GUÍA PARA NAVEGANTES

PREVIOUSLY ON A TODA VELA: La familia Fernández de la Barca ya ha conseguido saber los planes de Anselmo Fernández de la Barca: usar el Campeonato Mundial de Vela para desviar dinero de los inversores y sanear sus propias empresas. El conflicto ha tenido mucho coste para Marina: la han destituido de la dirección del evento, ha pasado incluso por prisión y ha supuesto el fin de su relación con Sergio, convertido ahora en su enemigo. Las dos familias están en guerra: Anselmo aprovecha para situar a su hijo al frente del Campeonato. Pero Marina tiene un plan.
A veces pasa algo que lo cambia todo. A veces crees que lo tienes todo controlado e irrumpe un elemento nuevo, un factor externo que siembra el caos y marca un punto de inflexión.

Para Anselmo Fernández de la Barca, para su hijo Asdrubal, ese elemento nunca había sido Marina, cuando llegó para hacerse cargo de la dirección del Campeonato Mundial de Vela. Sabían que ella era fácil de eliminar. Al fin y al cabo era de SU ciudad.

Con lo que nadie contaba es con que llegara un elemento totalmente ajeno. Alguien fuera de su control.

Y menos alguien como Francisco Trápaga. Tenía formación universitaria en dirección de empresas y en gestión de eventos. Había sido deportista olímpico de vela en su juventud. Ejercía un alto cargo en la Federación Estatal de Deportes Náuticos. Y desde ese día, era el supervisor del evento. En Madrid estaban cansados de los escándalos y la opacidad de un evento que también les afectaba. Y habían mandado a uno de los suyos para que se hiciera cargo. Eso lo cambiaba todo.
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“Tenías que haber visto la cara de Asdrúbal. Y la del resto de los empleados. Cuando vieron llegar al encargado de la Federación, no daban crédito. No sé cómo lo has hecho, pero los Fernández de la Barca ya no controlan el Campeonato.” Susana estaba pletórica. Con todo, Marina trataba de rebajar la euforia de su mejor amiga. “Está casi controlado, pero tenemos que movernos rápido. Yo tengo documentación en casa que llevaré a los tribunales. Pero en el Centro Global de Convenciones Mundiales hay más. Recuerda que Sergio sigue trabajando en la organización. Tienes que conseguir los papeles antes de que él caiga. Necesitarás ayuda. Habla con mi hermano Jacobo”.

“Perfecto, pero, antes de nada, dime cómo lo conseguiste”. “Es fácil, tenía contactos en la Federación, e hice una llamada. Les conté todo lo que estaba pasando. Ya estaban bastante escamados y decidieron mandar a alguien”. “Y así es como ha llegado Francisco”, apostilló Susana. “Repite eso, ¿han enviado a Francisco?”. ¿Tenía que ser precisamente él?
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Susana siempre había mirado con respeto a Jacobo Montes-Valdivia. Era el hermano de su mejor amiga. Desde la adolescencia, le había idealizado tanto que nunca se había atrevido a acercarse a él. Y ella sabía que esa fama de cabra loca, esa afición por la noche y el Casino eran algo temporal. El Jacobo que Susana conocía no era así. Pese a que habían pasado más de veinte años, le seguía dando miedo acercarse a él, estar con él a solas. Pero ahora no le quedaba otro remedio, tenían que ayudar a Marina. Había quedado con él en uno de sus bares, el Capitán Garfio. “Hola Susana, que alegría verte”. Dios, ahí estaba otra vez esa sonrisa…
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En el despacho de Anselmo Fernández de la Barca en el Paseo de Pelayo había un trasiego poco habitual. Uno a uno, iban llegando las empresas inversoras en el Campeonato, preocupadas por las novedades y por el nuevo nombramiento. Le necesitaban a él porque era el único capaz de poner orden y conocía cómo funcionaba la organización. Pero él también les necesitaba: al fin y al cabo, era su dinero el que estaba desviando para sanear sus propias empresas.

“¡¡No soy el heredero de tres generaciones de comerciantes para despilfarrar la herencia de los López de Mérida-García en un Campeonato que se va al garete!!”, clamaba un hombre de mediana edad que trataba de disimular las canas con un tinte excesivamente juvenil.

“Tranquilos caballeros. El Campeonato Mundial de Vela saldrá adelante. Ustedes obtendrán el retorno publicitario y económico que esperan. La cita sigue estando bajo nuestro control. Confíen en mí: están hablando con Anselmo Fernández de la Barca. Si me disculpan, tengo mucho trabajo que hacer”.

A Anselmo le quedaba un cartucho. Al fin y al cabo, seguía habiendo un Fernández de la Barca en la organización. Seguía teniendo un hombre dentro. Un hombre despechado, que siempre son los más fáciles de manejar. “Sergio, pasa, disculpa el retraso. Tenemos que hablar

¿Qué papel tiene reservado Anselmo para Sergio en su estrategia? ¿Aceptará Sergio? ¿Conseguirá Francisco Trápaga evitar que Anselmo controle el Campeonato? ¿De qué se conocen él y Marina? ¿Por qué ha disgustado ese nombramiento a Marina? ¿Logrará Susana resistirse a los encantos de Jacobo?¿Conseguirán entre todos salvar la documentación que incrimina a Anselmo?

CONTINUARÁ

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