A veces la distancia más corta es un abismo

Google Maps marca como 290 metros (un minuto) la distancia entre la calle Bonifaz y el Centro Cultural Doctor Madrazo.

En realidad, es todo un abismo, el que media entre las viejas y las nuevas formas de hacer política, que, por otra parte, no deja de ser la auténtica política, la que se hacía antes.

Cosas de Santander: a la misma hora que Javier Nart daba una conferencia (no un mitin), a escasos metros, el PSOE de Santander evidenciaba públicamente, ante los medios, por deseo de su secretario general, su enésimo episodio de división interna.

A una convocatoria acudieron alrededor de 70 personas, de todo tipo, por cierto: personas mayores, jóvenes y mediana edad, el «huérfano electoral», como se ha definido uno entre el público e incluso alguno que llevaba orgulloso los colores de la bandera republicana.

Una cifra nada despreciable, conseguida a base del boca a boca, de la difusión en los medios que deciden darle cobertura, que son (somos) pocos y mediante el manejo de las redes sociales, cuyo potencial ha captado bien el grupo de tuiteros que sigue y retransmite el acto.

Javier Nart, en el acto de este martes en Santander

“No verás en nuestra campaña un coche con megafonía anunciándonos”, nos explica, después, el abogado criminalista, Javier Nart, cabeza de lista a las elecciones europeas por Ciudadanos, que tampoco se esfuerza en convencer a toda costa de que le voten.

Javier Nart no da mitines; da conferencias en las que explica al público, sin leer una línea de un papel, la importancia de las elecciones europeas y explica las propuestas de su partido, y, sobre todo, las diferencias entre su partido y los partidos más tradicionales.

Nada que no sepamos: las carreras por llegar, por “arrimarse siempre al sol que más calienta para estar siempre moreno”, la dependencia que se crea de los cargos institucionales ante la falta de trayectoria profesional, la tolerancia hacia la corrupción propia o la superficialidad de los mensajes.

«Donde estabais entonces» – como en ‘Insurrección’, del Último de la Fila, hoy que están de moda las bandas sonoras de nuestras vidas- recrimina Nart al PP, al PSOE, a UGT, a CC.OO. y a la patronal, ahora que se empieza a hablar de un pacto contra la corrupción. En consejos de administración como el de Bankia, donde se decidió estafar a la gente. Extrapolable a todo el territorio.

La teoría sobre el viejo modelo de partidos se impartía en el Centro Cultural, la master class se dio en Bonifaz: el secretario general del PSOE en Santander convocaba a los medios para escenificar el portazo a la dirección regional del partido, a la que hasta hace poco apoyaba a cambio de conseguir los distintos cargos que ha desempeñado y a la que ahora deja en una situación incómoda, sobre todo a la secretaria general y candidata a la Presidencia de Cantabria, Eva Díaz Tezanos.

En las puertas de las elecciones europeas, Juan Guimerans le ha alterado el paso a Díaz Tezanos, que estaba intentando acompasar sus pasos a los de la calle. Ya sabéis: mercados, visitas y reuniones. El capítulo del manual al que recurren siempre en la calle en la que no da nunca el sol. Como Noruega en invierno, pero todo el año.

En la sede del partido cuelga ya un cartel de ‘Se busca’: hace falta un nuevo grupo de presión que restablezca los equilibrios que dan sensación de estabilidad en el juego de tronos en el que se instalaron los socialistas santanderinos en una edad muy antigua.

Atentos que es un poco lío: el hoy dimitido – del partido, pues sigue siendo diputado regional- pasó de intentar apoyar a una línea del PSOE, la más oficial, a criticarla cuando esta optó por otro bloque –los Mañanes-, que pronto “pasaron de moda” (es un decir) y perdieron el puesto en la Ejecutiva, siendo relevados, esta vez, por Los Guimerans.

Todo esto pasó después de que el anterior grupo inclinacongresos, los denominados ‘idecanes’ -una escisión de Izquierda Unida- llegaran a la integración total, tan extrema que uno de sus miembros, Ángel Agudo –el de… (rellenad aquí con lo que queráis)- es el presidente del partido.

El clásico juego de miradas en un congreso regional

Y todo pasa en una agrupación que en su día se dividió en cuatro distritos para restarle poder a una histórica dirigente, Rosa Inés García, que sigue teniendo su ejército de alfiles. Ahora de lo que se trata es de reunificar los distritos, que no deja de revelar un fracaso tanto en el objetivo de derrotar a una rival como en la gestión del tiempo perdido en estos procesos por el partido de la oposición.

Da un poco igual: como las primarias cerradas, la decisión estaba tan tomada que la gente no se molestó en ir a las reuniones en las que se quería discutir y aprobar. Eso es lo que pasa cuando se cierra la participación.

En el camino, un relevo en la dirección del partido y en el grupo municipal, el de Eugenia Gómez de Diego, en lo que fue un intento de apartar a una generación de militantes y un castigo a quien osó apoyar otra opción, la de Carmen Chacón, en el último congreso.

¿Os perdéis? ¿Os liáis? ¿Os aburrís? ¿Os da igual? No os preocupéis: significa que sois como una mayoría importante, distanciados elección tras elección del partido principal de la oposición en Santander.

Difícil papeleta le deja Juan Guimerans a quien ha señalado como cabeza visible en el PSOE de Santander, Judith Pérez, actual portavoz, que desde el grupo municipal si que está desarrollando un puntilloso trabajo de oposición que, as usual, queda oscurecido por la endémica división interna de los socialistas santanderinos. De ser ella la candidata, ya ha quedado como segundo plato, después de que Guimerans haya revelado su negativa a encabezar la lista santanderina.

Asistentes al acto de Ciudadanos en Cantabria

Desde el otro lado de la calle, a partidos como Ciudadanos, o como Podemos –a la busca de interventores para el 25 de mayo- les llaman “estrafalarios” o “extravagantes” por lo que no deja de ser una búsqueda de los orígenes de la política, cuando los mitines se hacían para escuchar las preguntas de los asistentes y no para el piloto rojo del telediario, y cuando en la guerra por los titulares se competía con ideas y no con frases ‘quedonas’. Cuando la política estaba en la calle y no en los despachos de los partidos.

«Yo soy un huérfano electoral», ha justificado su asistencia a la conferencia uno de los intervinientes en el turno de preguntas a Javier Nart. Ha explicado que durante mucho tiempo fue un abstencionista militante, tratando de convencer en diversos foros de que era la mejor opción ante algo que «no sé lo que es, pero no es una democracia». Ahora ha cambiado de opinión, y busca una opción coherente, en el espectro del voto raro, para castigar de forma efectiva a los partidos del régimen bipartidista. Porque, en definitiva, ya ha pasado más de un siglo desde Sagasta y Cánovas. Y seguimos ahí.