llegado el momento, ser copropietario. Hace dos años que se dedican a tiempo total.

Primero trataron de posicionar la cerveza sacando barriles hacia los bares, pero se encontraron con que era muy difícil. Imposible entrar así en un mundo que gobiernan las multinacionales. Apenas hay cañeros de bar que no estén reservados al caldo de alguna de las grandes.

Leyenda, Tres Mares y 942, los tres primeros modelos de DouGall’s

A partir de la experiencia, lo intentaron vendiendo cerveza embotellada. Empezaron con tres marcas que guiñan a Cantabria: La 942 es la rubia;  la Leyenda es una cerveza ambar, la más fuerte de todas (5,8 grados) y la Tres Mares, es la cerveza más oscura.  Ahora hacen tres tipos más de cerveza: la Raquera, una cerveza de verano (Haití) y otra de invierno (Cerveza de Invierno). Con las etiquetas, que son una preciosidad de Mutta, el estudio que las ha diseñado, quieren enseñar Cantabria. Y con las botellas empezaron a entrar en los bares, aunque, con el tiempo, se han dado cuenta de que venden más en Barcelona o en Madrid que en Santander y Cantabria. En su tierra no se bebe demasiado local, y están prácticamente en los mismos sitios que al principio.

Incluso han tenido ofertas para exportar a Estados Unidos, pero Andrew y Quique lo descartaron en aquel momento. Ellos creen que “small is beautiful”, creen en una economía social y local que emplea a la gente y no genera beneficios desorbitados para sociedades de no se sabe dónde.

Explican que esto no es ningún invento:  funciona, sobre todo en el norte de Europa y Norteamérica, a base de buena cerveza y buen precio.

Fruto de su filosofía, se puso en contacto un quesero con los cerveceros. La Pasiega de Peña Pelada pensó que la levadura que se utiliza para la fermentación de la cerveza podría servir para hacer un queso a la cerveza. Y ahora comercializa sus Quesucos a la cerveza, un maridaje espectacular con una DouGall’s en la mano, como pudo comprobar el grupo de Buenos Días Cantabria invitado a visitar la fábrica. Small is beautiful.

Nave de DouGall’s en Rubalcaba (Liérganes). Quique Cacicedo extrae cerveza de una fermentadora para la cata de la visita. || Foto: @cachuco @nos_vamos

PIENSA GLOBAL BEBE LOCAL

Su ‘Piensa global, bebe local’ es una declaración de intenciones contra las megaproductoras de cervezas insípidas que copan los festivales y los macroeventos sociales y culturales.

Andrew y Quique, responden a todas las preguntas durante la visita.

Small is beautiful pero la economía es el mercado: pronto empezarán a vender a grandes superficies comerciales, pero dentro de las grandes a una pequeña y de Cantabria, a Lupa.

El mercado también marca el precio. Si el hostelero triplica el margen, la cerveza artesanal tiene un techo de beneficio en el precio: sale de fábrica a entre 1,5 y 2 euros. Así que la penetración en los bares no es tan fácil, y tiene mucho que ver con el aprecio que tengan los dueños de los pubs al producto de calidad, el de los maestros cerveceros, los de verdad.

Su primer sueldo no ha llegado hasta el año pasado, y cobran lo mismo que los siete empleados que tiene la fábrica en la actualidad, uno por fermentadora. Las primeras eran de 400 litros y las nuevas son de 1.000 litros, pero al elevar la capacidad de producción se han encontrado con el verdadero cuello de botella. La cola de salida del embotellado.

Recientemente, DouGall’s ha invertido 150.000 euros en una máquina que multiplica por cinco el ritmo de producción de botellas. Conseguir un crédito hoy día no es tan fácil, tiene que haber viabilidad del negocio. Y la hay.

La exportación no es un sueño, no es una oportunidad; es casi un imperativo. Si se han dado cuenta de que venden más fuera de Cantabria, DouGall’s está lista para salir también de España. Cuando lo pequeño es hermoso pero toca pensar en grande. Pequeño gran ejemplo de nueva economía.

* Interesados en visitar la fábrica: hay que concertar cita previa en el 942 528 958 o en el e-mail info@dougalls.es