En el debate entre la apertura al público y la conservación del patrimonio en los casos en que se considera que es Patrimonio de la Humanidad, el criterio de la UNESCO, la organización que vela por estos temas dentro de Naciones Unidas, se inclina por el segundo.

Y por eso ha recomendado el cierre al público de cuevas con pinturas rupestres cuando han sido incluidas en su lista y se ha comprobado que existe algún riesgo.

Es uno de los aspectos a los que aluden los miembros del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid en la carta que han enviado a este organismo para avisarle de las presiones políticas para la apertura de la cueva de Altamira en contra de los informes científicos.

Una misiva que ya ha tenido respuesta por parte del Ministerio de Cultura, que ya ha dicho que defenderá ante la UNESCO la apertura de Altamira, así como del presidente de Cantabria, Ignacio Diego, quien defendía la profesionalidad de los científicos que abogan por la apertura, o del propio Partido Popular, quien llamaba la atención sobre el momento, preelectoral, elegido para esta carta.

Las cuevas de Altamira, Patrimonio de la Humanidad por sus pinturas paoleolíticas, los famosos bisontes, se cerraron al público en 2002 al comprobarse que las visitas perjudicaban a las pinturas. Informes constataron una mejoría, y en la actualidad hay visitas limitadas, aunque la intención es ir ampliando la apertura.

Pinturas en las cuevas de Chauvet

Los expertos del Departamento de Prehistoria ponían en contraste la situación de Altamira con la de otras cuevas con arte paleolítico, como Lascaux o Chauvet.

En Lascaux se construyó, igual que en Santillana del Mar una réplica, que fue la que centró los esfuerzos en materia promocional.

Pero aquí, cuando la UNESCO determinó que las cuevas dejaron de estar en riesgo, el Gobierno francés mantuvo el cierre de las instalaciones.

Otro caso: recientemente se incorporaba a la lista del Patrimonio Mundial a la cueva Chauvet, al sur de Francia, con más de miles de dibujos rupestres de osos, rinocerontes, leones, panteras, bisontes.

Y al hacerlo se advertía expresamente que la cueva debe permanecer cerrada: «cualquier cambio en la humedad relativa y/o la composición del aire en el interior de la cueva puede tener efectos graves en la condición de los dibujos y pinturas. Debido a este riesgo, la cueva no sólo no estará abierta al público en general, sino que también tendrán que ser restringidas las futuras visitas de expertos, investigadores y conservadores al mínimo necesario»

En este caso, la estrategia para que el público se conozca no se basa en visitas directas, sino en el recurso a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías o la construcción de Altamira.

El Patronato de Altamira, en el que se reúnen, entre otros, representantes de las instituciones implicadas en la gestión de la gruta, tenía ya prevista una reunión la semana que viene, el día 26, en la que se abordará también el aviso de los expertos de la Complutense.