(CONTEXTO: En mayo hay elecciones municipales y autonómicas. En Podemos existe el debate sobre la posibilidad de no participar en las municipales, las de los Ayuntamientos (que no las autonómicas), donde se tienden a plantear fórmulas como Ganemos, inspirada en la apuesta de Barcelona y Ada Colau, que integran a ciudadanos, activistas, partidos del ámbito de la izquierda y colectivos sociales).

||por JUAN MANUEL BRUN, abogado y miembro del Círculo Podemos Santander||

UNA: Se dice que si concurriéramos a las elecciones municipales, a lo sumo tendríamos una fuerza testimonial. No lo creo, pero aún este caso gozar de este carácter no estaría nada mal. Testimonial viene de testimonio, que supone según la Real Academia de la Lengua, prueba, justificación y comprobación de la certeza o verdad de algo. Estar en los ayuntamientos nos permitiría ser testigos directos de las prácticas corruptas que estamos denunciando y nos permitiría además conocer más cerca de los instrumentos que permitirían luego erradicarlas. Esta cercanía haría que nuestras denuncias y propuestas para frenar estas prácticas ganaran en consistencia y credibilidad ante la ciudadanía.

Entroncado con lo anterior, es obvio que nuestra irrupción en los ayuntamientos tendría también un carácter disuasorio para la generación y difusión de esas prácticas. La connivencia entre los partidos de la casta ha permitido la floración impune de estos desmanes, pues unos y otros esperaban aprovecharse de ellos cuando les llegara su turno de gobierno. Esta “omertá” tácita desaparecería o al menos se limitaría al estar nosotros en las instituciones.

Si ya desde fuera de los ámbitos de poder estamos cambiando ciertas dinámicas, ¿no se multiplicaría este efecto profiláctico si estuviéramos no en la periferia de las instituciones, sino dentro de ellas?

DOS: Hay una posibilidad real de desactivar/debilitar/disminuir la inteligencia colectiva y creadora que suponen los círculos, debilitando así el proyecto colectivo que es Podemos.

Mucha gente que acude a los círculos lo hace para trabajar por y para su municipio, para mejorar esas pequeñas-grandes cosas que suceden en nuestro ámbito más cercano; en las comisiones de extensión se mantienen reuniones constantes con asociaciones de vecinos, y con distintos movimientos sociales para conocer los problemas que se suscitan en la esfera local. Todo esto se hace con la esperanza de solucionar los problemas que se detecten. La gente no se reúne para hacer literatura municipal, sino para transformar la realidad municipal.

¿Dejaremos que todo este trabajo que se ha hecho no sirva para nada, le diremos a la gente que no puede transformar la realidad de su propio municipio? ¿Qué como máximo se tiene que limitar a denunciar lo que se está haciendo mal? ¿Cómo va a afectar esto a la gente que acude a los círculos para cambiar la realidad local? ¿Tendrán los círculos la misma dinamicidad, participará la gente en ellos con la misma motivación?

Aparte de desincentivar el trabajo de los círculos, no concurrir a las elecciones municipales nos haría perder fuerza y credibilidad con las asociaciones vecinales y otros grupos y movimientos sociales de carácter local, que se terminarían acercando a aquellos partidos que a través de las instituciones pudieran aportarles soluciones reales a los numerosísimos problemas reales que tienen.

TRES:  Otra de las objeciones que se hacen a la participación de Podemos en las municipales es que con dicha concurrencia asumiríamos un gran riesgo, a cambio de obtener beneficios nimios. Se apunta que nuestras perspectivas municipales no nos darían opciones reales de gobernar los municipios. Tal vez, pero lo cierto es que a nivel general y autonómico las perspectivas son muy similares. No hay ninguna encuesta que nos sitúe siquiera como primera o segunda fuerza política. Somos aún la tercera fuerza política.

Con el añadido además de que para acometer los ciclópeos cambios que se pretenden en el documento de los cinco fundadores de Podemos a nivel estatal – cambio de régimen, cambio de ciclo político etc- se precisan además mayorías más cualificadas que las ordinarias, -2/3, ¾, -lo que hace más ilusorio las perspectivas de esos cambios cuya posibilidad se invoca como algo muy posible en este documento político.

Por el contrario, en el ámbito municipal es más factible que demos los giros necesarios y no se precisan esas mayorías espectaculares que sí se precisan para hacer esos cambios que pretendemos hacer en el ámbito estatal.

CUATRO: Preservar la “marca Podemos” es ilusorio. La marca Ganemos, independientemente de que concurramos en ella en diez o en cien territorios, independientemente de que lo hagamos a nivel individual o colectivo, se va a asociar a Podemos irremediablemente.

Si nos integramos en esta candidatura (incluso aunque lo hagamos solamente de forma individual pues la gente no hace esta disociación tan fácilmente sobre todo si las caras son similares en uno y otro proyecto) se nos van a imputar sus errores, es decir, no habrá “reserva de marca”. Además de que asumimos todos los riesgos sin posibilidad siquiera de limitarlos, pues no tendremos control real sobre las decisiones que se nos van a imputar.

Y perderemos gente muy interesante para Podemos. Muchas de las personas que trabajan con nosotros, se unirán a otras organizaciones y plataformas municipales, perdiendo así un capital humano importantísimo. Si queremos ser palanca del cambio no podemos dejar tanta gente en el camino. Las municipales eran un momento para congregar energías y fuerzas, y nosotros si tomamos la decisión de no acudir a las elecciones, perderemos mucho fluido humano de ese caudal.

También, si no dejamos a la gente participar en el cambio de su propio municipio, ¿cómo vamos a retenerles para que cambien el país, cambio en el que no van a poder participar tan activamente como en el que podría activarse en sus propios municipios?

CINCO: No creo como aducen algunos compañeros que activar en el municipio el proyecto Podemos frente a opciones como la de Ganemos sería percibido como una guerra entre las izquierdas, y ello por varios motivos.

Podemos empieza a percibirse como algo transversal (17% de votantes del PP según el último sondeo registrado han pasado a nuestro partido, las declaraciones del propio Iglesias hablan constantemente de esta transversalidad, no se habla de hacer frentes de izquierdas sino de hacer frentes ciudadanos). Integrarnos en una especie de Frente Popular –así será vendido por los mass media – afianzaría un perfil que sería contraproducente de cara a convertirnos en un proyecto mayoritario.

Además, la misma idea podría predicarse en el ámbito autonómico y general (guerra de izquierdas con equo, IU y otras formaciones).

Por otro lado, debemos ser honestos. Las iniciativas municipalistas son conocidas entre los activistas y las personas más concienciadas. Sin embargo, entre la población general apenas hay información y, salvo muy honrosas excepciones, las expectativas de voto para ellas son muy reducidas.

SEIS: Si la principal o uno de las principales y principales ideas-fuerza de Podemos es la del empoderamiento ciudadano, ¿por qué vamos a negar la posibilidad de este empoderamiento a las primeras de cambio, cuando hay una primera ocasión para empezar a hacerlo efectivo?. Si el poder está en las instituciones, ¿por qué nos vamos a negar a participar en ellas? Se apunta que quizá no estemos preparados todavía para asumir el poder, ¿pero cuándo lo estaremos? ¿Y quién decide cuando estamos preparados?

Hay un error de base en esta idea de esperar a estar preparados, porque para que exista ese empoderamiento cuya consecución pretendemos, no hay nadie que pueda otorgarlo, sino que es la propia gente, (a través, en nuestro caso, de los círculos y otras vías de participación, deliberación y debate), quien se lo otorga a sí mismo. Si una asamblea municipal cree que está preparada para asumir el poder, y sus propuestas son respetuosas con el ideario general del programa y no se traspasan ciertas líneas rojas ni en los contenidos ni en las personas, ¿quién puede decirle que no lo está?. ¿Vamos a crear ámbitos de empoderamiento cualificado, gente capaz de decidir quién está capacitado para empoderarse y quién no?

SIETE:  Creemos por último que se comete un error enorme al subestimar la importancia de las próximas elecciones municipales. Recordemos que en 1931 unos comicios locales propiciaron un cambio de régimen en España.

Evidentemente no es un escenario comparable pero no olvidemos que quizá dentro de un tiempo podamos decir que el nuevo cambio de régimen en España se inició gracias a unas elecciones en principio aún menos relevantes que las municipales, como son las europeas.

Si unas elecciones en principio prácticamente irrelevantes, han podido constituirse en detonante de un posible cambio de ciclo político, ¿vamos a desdeñar el efecto que pueden tener unas elecciones municipales?

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