Santander es una plaza difícil en el ámbito musical. Y no sólo para los grupos que vienen a tocar, sino para los propios establecimientos o programadores que se arriesgan a traer bandas. Esto explica que, salvando algunas épocas —breves y contadas—, nuestra ciudad nunca haya destacado por su oferta musical.

Año 2015. Tras muchos años de invasión de la cultura basura, Santander parece haber sido completamente conquistada por ella. La mezcla de un público mayoritariamente desinteresado por cualquier propuesta ajena a lo que es popular en la radio o la televisión; unos programadores que, en muchos casos, hacen las cosas rápido y mal; y, no menos importante, que Santander es un pueblo y probablemente no hay volumen suficiente de gente para según qué propuestas, hacen muy difícil escapar a lo que parece ser el inevitable sino de esta ciudad.

En cambio, en una época tan aparentemente poco apropiada para ello, han surgido una serie de propuestas que nos animan a ser muy optimistas de cara al futuro —al menos a corto/medio plazo— de la ciudad.

EL CAFÉ DE NOA

Sesión de Chema Armengou en El Café de Noa

A principios del pasado mes de Marzo abría sus puertas El Café de Noa, en la calle Alcázar de Toledo (antiguo Café Teatro Doménico).

Este local nos ofrece una programación muy apetecible: cada viernes por la noche un concierto, cada sábado una pinchada, bien de grupos o artistas locales, o bien de gente de fuera.

Es un bar cómodo, amplio, y —detalle importante— con buena visibilidad del escenario desde casi cualquier punto del local.

LITTLE BOBY

El Almacén de Little Bobby

Little Bobby es una coctelería ubicada en la calle del Sol de Santander. Pero también es mucho más que eso: es un local en el que disfrutar del ambiente de los años 20 y su Ley Seca y dejarse llevar por las sesiones repletas de swing de sus djs. Y, por si fuera poco, los fines de semana añaden a su oferta una segunda planta, el Almacén de Little Bobby (en la foto), en la que programan conciertos y sesiones de baile.

SALA NIÁGARA

Los Tupper en la Sala Niágara

Otra de las (viejas) nuevas apuestas es la Sala Niágara. Tras muchos años de andadura a sus espaldas como pub, hace unos meses fue reformada y convertida en sala de conciertos. En ella podemos disfrutar de conciertos de grupos, ya sean locales o de fuera, y variadísimas sesiones de djs, cada fin de semana, de jueves a domingo.

Hip-Hop, jazz, blues, soul, rock, reggae, funk, música negra, americana, R&B… Todo vale, con tal de bailar.

PLANETA ROCK BAR

Planeta Rock Bar

Un caso especial es el del Planeta Rock Bar.

No se trata de una propuesta totalmente nueva, sino de una reubicación y reconversión: el Pub Planeta, del Río de la Pila, se traslada a un nuevo local, en la calle Santa Lucía (antiguo Pub Raíces).

Las condiciones del nuevo local permiten ofrecer conciertos, así que nos encontramos con una nueva opción a la hora de ver música en directo los fines de semana.

AYUDAR A LOS GALOS

Así que, por una vez, permitidme no ser (demasiado) pesismista. Y una última cosa os diré: está muy bien que este grupo de Galos de la Música se hayan lanzado a ofrecernos alternativas musicales interesantes. Pero, no nos olvidemos, la posibilidad de que estas alternativas sean sostenibles está, en gran parte, en nuestras manos. A ver si entre todos conseguimos que, por una vez, la pluralidad —aunque sea la musical— se mantenga en el tiempo en nuestra ciudad.