“¿Vamos a dejar que nos sigan robando y gobernando a nuestras espaldas o vamos a dar un paso al frente y tomar las riendas?”

Esa es la pregunta que se lanzaba en la asamblea del Círculo de Podemos de Santander de este miércoles, con la vista puesta en la capital de Cantabria.

El reto en Santander ya está lanzado.

Crear un nuevo protagonista en las próximas elecciones municipales (mayo, ya mismo) promovido desde Podemos, con participación de ciudadanos y colectivos sociales o vecinales.

No sería, como tal, Podemos, el partido que dio la sorpresa en las europeas de mayo, en una tendencia que acaba de confirmar el CIS y que, de mayo a mayo, de europeas a municipales, se quiere trasladar a un feudo histórico del Partido Popular.

Un Ganemos Santander que todavía no tiene nombre.

“Tenemos que dar un paso al frente si no queremos que nos empujen hacia atrás”

El reto del Círculo de Podemos en Santander se plasma en un manifiesto, un llamamiento a la ciudad con alusiones al 15M, a la participación en los barrios, al “tripartidismo cántabro” (PP, PSOE y PRC) y la “sumisión” del poder político local al económico, todo en un contexto de “encrucijada” entre “la vieja política y la nueva política”.

DOS POSIBILIDADES

En el proceso de Vistalegre (Madrid) en el que Podemos comenzó a definir su estructura como partido político, también se decidió el método por el que la formación cuya cabeza visible es el eurodiputado Pablo Iglesias participará en las elecciones municipales del cada vez más cercano mes de mayo.

Asamblea del Círculo de Podemos de Santander en la que se ha apostado por ir a las municipales en candidatura ciudadana

No estarán directamente. Es la decisión que adoptaron. Sí que se presentarán a las autonómicas. Pero no a las municipales. Lo cual no quiere decir que no tendrán presencia allí.

Existen dos posibilidades, dos escenarios. Uno: sumarse a iniciativas ciudadanas y electorales que ya están en marcha, como es el caso de Guanyem Barcelona (cuyo rostro más popular es el de Ada Colau, conocida activista antidesahucios). Eso está pasando también en Madrid.

Pero no en Santander, donde lo que se da es el escenario número dos. Es decir, impulsar ese proceso, localizar a ciudadanos y asociaciones y crear algo nuevo.

O sea, el primer paso lo da Podemos, a través de su Círculo de Santander, lanzando el debate, pero lo que hace es integrarse en algo más amplio.

Y en Santander se lanza ese debate porque se ha detectado que a raíz del 15M, en los últimos años, y en especial en este último, existe en la capital una base social y ciudadana más activa de lo habitual en la ciudad.

Desde la propia Plataforma de Afectados por las Hipotecas pasando por el movimiento generado en torno a Amparo, la anciana de Santander que está pendiente de la expropiación de su finca para levantar un vial en la zona de Las Llamas –su nieto estaba entre el público–, incluyendo a la asamblea en defensa de la senda costera entre el Faro y Cabo Mayor o el incipiente movimiento contra la especulación en el Prado San Roque y el Río de la Pila, entre otros. 

De alguna forma, se quiere que den el siguiente paso y se relacionen entre sí para conseguir “tomar el Ayuntamiento”.

PARTIENDO DE UNAS BASES

Con todo, en Podemos sí que parten de una serie de premisas para formar esta nueva organización: que los ciudadanos decidan las posiciones en las listas electorales o que no se den pactos contra natura con colectivos o formaciones que violen sus principios.

También se pretende dos cuestiones que se consideran básicas desde Podemos: que se apueste por ocupar la centralidad del tablero de juego, o sea, que no se formen exclusivamente “frentes de izquierdas”, y también que no sea una “sopa de letras”, es decir, coaliciones de partidos entre sí.

A lo que se quiere tender es a la creación de agrupaciones de electores. Y ahí surge el primer reto: la necesidad de lograr 3.000 avales.

Esas premisas se extienden a los contenidos del programa electoral. Aunque está por definir, sí que aspiran a que se incluyan en él cuestiones que Podemos ve básicas: la realización de auditorías a las deudas de los Ayuntamientos, la apuesta por la fórmula de los presupuestos participativos (en los que haya partidas decididas directamente por los ciudadanos) y la definición de un nuevo modelo de financiación municipal que sea “sostenible”.

EL DEBATE

Entre los alrededor de 70 asistentes la idea prendió bien, no obstante, el principal (y casi único) punto de debate fue el de la apuesta por la centralidad y por superar el tradicional eje político entre izquierda y derecha.

Hay quien lo ve “ambiguo” y que puede dejar la puerta abierta a personas o colectivos con los que no se esté de acuerdo por proceder, por ejemplo, de la extrema derecha, y también porque se cree que podría provocar conflictos más adelante, en el día a día, cuando se tropiece con lo concreto.

En la otra parte de este debate, los matices incidían en que la separación actual es más bien entre “los de arriba” y “los de abajo”, en la importancia de sumar y en que, a la postre, hay cuestiones como la auditoría a la deuda nunca serían aceptados por determinados espectros ideológicos.

SOBRE EL TERRENO

Al margen de filosofías, había asistentes que bajaban más al terreno y llamaban la atención sobre lo ambicioso del reto de “echar a la casta municipal”: desde la influencia del asesor jurídico de urbanismo que pasó, sucesivamente, del Ayuntamiento de Piélagos al de Santander para ocupar en la actualidad la Consejería de Urbanismo del Gobierno de Cantabria (Javier Fernández) pasando por la situación de las asociaciones de vecinos “creadas” desde el propio Ayuntamiento o con menciones expresas a la lucha contra los planes estratégicos ya aprobados para los próximos años de la ciudad.

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