Nestor Martin emborrona el paseo por las nubes de Rajoy
Santander es feudo del PP y Mariano Rajoy lo sabe. Por eso aquí el mitin del telediario de las 8 del sábado central de campaña; por eso un largo paseo de media tarde desde los Jardines de Pereda hasta el Palacio de Festivales. El baño de masas de siempre, que hoy por hoy ya no lo es tanto.
El PP en Santander tiene fans, como los tenían el Real Madrid o el Barça cuando venían a jugar contra el Racing. Hay quien se va una tarde de sábado al Hotel Bahía, al lugar de concentración de la caravana electoral del PP que viene de Vigo y Vitoria en un mismo día, para pedir un autógrafo y hacerse una foto con Mariano.
Según avanza el pelotón popular, la mayoría de la gente alucina. Sobre todo con las carreras de los reporteros gráficos, avanzadilla de la comitiva del PP por el Muelle de Calderón. Por ahí han podido ver a Javier Arenas y al jefe de este campaña, Carlos Floriano. Y ya cuando han pasado corriendo hacia atrás muchas cámaras y hacia delante muchos guardaespaldas, emerge la figura de Mariano. “¡Anda! ¡Rajoy!”
Ha habido fotos, muchas fotos. Se las han hecho de todo tipo: con señores que estaban tranquilamente, pasando la tarde en un banco, mirando a la Bahía. Con señoras, con niños más y menos crecidos. Han colaborado todos los que habitualmente salen en imagen. Hoy se han prestado a presionar el botón del iPhone Samuel, María José, Nacho y hasta Iñigo.
Pero entre Alfonso XIII y la Cuesta del Gas no todos eran amigos, ni mucho menos fans del PP. A la altura de los Raqueros tenía que ser, cuando se ha levantado un banco completo y se han retirado unos metros hacia atrás. No se querían prestan a la propaganda popular. “Menuda jarcia”, se ha enfadado la señora. “Corruptos, ladrones”, ha añadido la otra. Ellos callados.
Llegando al banderón de España de Puertochico, la gente que estaba en Casa Lita ha podido ver a Mariano como siempre: saludándoles a través de un plasma, la cristalera del bar, pero con el Marítimo de fondo.
Y llegando al semáforo del Vitalicio otro señoruco se ha quedado boquiabierto – claro, la gente flipa-. Mariano lo ha notado y le ha ido a dar la mano, pero tampoco debía ser esa la intención del caballero, que ha pasado de largo. Mientras, desde la rotonda, una mujer ha sacado medio cuerpo por la ventanilla del copiloto para gritarle al presidente del Gobierno: “¡Mariano, un trabajo!”.
En Castelar más fotos, desde los camareros de Sibonei hasta la misma curva de la Cuesta del Gas. Y ya arriba, a las puertas del Palacio, dos trabajadores de Nestor Martin han podido burlar el fuerte dispositivo de Policía.
Cabreados por estar ellos sólos (porque no han dejado subir a todos sus compañeros) y después de negociar con los agentes desde dónde podían protestar, ha llegado el momento de sacarles los colores, especialmente a Ignacio Diego, cruzando Reina Victoria con su jefe, con Mariano: “¡Sinvergüenza! ¿Dónde está el dinero?” – el de sus indemnizaciones de Teka-.
“¿Y la educación pública qué?”, se ha animado otra activista de la marea verde. “¡A todos nos estáis robando!¡ Ladrones, sinvergüenzas!”, les ha gritado de la que entraban al hall del Palacio de Festivales. La última voz crítica de mi grabadora ha clamado “¡Diego, vete ya!”.
Y hasta ahí, porque entonces ha empezado a sonar el pegadizo himno del PP. Y las rock stars han saltado al escenario, ante un auditorio abarrotado y entregado. Pero eso ya os lo cuenta luego Eva Mora.
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