Cuando en enero de 2013 a Paco Gómez Nadal la Policía le detuvo por grabar la ocupación de una sucursal bancaria en Torrelavega por la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, seguro que este periodista y activista inevitablemente estaría recordando lo que le había sucedido dos años antes en Panamá.

Entonces, en 2011, el actual responsable de la librería La Vorágine estaba documentando para una ONG una protesta de indígenas contra un proyecto de ley del Gobierno panameño de Ricardo Martinelli que pretendía favorecer la minería cuando la Policía se dirigió a él por el mismo motivo: llevar una cámara.

Si en Panamá su labor de activista le hizo iniciar un peregrinaje por centros de detención marcado por irregularidades burocráticas y judiciales que desembocó en su expulsión del país y prohibición de entrada, su acción en la capital del Besaya le llevó a ser acusado de un delito que todavía no existía y a ser juzgado.

Paco Gómez Nadal y Pilar Chato en Panamá

Del juicio por lo de Torrelavega resultó absuelto y la prohibición de entrar a Panamá acaba de ser levantada, tras el cambio de Gobierno en el país iberoamericano.

En la España de 2014 todavía resuenan los “No somos Grecia” o “No somos Uganda” con los que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, trataba de fijar la frontera entre los países débiles y fuertes, antes de que en nuestro país acabaran llegando fenómenos como los desahucios, los suicidios por la crisis o los problemas de nutrición infantil.

Así que frente a la tentación del “No somos Panamá”, se encuentra lo sucedido en Torrelavega, meses antes de que empezara a hablarse de la Ley de Seguridad Ciudadana (significativamente llamada por los activistas que se oponen ella Ley Mordaza, igual que una norma vigente en Panamá contra medios y manifestantes) .

“En Europa creemos que nuestra democracia es superior”, explica Paco Gómez Nadal a EL FARADIO, cuando lo que, según señala, lo que sucede es que la democracia “formal” funciona mientras no haya situaciones de crisis que la hagan mostrar su verdadera cara.

“Todo va bien mientras no haya problemas. Las situaciones de crisis generan un movimiento social, movimiento que temen los gobiernos, y es cuando sacan el as de picas que tienen bajo la manga. Si te mueves, tienes problemas»

En Panamá, las medidas de un gobierno “empresarial”, como se autodefinía el de Martinelli, provocaron un rechazo social que llevó a protestas y manifestaciones, y a una reacción de las instituciones para tratar de frenarlas, en un esquema de acción-reacción que se ha reproducido en España.

Paco Gómez Nadal en La Vorágine 

”Creíamos que estábamos en una democracia supermoderna, y los problemas que hay nos hacen darnos cuenta de que no”, reflexiona Paco en La Vorágine, un espacio de cultura crítica. En cuanto en España se agudizaron la crisis, las medidas y las protestas, el Gobierno ha reaccionado también con represalías, añade Gómez Nadal.

Tras su experiencia panameña y pasar a vivir en Santander, puso en marcha La Vorágine y ha seguido implicado la participación en el mundo del activismo, involucrado, entre otras causas, en la plataforma Libres por las libertades y contra la represión de las protestas que se avecina con la Ley de Seguridad Ciudadana, de momento un proyecto del Gobierno central que ha tenido sus primeros avisos en Cantabria, empezando por él mismo.

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