Belako revienta el Santander Music 2015
Os lo advertí de todas las formas posibles en artículos aquí en El Faradio. Como Marca ya adelantó. En Buenas Tardes Cantabria! os lo recordé para que luego no dijeseis “por qué no me habían avisado de esto”. Y durante días estuve molestando a la CM del Santander Music (de cuyo trabajo algún día prometo hablar, porque bien lo merece) con mis nervios de fan quinceañera directioner. Belakonier más bien. Belakolieber. Vaya noche la del sábado, lo tenía todo para ser un éxito y así fue, no sólo de asistencia, pues evidentemente fue el día que más público se acercó hasta la Campa, sino también en cuanto a artistas: Neuman, Belako, Xoel López, Crystal Fighters y Nasty Mondays, además de Virginia Díaz para amenizar los intermedios (y de qué manera)
Comenzó Neuman generando bastante expectación. Siete minutos de una especie de solo de guitarras que al principio parecía más una prueba de sonido que el comienzo del concierto. Se trajeron muchísimas guitarras, 9 llegué a contar, y me pregunto para qué. Una hora de concierto, una hora de una misma canción, muy difícil saber cuando terminaba una y cuando empezaba la siguiente. El público tampoco muy animado comenzó a hablar incluso en primera fila. Y cuando ves eso sabes que los artistas no están a la altura. Fríos, muy fríos.
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— El Faradio (@elfaradio) agosto 1, 2015
Pero entonces llegó Belako (tras una pausa, eso sí, para cenar algo en, efectivamente, K-lamardo) y qué pasada. Qué locura. Qué fuerza. Qué frescura. Que cuando nos casamos Lore. Que te lo llevo pidiendo meses y tú esquivas mis preguntas. Pero es que el sábado yo me casaba con todos ellos. Qué manera de tocar, qué rabia y qué ganas transmiten. El público sacó fuera todas las fuerzas que se llevaban reservando estos días por culpa de los Carlos Sadness y los artistas Frilol, y entonces mereció la pena. Todos los otros teloneros habían estado muy bien, a la altura, pero dos canciones les bastaron para meterse al público de Santander en el bolsillo, autoproclamarse cabeza de cartel ante la pasividad de estos, demostrar que aún hay esperanzas en el panorama de música emergente nacional y dar argumentos para afirmar que son el mejor grupo que ha pasado por esta séptima edición del Santander Music y una de las mejores bandas emergentes que han pasado nunca por aquí.
Melodías completamente distintas a todo lo escuchado anteriormente, unido a las ganas que había de escuchar buena música en directo y a una hora apropiada (las otras veces que les había visto actuaron sobre las 6-7 de la tarde, y sinceramente, no es lo mismo) hicieron que hasta el público corease su nombre en masa. Y lo han hecho con ellos, sólo con ellos. Con nadie más. Y yo feliz, porque veo que una banda que conocí hace ya más de tres años ha seguido evolucionando y está cada vez más arriba, pero no pierden su esencia, y siguen disfrutando como el primer día cuando salen al escenario de nuevo. Belako se comió el cartel del Santander Music y aún les sobró tiempo para hacer un bis y revisar si aún seguía alguien vivo.
Aprovecho este punto para hablar de Virginia Díaz. Si los otros dos días los DJs habían brillado por su ausencia (quizás el peor día fue el viernes, con una aburridísima Bimba Bosé dando al aleatorio en Spotify), Virginia entendió perfectamente para qué estaba aquí: para pinchar música. De todos los estilos. Desde Blur hasta Los Ramones (un vistazo rápido, por cierto, nos advierte de que el número de festivaleros ataviados con una camiseta del grupo ha caído aproximadamente en un 76%, justo el porcentaje en que se ha incrementado el número de niñas con corona de flores. Para reflexionar)
Medianoche en La Magdalena. Entra en escena Xoel López presentado Paramales, su nuevo disco. Literalmente Paramales, porque tocó prácticamente todo el disco. Quizás la queja más común del público es que no tocó las canciones que yo me sabía, y puede que este fuese el culpable de que recordemos el concierto como algo descafeinado, en que el público sólo se vino arriba cuando los acordes de Yo Sólo Quería Que Me Llevaras A Bailar empezaron a sonar. Una hora mala, y más si tenemos en cuenta que era el valle entre Belako y Crystal Fighters, para un set list también mal preparado.
Y vino el cabeza de cartel de todo el festival. Vino el plato fuerte. Y bueno, la verdad es que lo habíamos pedido muy hecho y la carne nos vino prácticamente cruda. Los Fighters estuvieron bien, pasables, pero no recordaremos este concierto como algo memorable, ni mucho menos como uno de sus mejores. Más que un concierto aquello pareció una partida de Singstar. Bastante planos, quizás el único momento en que los artistas consiguieron conectar con el público fue con At Home (nanana nanana nananaaaa, yeeeah, yeeeeah) No vamos a hablar de decepción ni mucho menos, de nuevo, el público disfrutó de un concierto raspadito, sin ninguna nota de color. Sin duda el puesto de cabeza de cartel les viene muy grande, pues no pasaron de ser una banda animada de 3 de la mañana, que te hace cantar y saltar, pero que cada vez transmite menos en directo.
Nasty Mondays fueron los encargados de cerrar esta séptima edición del Santander Music pinchando temas comerciales que no convencieron, y progresivamente el público fue abandonando la Campa. Todo queda en silencio. El puesto de K-lamardo cerraba puntualmente a las 5:00 am.
Quedan 362 días para el Santander Music 2016, y nosotros no podemos esperar más. Valoramos poco el nivel que ha adquirido este festival y la importancia que tiene dentro del circuito nacional. Siete años que les han servido para crecer, para asentarse y para definir un público que año tras año jamás falta a su cita. Enhorabuena a todo el equipo.