“Es hora de hacer política en lugar de politiqueo”
Problemas técnicos aparte, ya son profesionales de los megáfonos. Llevan desde hace tres años, cuando explotó el 15M, con él en la mano en manifestaciones y asambleas.
La de este jueves de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) de Santander era especial, porque coincidía con el tercer aniversario de la manifestación que desembocó en las acampadas por todo el país.
La PAH es uno de los movimientos herederos de ese espíritu de indignación que sacó a muchos jóvenes a la calle: en ella participan como activistas algunos de los protagonistas destacados de entonces.
Es uno de los colectivos que mejor concreta lo que pasó esos meses: ciudadanos organizándose por ellos mismos para dar soluciones a los problemas que no les arreglan las instituciones ni los partidos políticos que, según rezaba la coletilla, “no les representan”.
Eso, el hecho de que la gente decidiera participar y hacer política, y no “politiqueo”, es uno de los grandes legados del 15M, según explica a EL FARADIO Oscar Manteca — uno de los que más cogió el megáfono en las asambleas de la Porticada–, ahora implicado en la lucha antidesahucios.
Una causa, la de la legislación hipotecaria, que cobró impulso desde la Plaza, al igual que el movimiento contra el fracking o fractura hidráulica (derivado directamente de uno de sus grupos de trabajo), entre otros temas que luego acabarían llegando a la agenda de las instituciones.
Eso se llama influencia, como el hecho de que en esta campaña ya haya partidos políticos que beben del ideario indignado, o que si algo está centrando los comicios es la crítica a los dos grandes partidos, el “PPSOE”, que decían en la Plaza.
Ese es otro de los motivos por el que este aniversario del 15M es especial, por coincidir, igual que en 2011, con una campaña electoral.
Pero además, los activistas antidesahucios llegaban a esta asamblea justo al día siguiente de la protesta que protagonizaron este miércoles en Torrelavega al número dos del PP a las elecciones europeas, Esteban González Pons.
Frente a las acusaciones de insultar y tratar de reventar al acto, los participantes responden que ni siquiera hablaron y que fueron ellos los que recibieron insultos al abandonar un acto que sí se celebró.
Algunos de los participantes todavía muestran su sorpresa por el hecho de que se les intentara vincular con PSOE y PRC, explicando que si acuden a actos del PP es porque es el partido que gobierna y el que rechazó su propuesta de ley antidesahucios, “cuando gobiernen otros, ya iremos”; o por el cambio de papeles de víctimas (en la protesta había parados y personas en riesgo de perder sus domicilios) a los acosadores que describieron luego los discursos oficiales de González Pons.
Más allá del incidente, la PAH continúa con su trabajo respondiendo las dudas que es plantean los asistentes a la asamblea. Algunas al megáfono, otras al oído. Existe cierta preocupación por asuntos como los seguros de los que disponen los bancos en caso de impagos dela hipoteca o qué sucede con las cuotas en una pareja cuando fallece uno de los miembros.
Frente a la sede de Caja Cantabria, la caja responsable de algunos de los últimos casos de desahucio que han atendido, ahora integrada en Liberbank, la PAH cierra el círculo: responde a las dudas y da consejos sobre cómo actuar.
Algo parecido pasaba por la mañana frente al ICASS (el Instituto Cántabro de Servicios Sociales), donde activistas alertaban de la finalización de la renta social básica (una ayuda a personas que ya no cobran el desempleo) para 1.500 personas el próximo mes de junio.
Los organizadores explicaban como realizar los trámites para una renovación que, según informaba luego el Gobierno, será automática.
Nuevamente la Administración actuaba a remolque de las acciones de ciudadanos que compensan sus carencias, como ha pasado con la movilización contra el fracking que logró convencer al Ejecutivo regional de luchar contra esta técnica, las negociaciones de hipotecas con bancos y las paralizaciones de desahucios, o la atención sanitaria a inmigrantes cuando acuden acompañados por los activistas contra la exclusión sanitaria.