Las reformas que vienen: IVA, cotizaciones, I+D y nuevo emprendimiento
Expertos en Economía y asesores del Gobierno de España en las reformas laboral y de las pensiones han apuntado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) las próximas reformas estructurales que necesita el país para la recuperación económica, como la bajada del IVA y las cotizaciones sociales, el aumento de la competencia en sectores de bienes y servicios, la inversión en Educación e I+D+i o la financiación del nuevo emprendimiento.
En la mesa de debate, el exsecretario de Estado y asesor independiente del Santander, Guillermo de la Dehesa, enmarcaba su intervención en el escaso margen que le queda a los Estados del sur de Europa para actuar sobre la macroeconomía, en su opinión, por la construcción europea con unión monetaria pero sin política fiscal común, algo que “no puede funcionar” y provoca “choques asimétricos”.
“Si la política macro está exhausta, entonces hay que hacer reformas estructurales”, explica De la Dehesa, que apunta a medidas necesarias, después de las reformas del mercado laboral y de las pensiones.
En primer lugar, señala que hay que actuar en el sector de los bienes y servicios, porque hay poca competencia, con tendencias hacia una excesiva concentración económica y situaciones quasi oligárquicas. En este sentido, el economista señala que hay que aumentar la posibilidad de las empresas para competir en horarios, facilitar permisos, apertura de nuevas empresas, etc.
Por otra parte, De la Dehesa considera que hay que reorientar la carga tributaria, como ya ha indicado la Comisión Europea en sus informes: reducir el IVA y disminuir las cotizaciones de las empresas a la Seguridad Social podría facilitar un crecimiento de 3,6 puntos en el Producto Interior Bruto en 10 años, según los expertos.
Sin embargo, son las decisiones “más difíciles de tomar” para los gobernantes, porque “lo micro afecta a empresas individuales que montan sus lobbies y tratan de evitarlo”, pero para Guillermo de la Dehesa son reformas que hay que emprender, porque en los ‘booms’ económicos no se puede, y porque hay que evitar que el crecimiento sea poco competitivo o con demasiada inflación.
«ESPAÑA TIENE UNA DEUDA CON LA EDUCACIÓN Y LA I+D+I»
“Es algo que no entiendo de este país, que renuncie a los motores de crecimiento de la Educación y la I+D+i. España tiene una deuda con esto y es una asignatura pendiente del mundo bancario”, opinaba, a modo de prólogo, José María Marín, experto de la Comisión que asesoró al Gobierno en la reforma de las pensiones.
Entre las recetas de Marín para la recuperación, a corto plazo hay que bajar las cotizaciones sociales, algo que se puede corregir con una subida posterior del IVA, mientras que a largo plazo España tiene el reto de la I+D+i y la financiación del nuevo emprendimiento, que está demasiado “bancarizada”.
Para este experto, la dependencia de los bancos, unido al alto nivel de fracaso emprendedor, hace que los intereses sean tan altos que suponen una losa para los proyectos que sí pueden salir adelante.
Marín plantea la inversión en I+D+i como una cuestión estratégica de Estado. Y es que la brecha con los países del norte se ha vuelto a abrir, y las consecuencias de este ‘gap’ son a largo plazo, porque lo que se investiga hoy se manifiestará en términos de competitividad de las economías dentro de unas décadas.
“¿Se puede tener éxito en la atracción o repatriación de talento con sueldos fijados por la ley?”, se cuestiona en relación a que la investigación está en España prácticamente limitada a centros públicos y se pregunta si es necesario o deseable, en términos de eficiencia, que la I+D+i esté circunscrita al funcionariado.
Por último, llama la atención sobre los profundos desacuerdos políticos en I+D+i, una materia en la que no pueden oscilar tanto las posiciones en función de ideologías, más a la izquierda o más a la derecha.
No tenemos tanto tiempo, porque este experto asesor en la reforma de las pensiones advierte, en términos de sostenibilidad, que no recuperaremos los niveles de empleo previos a la crisis hasta 2025 (EE.UU ya los ha alcanzado), mientras que en 2030 empezarán a pasar al sistema de pensiones los babyboomers (la generación amplia de los años 70).
Y aunque el sistema de pensiones «no va a quebrar», es posible que a largo plazo haya que admitir que sean «menos generosas» que en la actualidad, o con una aportación pública menor.