Grecia se enfrenta a su destino
Grecia se enfrenta a un cruce de caminos, una encrucijada histórica mientras Europa contiene el aliento y en Bruselas aún no dan crédito a lo que ha hecho Tsipras…desobedecer…un país tan pequeño y poco influyente como Grecia osa convocar un referéndum que permita expresar a su sociedad si quieren seguir adelante con los paquetes de rescate, las reformas, la austeridad…el yugo.
Es seguro que esto no estaba en la agenda de Schauble, ni de Merkel, ni de Hollande…este «ramalazo» de orgullo patriótico y celebración de la democracia puede que coja a muchos por sorpresa. A los que hemos convivido entre griegos durante años, no. Los griegos pueden ser indulgentes con muchas cosas pero hay algo que no se perdona y es no tener personalidad, agallas. Tsipras las ha tenido en este caso.
Plantar cara a ese gran monstruo llamado anteriormente Troika requiere nervios de acero. Ni en una sola ocasión se ha visto a Tsipras contrariado, un atisbo de nervios, algo que pudiera hacernos pensar que la situación se le estaba yendo de las manos o que el momento en el que le ha colocado la historia le venía grande.
Nada. Hemos visto, por el contrario a un Tsipras sonriente, relajado…el jefe de la manada no puede permitirse un solo gesto que nos pueda hacer creer que estamos en peligro. De nuevo, al que ha convivido entre griegos, esto no puede sorprenderle.
Grecia se enfrenta esta noche a su destino, esta semana que termina hoy ha sido larguísima, eterna, que ha enfrentado a los griegos, polarizado la sociedad. Los partidarios del «Sí» piensan que están asegurando su futuro y su lugar en Europa, de hecho, piensan que están mandando un mensaje a Europa (claro, que queremos seguir, en cualquier circunstancia y bajo cualquier condición). Los partidarios del «No» se ven a sí mismos como patriotas hasta la muerte que ya no tienen mucho que perder y que están dispuestos a sacrificar su seguridad momentánea y dar un
salto al vacío…a un lugar nunca antes explorado…¿el abismo?
Todas las opciones parecen buenas y malas a la vez. Un «Sí» permitiría el flujo normal de los acontecimientos y garantizaría el status quo de la situación…el problema es que dejar que las cosas sigan como están no son buenas noticias…Grecia está fatal, peor incluso de lo que nos cuentan. Es a la vez un barco a la deriva y un coche teledirigido, un ángel caído. Un «No», por otra parte, ocasionaría el pánico momentáneo, colapso en el mercado bursátil mundial, confusión…¿qué vendrá después?
Alexis Tsipras no se ha cansado de repetir que el referéndum no es sobre la permanencia en Europa o en el euro, pero eso poco importa. El mensaje no tienen nada de subliminal y nadie sabe cómo encajarán los ejecutores del norte la desobediencia de sus pupilos del sur. Nadie antes ha hecho esto nunca…¿está Grecia preparada para dejar Europa?
¿Para volver al dracma? ¿Para autoabastecerse y vivir de lo que produce sin depender de nadie ¿Será la Cuba de Europa? Nadie está preparado para nada en la vida…una madre nunca está preparada para dar a luz a su primogénito, ni un niño para perder a su padre, ni un joven para perder las dos piernas en un accidente de moto…nadie viene a este planeta preparado para la vida…
Claro que Grecia no estaba preparada para nada de lo que ha vivido, tampoco para 5 años de recesión brutal, de reformas salvajes elaboradas por tecnócratas…pero ahí está aguantando al pie del cañón y dando una imagen internacional de resistencia con un presidente que encarna el aplomo como nadie. Solo por haber planteado la consulta, Tsipras y Varufakis tienen todo mi respeto y se han ganado el apoyo de una importante comunidad internacional.
Grecia debe decidir hoy su futuro para unas cuantas décadas y probablemente altere los designios de la Unión Europea también…¿quién dijo que la política era aburrida?