Como señala la prensa nacional, Ramiro Cid es el cuarto hombre de la macro redada ‘Púnica’ que investiga en la Audiencia Nacional a una red de más de 50 políticos y empresarios sospechosos de haber cometido varios delitos de corrupción. Y Ramiro Cid nos suena en Cantabria, porque tiene un pasado relevante en el Racing: fue consejero y vicepresidente en el periodo 2006-2008 y transmitió la mayoría de la propiedad a la familia Montalvo.

De hecho, una de las empresas de Cid que ha sido registrada en la Operación Púnica, Obras y Vías, figura en el pasado mercantil de la Sociedad Anónima Deportiva Real Racing Club de Santander: Obras y Vias es la empresa con la que Ramiro Cid adquirió la mayoría de Dumviro Ventures, la empresa instrumental en la compra-venta del Racing por el Gobierno de Cantabria.

Ramiro Cid es noticia estos días porque a la Guardia Civil le aparece su nombre por todas partes ligado a la trayectoria de Francisco Granados, el exhombre de máxima confianza de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, el último pez gordo de la política manchado por la corrupción.

Según cuenta El País, otra de las empresas de Ramiro Cid, Grandes Locales de Negocios, era la propietaria del coche que conducía habitualmente la esposa de Granados, un Mini Cooper, que apareció incendiado en extrañas circunstancias.

Y las empresas de Cid tienen que ver con las viviendas del exconsejero de Presidencia de Aguirre.

Pero si las relaciones con la red ‘Púnica’ son estrechas, no lo son menos con Cantabria y con el Racing, donde aterrizó en marzo de 2006. En aquel entonces, el Gobierno cántabro de socialistas y regionalistas estaba en pleno proceso de colocación del Racing, después de haber librado al empresario constructor Santiago Díaz de deudas por más de 20 millones de euros, en una operación de compra-venta que durante meses aguardó la llegada de un comprador en las torres Kio de Madrid.

Como es sabido, Emiliano Garayar custodió el expediente Racing, fue el hombre de confianza del Gobierno para colocar el Racing. Había otros grupos interesados , alguno bastante solvente, pero Garayar se colocó él mismo al frente de una operación en la que estaban, en varias fases, el ahora implicado en la red Púnica, Ramiro Cid, y la familia Montalvo.

Fuentes cercanas a aquel proceso de compra-venta aseguran a El Faradio que Ramiro Cid llega al Racing de la mano de Ángel Agudo, exconsejero socialista de Economía y actual presidente del PSOE, acusado en la querrella que investiga la Justicia en cántabra sobre la posterior venta del Racing al indio Ali Syed en Zúrich.

Y Agudo habría llegado a Cid por dos vías. Por una parte, fruto del contacto de Ramiro Cid con el PSOE. Aunque en Púnica sale muy relacionado con el PP, es bien conocido que todo empresario de la construcción que se precie reparte huevos en todas las cestas. Los socialistas tenían a Pedro Castro de alcalde de mayorías absolutas en la capital expansiva del sur de Madrid, Getafe.

Paradojas, su equipo de fútbol, presidido por otro empresario, Ángel Torres, que ya se paseaba por los palcos de primera división, causaría después una de las mayores heridas deportivas de la historia moderna del Racing: el gol de Casquero que dejó al Racing sin final de Copa del Rey

Por otro lado, junto a Ramiro Cid, desembarcó en el Racing Miguel Ángel Martín Gutiérrez, que fue director general de Deportes de la Comunidad de Madrid con Esperanza Aguirre y hoy sigue siendo director general de UFEDEMA, la Unión de Federaciones Deportivas Madrileñas.

Algunas fuentes sitúan a Martín Gutiérrez en el círculo de amistades del empresario Santiago Díaz, al que el Gobierno de Cantabria había librado de la propiedad (y de la deuda) del Racing y con cuyo grupo de empresas mantenía estrechas relaciones, materializada en adjudicaciones, contratos y obra pública. Díaz y Martín Gutiérrez se han dejado ver juntos este mismo verano en la capital cántabra.

DE RAMIRO CID A LA FAMILIA MONTALVO

Por aquel entonces la prensa ya aseguraba que detrás de toda la operación estaba el empresario Javier Montalvo (padre), propietario de Silver Eagle, una empresa que ya había comprado el golf de Oyambre a colegas del ladrillo como el propio Díaz o Manuel Rotella, desarrollaba viviendas en la Ibero Tanagra de Santander y tanteaba dos grandes proyectos urbanísticos: el PSIR de Ruesga que nunca salió adelante y Ecoparque Besaya.

Firma de la operación de compraventa del Racing

Y por esas fechas, a un año de que Ramiro Cid transmitiera Dumviro Ventures (mayo de 2007) a la familia Montalvo, y con ello la propiedad del Racing, el exconsejero de Economía y Hacienda, Ángel Agudo, negaba categóricamente que Montalvo estuviera entre los inversores: «No, se trata de otros inversores, que no son de Cantabria pero sí tienen una vinculación con el mundo del fútbol», aseveraba.

Un año después, Ramiro Cid cesa como consejero de Dumviro el 16 de mayo de 2007; su cargo en el club no quedaría revocado hasta abril de 2008.
Como consta en una comunicación al Consejo Superior de Deportes, la familia Montalvo se hace con Dumviro a través de la sociedad Silver Eagle de Inversiones y Financiaciones (un 30% de Javier, otro 30% de Jacobo y el 40% restante su madre, Cristina Vijande), para adquirir el 80,38%% del Racing.

Pero hasta la llegada de los Montalvo, Dumviro sólo era propietaria del 52% del Racing. Con lo que la etapa de Ramiro Cid fue tan relevante que transmitió a los Montalvo el club con la primera de varias ampliaciones de capital a las que estaba obligada la empresa con el Gobierno de Cantabria ya cubierta, por un importe de 2,3 millones de euros.

Luego vinieron las otras dos ampliaciones, en forma de créditos participativos, de 7 y de 6,7 millones de euros, uno avalado por los Montalvo y el otro por el Gobierno de Cantabria (Cantur).

O sea, que lo comido por lo servido para los Montalvo y siempre, desde 2006, de presidente Francisco Pernía, tirando con pólvora del rey, hasta un quebranto de las arcas públicas que la juez Paz Hidalgo ha cifrado recientemente en 43,8 millones de euros, dentro de un investigación judicial en la que CANTUR (con el Gobierno del PP) acusa a Angel Agudo (PSOE), Francisco Javier López Marcano (PRC), Luis Egusquiza, Jacobo Montalvo y Dumviro.

Pernía, que esta semana ha forzado una suspensión en la citación testifical de la misma investigación , había sido secretario general del PP y consejero de Industria en dos Gobiernos sucesivos en los convulsos años 90 de Hormaechea, y llegó al Racing como hombre de confianza de Javier Montalvo (padre), para quien trabajaba en Silver Eagle.

Pero hay leyenda política por detrás. Desde el PRC siempre se dice que Miguel Ángel Revilla no le quería y que en una comida con Montalvo (padre) se negó a que Pernía se sentara en la mesa y el de Cóbreces tuvo que esperar sentado en el coche, aparcado en la puerta.

Por la parte socialista, no fueron pocos los que le preguntaron a la entonces vicepresidenta, Dolores Gorostiaga, que cómo un exdirigente del PP al frente del Racing en una etapa de Gobierno PSOE-PRC, y con todo lo que la oposición de los populares había criticado la operación de compra-venta del Racing por parte del Gobierno. Y ante tal incoherencia Lola, a su equipo de confianza, contestaba: “Eso son las cosas de Gelo”. Las cosas de Gelo, Gelo Agudo.

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