Era lo que más o menos se esperaba todo el mundo pero, como todo lo que afecta al Racing, se ha hecho desear. Y siempre con rocambolescos giros de guión.

Casi con el tiempo cumplido, y en propia meta por un jugador del Llagostera, llegaba el gol que suponía el viaje de vuelta a segunda para el conjunto verdiblanco.

Una gesta que ha hecho explotar de alegría al Sardinero, que congregó a más de 20.000 aficionados.

Están acostumbrados a sufrir tras varias temporadas en las que el Racing ha estado en el alero, con una gestión económica que llevó a un concurso de acreedores y una ocupación de su directiva por los ‘indignos’, con un paso todavía demasiado reciente por el club.

Pero también a celebrar, como el pasado mes de enero, cuando la negativa del equipo a competir el partido contra la Real Sociedad desencadenó la marcha del Consejo presidido por Ángel Lavín ‘Harry’.

Todavía está fresco ese recuerdo y todavía cuesta olvidarlo, pero en el Sardinero este domingo se pensaba en positivo, en acompañar al Racing en su ascenso a segunda, para lo que se han volcado tanto en presencia como en apoyo, himnos y ambiente en los Campos de Sport.

El gol en propia meta llegó prácticamente con el partido acabado, tras un partido en el que se desaprovechó alguna ocasión y en el que los hombres de Paco Fernández ofreció algún síntoma de cansancio.

El estallido de euforia hizo que la afición desoyera las reiteradas peticiones expresas de no invadir el campo y llevara a hombros a jugadores como Koné o Mario, capitán de los verdiblancos.

Después, la fiesta se ha trasladado al resto de la ciudad, con una banda sonora en la que se combinan cláxones y cánticos deportivos. La recepción principal, en la Plaza del Ayuntamiento. Comienza una semana de euforia y celebración. Ya tocaba.