La organización del Colectivo de Estudiantes (colest) de Cantabria ha convocado una serie de encuentros y asambleas con el fin de organizar una masiva huelga general de estudiantes en todo el país, que tendría lugar tras los exámenes de febrero.

El Colest se encuentra ya trabajando en la convocatoria de una huelga educativa en marzo contra el ya conocido como ‘plan 3+2’.

La dirección de la organización estudiantil ha convocado para el lunes 16 un amplio encuentro del movimiento estudiantil, tanto de Universidad, como de enseñanzas medias y FP.

Este encuentro se centrará en el debate sobre la fecha de la huelga y las movilizaciones concretas que llevarán a cabo los tres sectores, en respuesta a “esta reforma unilateral y aberrante por parte del gobierno”, según han manifestado en un comunicado de prensa.

Además, en este encuentro participará el dirigente estudiantil estatal Gonzalo Helbert, presidente de la delegación central de estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid. También han sido invitados a este sindicatos de profesores, de cara a exponer cuestiones a cerca de las becas de profesorado, implantación de la LOMCE y problemas en las FP, motivos que se suman a la futura convocatoria.

Sobre esas fechas el Colectivo realizará un llamamiento masivo a todos los representantes estudiantiles de institutos y universidad, y tendrá contactos con sus referentes estatales y en otros territorios.

El portavoz del colectivo, Diego Cagigas, declara que con esto busca «una convocatoria a la altura de las circunstancias» y adelanta que «se llamará uno a uno a participar, de una manera plural, hasta el último delegado de clase, miembro de consejo o de delegaciones de la universidad».

LA MEDIDA CUENTA CON EL «RECHAZO ABSOLUTO» DE LOS ESTUDIANTES

La organización advierte  que la postura ante la posible implantación, ahora o en próximos cursos, del ya conocido como 3+2 es “de rechazo absoluto”. Califican al ministro Wert como «un fanático títere de la banca que con estas reformas pretenden una burbuja de crédito estudiantil como en EEUU».

La implantación del modelo 3+2 significa reducir la duración de los grados de cuatro a tres años, incluyendo dos años de máster posteriores. Esta medida ya estaba recogida en el plan Bolonia y fue uno de los puntos más criticados, aunque en ese momento el gobierno español optó por la fórmula 4+1.

Este nuevo modelo se adaptaría mejor a la idea del plan Bolonia, que busca ofrecer grados más generalitas y centrar la especialidad en los másteres. La protesta de los estudiantes ha venido, por un lado, por la rebaja de algunas licenciaturas a grados, y porque, en su opinión, para obtener una especialización acorde a una licenciatura se tendría que cursar un  máster de dos años. Algo que, dada la precariedad económica en las clases medias y bajas dificultaría mucho la formación de los jóvenes.

De hecho, ya se han llevado a cabo las primeras protestas del personal docente y los sindicatos estudiantiles. El pasado lunes hubo una concentración frente el Rectorado de la Universidad de Cantabria para protestar por el encarecimiento que ya provocado la implantación del Plan Bolonia en las matrículas universitarias, y por el aumento extra que supondría el nuevo modelo.

EL RECTOR DE LA UC PIDE EVALUAR LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

José Carlos Gómez Sal, rector de la Universidad de Cantabria

El pasado martes el rector de la Universidad de Cantabria, José Carlos Gómez Sal, señaló que la reforma aprobada por el Gobierno “debe ser estudiada en profundidad antes de implantarla”.

“No se trata simplemente de retrasar su aplicación, sino de empezar desde ya un trabajo serio de análisis de varios aspectos que aún no han sido estudiados”, dijo, tras asistir en Madrid a la reunión de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas.

La práctica mayoría de las universidades que integran la CRUE (58 votos a favor, 1 en contra y 5 abstenciones) ha acordado no plantear la modificación de los planes de estudio, pasando del modelo actual de 4+1 al de 3+2, antes de septiembre de 2016, de manera que no se impartiría ninguno de estos títulos de tres años antes del curso 2017-2018.

En términos económicos, “echamos en falta un estudio económico real del coste que supone bajar las carreras de cuatro a tres años, porque evidentemente estas costarán menos, pero si se suman los dos años de máster es más caro para el estudiante”. “Es preciso realizar un estudio serio”, opina el rector de la UC.