Ferdinand

Una compleja mezcla de decisiones administrativas y judiciales ha llevado a que W, el hijo de Ferdinand y Monkile, una pareja de inmigrantes africanos, esté con otra familia, una vez que los servicios sociales cántabros iniciaron un proceso de preadopción tras alejarle de sus padres en base a unos malos tratos que descartan los tribunales e informes periciales independientes, y en base también a una desatención que confirman otras sentencias e informes.

La historia de Ferdinand comienza en 2004, cuando llega “a buscarse la vida” a Cantabria desde Madrid, y antes, desde Camerún.

Poco a poco, las cosas empiezan a estabilizarse: obtiene los papeles y en 2008 consigue la reagrupación familiar, de forma que puede traerse desde su país a su mujer, Monike, que estaba embarazada cuando se marchó Ferdinand, que tiene que ‘ganarse’ a su hijo, W. , de tres años, y que apenas le conocía.

Los tres viven en un piso en Guarnizo, y allí fue donde, un día, en 2009, el niño se cae por la terraza, al ir a buscar un balón, con el resultado de que se rompió la pierna. Ahí comenzaron los problemas.

En el hospital, se interpretaron estas lesiones (junto a una serie de heridas y atenciones médicas previas que sirven de base para que la administración cuestionara la atención recibida por el niño) como consecuencia de un caso de maltrato, y así se lo trasladó a la Policía, que les trasladó a él y a Monike, embarazada, a comisaría, donde pasaron esa noche.

La denuncia activó un proceso judicial que implicó la elaboración de informes periciales, de expertos, que descartaron el maltrato que se planteaba, tanto a nivel físico como psicológico.

Pero al volver al hospital, se encontraron con que W. no estaba allí: se le había declarado en situación de desamparo y estaba en manos de los servicios sociales de la comunidad autónoma.

Y allí es donde se vuelve a hablar de la situación de maltrato, basándose en las lesiones sufridas por el niño.

Y se inicia un doble proceso judicial, por vía penal (por el maltrato) y civil (en lo relacionado con la parte administrativa, con la retirada de la patria potestad).

Servicios Sociales consigue que se reabra el asunto por la vía penal, que había quedado archivado ante la falta de pruebas, pero que los padres de W. terminan ganando en todas las instancias, incluido el recurso ante la Audiencia Provincial de Cantabria.

Pero, mientras se sustanciaba todo este proceso, se había comenzado el procedimiento para dar en adopción a W., actualmente en el trámite de preadopción, y que ha sido ratificado judicialmente en todas las sentencias, civiles, que se han ido emitiendo hasta la fecha.

“No sé dónde está el niño, pero no creo que esté en Cantabria, le suelen mandar a otra comunidad autónoma. Yo pensaba que los Servicios Sociales eran gente que podía ayudar, son sociales. Pero ya no pienso lo mismo. No he visto ninguna ayuda en Servicios Sociales, al contrario, nos han perjudicado”.

ASAMBLEA

Ferdinand reunido con la asamblea de apoyo

La lucha de Ferdinand y Monique tiene una vertiente judicial, en la que están pendientes de la respuesta a un recurso a una de las sentencias, y otra social: su caso ha motivado la creación de una asamblea de apoyo.

‘Libertad para W’ es un grupo de ciudadanos que conocieron su caso por referencias en medios de comunicación como Diagonal o por jornadas sobre menores en los que se ha expuesto esta situación, o bien por vías tan sencillas como el conocimiento personal de Ferdinand y Monike de amigos o vecinos seguros de que no se produjo el maltrato que ya han descartado sentencias e informes técnicos.

Están trabajando en difundir la historia de W., para lo que cuentan con un blog, además de próximas acciones, que van desde las recogidas de firmas hasta la puesta en conocimiento del problema a otros colectivos sociales, entre otras medidas que van decidiendo asamblea a asamblea, en su reunión semanal de los martes.