El Barrio Pesquero se refugia en su patrona
|| por MARÍA SAIZ ||
Las fiestas del Carmen vuelven a causar furor entre los vecinos del Barrio Pesquero de Santander y los turistas. Como todos los 16 de julio, la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, es llevada en procesión desde la iglesia del Carmen hasta el muelle donde un barco pesquero la recoge y la lleva hasta la isla de Mouro para realizar una ofrenda floral.
Vecinos del barrio pesquero recorrieron las calles y el mar con su querida patrona. Podía verse cómo muchos de ellos se emocionaban al rendir homenaje a su virgen. Unos lloraban de la emoción, algunos reían y otros entonaban con fuerza las canciones marineras.
Al llegar la procesión hasta el muelle, un barco de pescadores aguardaba para recoger a la patrona. Subieron a esta en la embarcación en la cual ya había gente dentro con el propósito de seguir adorándola. La nave viajó por toda la bahía acompañada de otros barcos y pequeñas lanchas.
Todos los navíos llegaron hasta la isla de Mouro y lanzaron flores al mar en conmemoración a la virgen del Carmen y a los pescadores fallecidos en la mar. Seguidamente regresaron al Barrio Pesquero. Una vez allí, volvieron a trasladar a la patrona hasta la iglesia y los festejos siguieron durante el resto del día con actuaciones de baile, actividades para los más pequeños, etc.
LA HISTORIA DEL BARRIO PESQUERO
Los pescadores habían vivido durante toda su vida en lo que hoy en día se conoce como Puerto Chico pero a mediados de los años 50, cuando estaba implantado el régimen dictatorial del general Francisco Franco, se construyeron unas cuantas viviendas en la parte sureste de la bahía de Santander. Desde entonces, el barrio ha prosperado y se mantiene como oficio predilecto la pesca.
En esta última década, el barrio ha sufrido bastante por culpa de la falta de libertad a la hora de poder pescar y de la crisis económica. El negocio de la pesca no es nada estable, siempre puede haber contratiempos al igual que un agricultor puede perder la cosecha de todo un año por el mal tiempo.
A raíz de estos problemas, muchos de los pescadores se han quedado sin trabajo y a la vez sin opción de conseguir otro tipo de puesto en otra labor. Otra de las consecuencias fue que muchos de estos marineros comenzaron a consumir sustancias ilegales y empezó a haber altercados en la zona.
En la actualidad el Barrio Pesquero, gracias a la intervención del párroco Alberto Pico, ha superado prácticamente estos baches y goza de ser una zona habitada por familias de clase obrera que se gana el sustento mediante la pesca.
Alberto Pico, anterior párroco del Barrio Pesquero, falleció el año pasado a la edad de 82 años. Este hombre es recordado por todos los vecinos gracias a sus grandes actos solidarios y a su lucha constante por defender los derechos de los pescadores y de sus familias.