Dos trabajos coordinados entre la Universidad de Oviedo y la Universidad de Castilla y La Mancha y financiados por la Fundación Ramón Areces revelan que la pobreza en España se transmite entre generaciones, a partir de una base de datos extraída de la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2011.

Ambos estudios se han presentado en una sesión sobre ‘Redistribución’, en el marco del XXII Encuentro de Economía Pública, que se ha celebrado esta semana en Santander con 150 expertos internacionales y cerca de 100 investigaciones recientes divulgadas, en distintas áreas de la Hacienda Pública.

LA TRANSMISIÓN DE LA POBREZA

El primer trabajo, titulado ‘Transmisión intergeracional de la pobreza en España: una primera aproximación con la Encuesta de Condiciones de Vida’, ha permitido a María Ángeles Davia y a Nuria Legazpe, investigadoras de la Universidad de Castilla la Mancha, observar que las personas adultas que vivieron problemas económicos en la infancia y adolescencia tienden hoy, durante su vida adulta, a tener más problemas económicos que el resto.

Para ello, han analizado las preguntas retrospectivas planteadas en la Encuesta de Condiciones de Vida de 2011, que revelan datos sobre si los ciudadanos encuestados sufrieron problemas económicos en su familia de origen, así como el nivel educativo y la situación laboral vivida por los padres en los años de la adolescencia de los encuestados.

En otra investigación coordinada con la anterior, ‘Causalidad en la transmisión intergeneracional de la pobreza en España’, las economistas Begoña Cueto, Patricia Suárez y Vanesa Rodríguez, de la Universidad de Oviedo, determina que haber experimentado una situación económica difícil en la infancia o la adolescencia incrementa la probabilidad de sufrir la pobreza en la etapa adulta.

David Cantarero, del Comité Organizador del encuentro

“Lo que tratamos de evaluar es en qué medida la situación laboral de los padres, su nivel educativo o las dificultades económicas vividas en el hogar condicionan la pobreza en el futuro”, explica Begoña Cueto.

Y los resultados del estudio revelan que la posibilidad de sufrir la pobreza cuando el encuestado afirma haber tenido algún tipo de dificultad económica en el hogar durante su adolescencia se eleva al 24%, diez puntos más que aquellos que no lo han padecido, de los cuales cinco puntos vienen explicados “exclusivamente” por haber experimentado dificultades económicas en la etapa adolescente.

María Ángeles Davia añade que “las personas que son capaces de superar el nivel educativo de sus padres son las que se protegen más de este riesgo” y, por lo tanto, “las familias que a pesar de su nivel educativo o de renta logran que sus hijos se eduquen están contribuyendo a que sus tengan menos riesgo de pobreza en el futuro”.

UNA RENTA BÁSICA CIUDADANA “VIABLE”

También durante el XXII Encuentro de Economía Pública se ha presentado el trabajo sobre el ‘Coste/beneficio de una renta básica’, del profesor Juan Gimeno Ullastres, catedrático de Economía Aplicada de la UNED, que concluye que la medida se podría autofinanciar y que, por lo tanto, es “viable”.

Una Renta Básica Universal, con una cuantía cercana a los 400 euros mensuales por ciudadano, costaría en bruto 163.000 millones de euros, de los cuales el 60 % estaría autofinanciado, sería viable a través de “arbitrar medidas” que permitan recuperar en torno al 40% de su coste a través de IRPF.

Según Gimeno Ullastres, la “mayor dificultad” para una renta básica universal es su “elevado coste”, aunque la fuente primaria de financiación es “viable” por la absorción de otras partidas que en la actualidad se destinan a políticas sociales.

Este profesor afirma que los contribuyentes con mayores rentas devolverían la renta básica en su declaración del IRPF, de manera que permitiría al Estado reducir el coste de la propuesta en el 40% restante, por una cantidad de 68.000 millones.

Otra investigación en el mismo sentido, presentada en el Encuentro de Economía Pública por Amadeo Fuenmayor, de la Universidad de Zaragoza, plantea como alternativa a la renta básica un ‘Impuesto Negativo de la Renta’: una propuesta de transición’.

En este trabajo, los autores sitúan como punto de partida un mínimo de 8.551 euros exento de IRPF y por debajo de ese nivel, los ciudadanos tendrían derecho a hacer la declaración de la renta negativa, en la que percibirían una compensación a unos ingresos tan bajos.

La consecuencia es que la recaudación del impuesto bajaría de algo menos de 50.000 millones de euros a 7.539 millones de euros, casi un 85%, aunque de nuevo, sus autores resaltan que a pesar de “lo elevado del coste la reforma podría sustituir otras prestaciones actualmente existentes y supondría “mejoras en términos de desigualdad y pobreza”.

ENCUENTROS DE ECONOMÍA PÚBLICA

La XXII edición está promovida por el Grupo de I+D+i en Economía Pública del Departamento de Economía de la Universidad de Cantabria, cuyo profesor titular, David Cantarero, es además el presidente del Comité Organizador de este foro internacional, que se organiza por segunda vez en Santander tras el que tuvo lugar en 2007.

Cantarero es además miembro del Comité científico, que está presidido por Francisco Javier Salinas de la Universidad Autónoma de Madrid y Diego Martinez de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla.

Los Public Economics Meeting tienen carácter internacional y reúnen a académicos e investigadores de todo el mundo especializados en el campo de la Hacienda Pública, en reuniones científicas, abiertas al público general, donde se facilita el intercambio de conocimientos.

Cuenta en su haber con más de 20 años de antigüedad y en el mismo se entregan los prestigiosos Premio de investigación Alexandre Pedrós, además del que concede el Instituto de Estudios Fiscales. Para más información se pueden poner en contacto con el Comité Organizador en el correo electrónico eep@unican.es o en la página web del congreso