La otra confluencia: las plataformas de Santander darán pasos en común
En pleno debate sobre confluencias (y divisiones) entre partidos, en la semana en la que Izquierda Unida y Equo llegaron a un acuerdo y Podemos reventó, las plataformas de Santander han apostado por su propio proceso.
No se trata de unirse en una plataforma común, sino de buscar puntos en común a lo que no dejan de ser varias reivindicaciones en principio aisladas, en principio egoístas, pero más conectadas de lo que parecen.
“Todas tienen el tronco común del desencanto ciudadano, de ciudadanos que no se sienten representados ni escuchados y que han visto que las fórmulas tradicionales del tipo asociaciones de vecinos de Santander no funcionaban”, explicaba José Antonio Bonilla, de la plataforma en Defensa de la Bahía (DEBA), en la tertulia de Buenas Tardes Cantabria.
Por eso varias de estas plataformas acordaron, el pasado lunes, buscar “sinergias”, hacer “trabajo en común” y compartir información, manteniendo siempre su independencia. “La idea es seguir caminando juntos”, añadía.
Ese camino lo emprenderán de momento la Asamblea en Defensa de la Senda costera, la plataforma Salvemos Prado San Roque y el Río de la Pila, los Amigos del Parque de La Marga y la asociación de vecinos Antonio Cabezón (zona Entrehuertas), además de la propia DEBA.
Son los de la “plataformitis”, esa inflamación a la que aludía el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, al ser preguntado por la profusión de colectivos que protestan en una ciudad que, a la hora de reivindicar, se mostraba tan apacible como su bahía.
CONFLUENCIA E INFLUENCIA
Una ‘dolencia’ que, con los antecedentes del derrumbe en el Cabildo de Arriba, el incendio en Tetuán, la labor de DEBA y el trabajo de la PAH de Santander, se contagió de manera más intensa a raíz de la lucha de la fallecida Amparo Pérez contra la expropiación de su finca en la Vaguada de Las Llamas para levantar otro vial de conexión entre la S-20 y el centro de Santander que se vio infectado por otro virus más común en la gestión municipal, los sobrecostes en las adjudicaciones a empresas de un compañero de partido.
Los de la senda costera han trabajado en la denuncia y la propuesta sobre un proyecto en la que la descoordinación institucional se reveló dañina para el medio ambiente; en el parque de La Marga se puso el acento sobre la falta de información y participación; y en el Prado San Roque y el Río de la Pila se lucha contra algo más material, las expropiaciones que sufrirán como consecuencia de los nuevos proyectos urbanísticos que llegan al barrio tras años de abandono y degradación.
Más allá de los cambios de gobiernos, estos nuevos colectivos que rondan la confluencia han demostrado ya tener su cierto grado de influencia.
De momento, pueden apuntarse ya logros como la paralización de las obras excesivas en la senda costera y la recopilación de información que no se había proporcionado, el haber conseguido que representantes municipales fueran a Castilla Hermida o Entrehuertas a explicar proyectos o que al menos se hagan arreglos cosméticos en el Prado San Roque.