||por MADA MARTÍNEZ||

“Te tiene que entrar que esto sí que es libertad / y que algún día morirás en el intento / tu vida es un horror y solo depende de ti”. Así comenzó el concierto que Nacho Vegas ofreció el viernes en Escenario Santander, con ‘Libertarian Song’, song en la que le canta a una idea de libertad que más bien encadena (porque está hecha de rutina, expectativas y pocas preguntas). La interpretó armado con una guitarrita y, por decirlo de algún modo, al trote.

Pese a que el músico asturiano plantea dudas muy gordas en su último disco ‘Resituación’ (Marxophone, 2014), con el que ahora está de gira, las melodías no dejan de ser festivas, alegres. Es como si letra y música, vistas por separado, no pudieran entenderse, pero que unidas en una canción estuvieran condenadas a hacerlo (hasta el punto de que esa ‘alegría melódica de vivir’ acaba por reforzar el dramatismo de la letra).

A grandes rasgos, así son muchas de las canciones de ‘Resituación’. Son canciones duales; y que le han salido pegadas a la coyuntura, como latiendo con ella, desde dos perspectivas: desde el poder y las inercias, ‘señalados’, caricaturizados, y desde la reacción del ciudadano.

El disco está plagado de temas de dentro hacia afuera, de trozos de realidad y también de los arquetipos que inquietan a Vegas, y por otro lado, y si bien se mantienen los sarcasmos y las distancias y las introspecciones, está lleno de llamadas al pronunciamiento colectivo y a la esperanza y hay una voz más política. Y quizá esto hace de ‘Resituación’ un disco distinto a los anteriores.

Nacho Vegas se resitúa en Escenario Santander

Con ‘Libertarian song’ arrancó el concierto de presentación del disco en Santander. Duró cerca de dos horas. Nacho Vegas y los músicos de La Trama asturiana (Abraham Boba, Joseba Irazoki, Manu Molina, Eduardo Baos y Luis Rodríguez) salieron a escena, acompañados por un «corín», que intervino en temas como ‘Runrún’ o ‘Polvorado’.

Ante unas 300 personas, se fue sucediendo el disco con la interpretación de ‘Actores poco memorables’, ‘Ciudad vampira’ o ‘Adolfo Suicide’, y fueron apareciendo Marián (… divorciada y liberal. / Tuvo algún amor, pero quién los quiere hoy si hay Vandral), la Rapaza de San Antolín, un ‘elefante varado’, y los demás personajes del disco, y también a la luz de agosto en Gijón, porque Vegas habla de su realidad, también la geográfica, para hablar realidades más grandes.

Este hombre, artífice del sello con el que se edita, partícipe de la Fundación Robo, con pelazo y de traje oscuro, escribe y canta de lo suyo y sobre lo que le rodea para comunicarse con los demás.

En las canciones, un personaje, un interlocutor o él mismo presentan el asunto que le genera inquietud (y letras), asuntos que este disco muchas veces tienen que ver con lo que ocurre de cuerpo para afuera, en los despachos de las instituciones y a pie de sociedad. “Te tiene que entrar que esto sí que es libertad / y que algún día morirás en el intento / tu vida es un horror y solo depende de ti”.

Además de los que conforman ‘Resituación’, se interpretaron canciones como Perplejidad, que pertenece a La zona sucia, de 2009 o ‘El hombre que casi conoció a Michi Panero’, algo que se intuyó por la presencia de un pequeño megáfono sobre el escenario.

Muchos se quedaron con ganas de un segundo bis.

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