“La muerte de Amparo no es una derrota”
El vial de Amparo Pérez ya ha sido inaugurado de manera no oficial. En torno a 60 personas pertenecientes a diferentes colectivos como la PAH, las plataformas Deba, Salvemos Prado San Roque y Río de la Pila, Defendamos las Viviendas del Pilón y la Asociación de Vecinos de Antonio de Cabezón han acompañado a la familia de Amparo en este 4 de agosto, que se ha cumplido un año de la primera batalla ganada por la anciana.
Al emotivo evento también han acudido miembros de partidos como Podemos, Compromiso por Cantabria o Izquierda Unida. Durante el acto, que ha tenido lugar en el vial que se llevó la casa de Amparo, aproximadamente a la misma altura donde se levantaba la vivienda, los presentes han homenajeado a la mujer que inspiró la lucha vecinal de Santander que ahora está floreciendo.
Su nieto, Marco, ha leído un sentido texto que ha preparado en honor de su abuela. Acompañado de su mujer y su hija, que nació cuando su bisabuela ya estaba en la UCI luchando por su vida mientras el Ayuntamiento derribaba su casa, Marco apenas ha podido contener la emoción en su voz al leer las palabras que recordaban la lucha de Amparo.
“Hoy hace un año que Amparo se enfrentó al poder”, recordó, al tiempo que rememoraba “la desvergüenza” de las instituciones que recalificaron la casa de Amparo para pagar menos por su expropiación (el terreno pasó de urbano a rústico, con lo que el valor de los terrenos era inferior), y que le ofrecieron “una miseria que ni siquiera alcanzaba para comprar otra” casa.
“Amparo no tembló”, recuerda Marco. “Resistió a presiones y campañas de descrédito”. A sus 86 años dio una lección de coraje y dignidad, algo en lo que todos los presentes coincidieron. Y es que, aunque la salud de Amparo se derrumbó junto a su casa, todos los colectivos recuerdan que fue la primera en plantarse contra el Ayuntamiento de Santander, con una energía y una vitalidad de la que probablemente carezcan los más jóvenes.
Una fuerza que ahora ha transmitido a los vecinos de Prado San Roque, de Tetuán, del Pilón, los que luchan por la senda costera… Porque es lo que querían recordar hoy, que “Amparo ha ganado la batalla”, que su muerte “no es un derrota, ni su ausencia el silencio”.
Y es que ella fue el despertar de un nuevo Santander, el de los barrios reivindicativos, el de los vecinos unidos, el de los ciudadanos que han perdido el miedo a luchar por sus casas.
Porque tras Amparo llegan los vecinos de Prado San Roque, ahora con su proyecto paralizado y en espera. Tras ella están los vecinos del Pilón, que corren el mismo peligro, que tienen varias Amparo en su calle, y a los que un PGOU como el actual puede dejarlos sin casa y con lo puesto.
Ella también inspiró a los de la senda costera, que continúan luchando para que su caso no quede en el olvido, para que les ofrezcan soluciones reales a un problema que crearon las propias instituciones que ahora se pasan la pelota entre ellos.
“ESTA CIUDAD HAY QUE DESPERTARLA”
Desde la senda, de hecho, habló Marisa. Ella recordó que “especular con los terrenos” y jugar con el urbanismo a costa de las vidas de los ciudadanos no es una moda actual. Ya en 1941, cuando Santander fue pasto de las llamas, hubo quienes aprovecharon el drama para hacer su negocio y recolocar a los vecinos.
“Lo de Amparo me vuelve a recordar que a esta ciudad hay que despertarla”, ha dicho Marisa, que ha insistido que “este vial no es inocente”. Desde la Asamblea en Defensa de la Senda y Costa Norte de Santander no es la primera vez que ven en Amparo una conexión con sus casos.
Insisten, y hoy lo han vuelto a hacer, que este vial (el que ya se llama de forma no oficial el de Amparo Pérez), es “el inicio de una autovía que va a arrasar Cueto, Monte y San Román, y los que habéis consultado el PGOU sabéis que es así”.
“La senda es otro botón de muestra de lo que se pretende”, sugirió Marisa. No lo dijo esta vez, pero lo han dicho otras veces. Ese famoso campo de golf que se contemplaba y que ha desaparecido de las prioridades desde que los vecinos de la zona se movilizaron.
Tras la lectura, los asistentes cortaron el escaso tráfico que había (dos coches y una bicicleta) para acudir al centro del vial, colocar flores, una pancarta y descubrir por fin la placa con el nombre de Amparo que han colocado en una de las farolas. “No la hemos puesto para que la quiten mañana, si la quitan volveremos a ponerla”, avisaron los miembros de la PAH.
Posteriormente gritaron que, una vez más y esta vez para siempre, Amparo se queda.
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