La muerte de Álex Ángulo conmocionó ayer al mundo del cine. Un escalofrío de incredulidad recorrió las redes sociales a medida que la noticia se confirmaba: el actor falleció en un accidente de tráfico a la altura de la localidad riojana de Fuenmayor. Según confirmó la Delegación de Gobierno de esta comunidad, el vehículo que conducía Angulo se salió de la vía y el personal sanitario que acudió al lugar no pudo hacer nada por salvar su vida, pues falleció “prácticamente en el acto.

La cultura española se colgó crespones de luto y las reacciones no se hicieron esperar. La gran mayoría compartían sentimientos comunes: impotencia, rabia, frustración e incredulidad. Pero por encima de todo, el reconocimiento a un profesional que dejó huella en el cine y la televisión de nuestro país durante las dos últimas décadas: un clásico moderno al que se recordará por sus actuaciones en películas como El Día de la Bestia y en series para la pequeña pantalla como Periodistas.

Un secundario que apuntalaba cualquier guion. Un protagonista creíble. Álex de la Iglesia, que le dio sus primeros papeles imporantes en Acción Mutante y sobre todo en El Día de la Bestia, expresó su dolor a través de las series sociales. El nombre de Ángulo siempre estará asociado al del director vasco. Será difícil olvidar a ese cura del norte, medio bonachón y medio guerrero fanatizado, que llega a Madrid en vísperas de Nochebuena para impedir junto a un heavy satánico y a un telepredicador italiano el nacimiento del Anticristo en el portal de Belén de las torres Kío.

El director cántabro Nacho Solanas, que compartió set de rodaje con Ángulo en el que será ya para siempre uno de los últimos trabajos del actor vizcaíno, el cortometraje Nanmala, pasó por los micrófonos de Buenos Días Cantabria para recordar su experiencia dirigiendo al intérprete. «Casi puedo contar con los días de una mano los días que yo estuve con él, pero preparar el corto exige un trabajo muy intenso, de manera que acabas conociendo muy bien a la otra persona, y compartiendo muchas cosas con ella», explicaba el realizador.

De aquellos días, Solanas recuerda la cercanía de Ángulo, la misma cercanía que el actor conseguía imprimir a sus personajes. «Cuando lo conocí no me llevé ninguna sorpresa, era como yo esperaba que fuese», recordó el director cántabro, que alabó el trabajo de Ángulo en Nanmala: «fue una experiencia maravillosa, era muy fácil trabajar con él, aportaba ideas pero nunca imponía su punto de vista».

Nanmala, la historia de un tendero frustrado, se ha convertido, desgraciadamente, en uno de los últimos trabajos profesionales de Álex Ángulo. El cortometraje se encuentra ahora en fase de distribución y próximamente se exhibirá por distintas salas de España. Para verlo en Cantabria habrá que esperar a que algún festival se anime a proyectarlo.

Será una manera más de recordar a Álex Angulo, un actor difícil de olvidar y que siempre permanecerá en la memoria de los aficionados al cine de este país. Sus papeles en más de cuarenta películas y otras tantas series de televisión servirán para mantener viva la grandeza de un intérprete que consiguió hacerse un hueco en la memoria colectiva de todo un país.