La lucha contra la reforma del aborto une a generaciones de mujeres activistas

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Mani Santander Aborto

Pese al ambiente festivo, bailes y reencuentros incluidos, en realidad, mujeres y activistas en defensa de la igualdad tienen motivos para sentirse molestas.

Porque la contrarreforma de la Ley del Aborto impulsada por Gallardón y Rajoy no sólo ha conseguido que las mujeres estén preocupadas por el retroceso en derechos y libertad de elección que supone este proyecto, aún a tiempo de ser modificado.

Pero es que además, el texto ha acabado marcando la celebración del 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, de forma que la defensa del aborto se ha impuesto como principal tema reivindicativo frente a otros mensajes que tradicionalmente venían dominando este cita, como la lucha contra la violencia de género o la desigualdad económica entre hombres y mujeres, agravada por la crisis.

Marta Peredo e hija

Marta Pereda y su hija: dos generaciones en lucha

Es algo de lo que se lamentaban muchas de las alrededor de 600 manifestantes que han participado en la protesta que se ha desarrollado por las calles de Santander, desde la plaza de Numancia hasta la Plaza del Ayuntamiento, y a la que ha ayudado un soleado día, tras semanas de temporales encadenados.

Históricas activistas, como Marta Peredo, que ayudó a abortos clandestinos en Santander en el franquismo y los años siguientes, acudían acompañadas de sus hijas y recordaban la importancia de no ‘relajarse’ en la lucha de la defensa de los derechos de las mujeres.

En la parte positiva, los planes contra la libertad sexual y reproductiva han conseguido atraer a la reivindicación y al activismo a generaciones nuevas de mujeres, que se han sumado a la manifestación y que en los últimos meses vienen trabajando en distintas acciones de protesta.

Como las sucesivas acciones que se han desarrollado en el Registro de Bienes Muebles, promovidas por un grupo de mujeres y en las que está participando el partido Equo.

La idea es, tal y como se viene haciendo en distintas ciudades españolas, inscribir sus cuerpos en este registro como forma de transmitir el mensaje de que su cuerpo es de su propiedad y, en consecuencia, las decisiones sobre él le corresponden a sus ‘titulares’, las mujeres.

Ventanilla Correos

De ventanilla en ventanilla, del Registro a Correos

Hasta la fecha en Santander se han desarrollado dos intentos, y en los dos ha sido imposible ni siquiera que se admita a trámite su solicitud.

Es decir, no se ha llegado a rechazar porque la titular del registro ha declinado incluso aceptar que la petición entrara, de modo que las activistas han decidido tratar de que esa solicitud llegue por correo certificado para, cuando reciban la negativa, poder dirigirse al Registro de otra ciudad en la que sí se autorice (el criterio está variando en lugar, ya que es potestad de los responsables del Registro).

La siguiente acción en la que ya piensa este grupo, una vez agotada la vía del Registro, es un acto de apostasía (de renuncia a pertenecer a la Iglesia) de carácter masivo, como reacción a las declaraciones de dirigentes eclesiales que amenazaron con la excomunión (la expulsión) a las mujeres que abortasen.

LUCHA POR LA IGUALDAD

Sea como sea, al margen de la defensa del derecho al aborto, el manifiesto del 8 de marzo hacía hincapié en otros aspectos que preocupan en la lucha por la igualdad: la precariedad laboral, el machismo, la desigualdad salarial o en los puestos directivos, el acceso a la educación o la sanidad o el retroceso en los avances que se habían conseguido frente a la violencia de género.

“Ser mujer no tiene nada de malo ni de inferior”, reivindicaban, denunciando que los mensajes en ese sentido sólo persiguen el fin de “mantener el poder y la propiedad en manos de los hombres”.

A la protesta asistían, además de activistas de distintas asociaciones y movimientos sociales, y ciudadanos de a pie, representantes de los colectivos que acudirán a las Marchas por la Dignidad, los recorridos a pie desde puntos de toda España para denunciar los recortes en los servicios públicos y la sumisión ante los poderes financieros. La rama cántabra iniciaba su trayecto justo después de la manifestación.

También asistían políticos, como la secretaria general del PSOE cántabro, Eva Díaz Tezanos; la diputada regional del PSOE Ana Isabel Méndez (que fue directora general de la Mujer en los anteriores Gobiernos de Cantabria) o la alcaldesa de Torrelavega, Lidia Ruiz Salmón.

El PRC, por su parte, tenía su propio acto, como cada año, en el que invitan siempre a una mujer relevante de la comunidad que, en este caso, era la empresaria Mar Bolado, socia de Stringflex.

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