Un empresa del cártel del asfalto ejecuta obras en la calle Vázquez de Mella
Las obras de renovación de aceras en la calle Vázquez de Mella que han empezado este jueves en Santander serán ejecutadas por SENOR, una empresa que apareció incluida en el cártel del asfalto destapado por la Comisión Nacional de la Competencia.
Este organismo estatal impuso sanciones en 2013 a varias constructoras por conformar el cártel del asfalto por el cual se habrían repartido obras públicas pactando los precios entre 1998 y 2011.
Las obras terminarán en un mes y supondrán la renovación de las aceras de una calle que se encuentra entre General Dávila y Camilo Alonso Vega.
Todo dentro de una actuación que forma parte de un contrato conjunto en el que se incluyen también la mejora integral de la calle Tres de Noviembre y trabajos en el Grupo Miralmar.
En total, las tres actuaciones supondrán una inversión global de casi 180.000 euros, y su adjudicación fue por el método de la baja temeraria, es decir, rebajas sustanciales del precio que oferta la administración, en una técnica que es muy criticada en el sector.
EL CÁRTEL DEL ASFALTO
Senor es una de las empresas que aparece mencionada en las sanciones que impuso en 2013 a varias constructoras cántabras la Comisión Nacional de la Competencia por conformar el cártel del asfalto por el cual se habrían repartido obras públicas pactando los precios entre 1998 y 2011.
Senor (Servicios y Obras del Norte) aparecía en ese listado como la empresa que recibió la sanción más elevada: 4,39 millones de euros, del total de los 12 millones a los que ascendía el conjunto de las sanciones inicialmente impuestas.
Según este organismo, Senor y otras empresas, entre las que se encontraban Ascan o Arruti, formaban el denominado G-5, que se ponía de acuerdo a la hora de presentar sus ofertas económicas a licitaciones del Gobierno de Cantabria o del Estado en la comunidad autónoma.
LA BAJA TEMERARIA
La baja temeraria o desproporcionada es una fórmula muy criticada en el mundo empresarial y por organizaciones como el Colegio de Caminos.
Consiste en que en las licitaciones (convocatorias abiertas a empresas) públicas por parte de una administración las aspirantes rebajan sustancialmente su oferta respecto a lo planteado, colocándose en una situación de ventaja respecto a la competencia, toda vez que el ahorro de costes es un factor que se suele puntuar a la hora de elegir las propuestas.
El sector critica esta fórmula, más frecuente en momentos de crisis en el que hay más interés por lograr adjudicaciones públicas, porque no todas las empresas pueden realizar esta rebaja de costes, que suele suponer una rebaja en la calidad del servicio o del empleo.
Y que en numerosas ocasiones termina con sobrecostes económicos respecto a lo adjudicado, por lo que el supuesto ahorro no resulta ser tal.
En este caso, la licitación se hizo por un presupuesto de 314.877 euros y un plazo de ejecución de tres meses.
Pero llegado el momento de abrir los sobres, SENOR y otra empresa presentaron una oferta considera temeraria o desproporcionada.
Tras examinarlas, la Mesa de Contratación propuso la adjudicación a Senor por un presupuesto de 179.501 euros, frente a los 314.877 euros en que salió a licitación, y un plazo de ejecución menor, de dos meses.
ADJUDICACIONES
En las dos pasadas legislaturas, esta constructora ha recibido adjudicaciones públicas en Santander por valor cercano a los 4 millones de euros.
Así, en la legislatura 2007-2011 (con el cártel aún activo), recibió obras coma la renovación del Grupo Amaro (723.697 euros), el asfaltado de varias calles (778.265 euros) o una intervención en el campo de fútbol de El Regimiento en General Dávila, el antiguo El Alta (311.648 euros).
Estas adjudicaciones de la primera legislatura fueron con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local, el denominado Plan E de la época de José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno central.
La cifra crece en la legislatura 2011-2015. Entonces se suceden adjudicaciones como el asfaltado en la calle General Dávila (casi medio millón de euros) y la pavimentación en San Fernando (113.073 euros).
Y también en precampaña, cuando se acercaban las elecciones municipales, en los meses previos, como el microespacio (una intervención arquitectónica creativa) en Juan de la Cosa o distintos viales en Cazoña, adjudicados también con baja temeraria, o el carril bici con Nueva Montaña.
A caballo entre finales de legislatura y principios de otra se encuentra el nuevo depósito de vehículos de Ojaiz, en Peñacastilo, por un importe de 426.865 euros.
UNA HABITUAL DE LAS BAJAS TEMERARIAS
Senor es una empresa que resulta especialmente competitiva y que, al igual que suelen hacer la mayoría, presenta rebajas respecto a lo ofrecido para conseguir el proyecto (por ejemplo, el microespacio de Juan de la Cosa se adjudicó en 115.000 euros respecto a los 140.000 en que se licitó, y la pavimentación en San Fernando pasó de los 172.000 a los 113.000 euros).
Pero al margen de esta práctica normal, Senor ha recurrido con frecuencia a bajas temerarias o desproporcionadas que le han permitido sumar puntos en las licitaciones públicas, como constata documentación municipal recabada por EL FARADIO.
Así, la empresa planteó bajas temerarias en proyectos adjudicados recientemente como la pavimentación de los viales en el barrio de Cazoña o el carril bici hacia Nueva Montaña.
En el primer caso, la pavimentación de varios viales en el barrio de La Albericia (en concreto, las calles Luis Vicente Velasco, Cardenal Herrera Oria y la Plaza Manuel Llano) se licitó en 264.072 euros y se acabó adjudicando en 154.544 euros.
Y en cuanto al carril bici entre la calle La Peseta, en La Marga, y Nueva Montaña (en el apeadero de Feve) el proyecto se licitó en 258.925 euros para acabar siendo adjudicado en 157.945 euros.
En ambos casos, además de la rebaja económica se incluyó una reducción de los plazos de entrega de unas obras adjudicadas en los meses previos a las recientes elecciones municipales de mayo de 2015.
Y lo intentó, sin éxito, con las obras de adecuación de la explanada de Gamazo, presentando una baja temeraria que, a la hora de la verdad, no justificó, por lo que el proyecto se lo acabó llevando la UTE (unión de empresas) Dragados-Cuevas.
Los informes municipales que avalarían estas bajas temerarias no se pueden consultar en el Portal de Transparencia del Ayuntamiento de Santander.
Y se da un caso extremo, de una licitación, la de la renovación de la calzada en General Dávila, por un precio de 816.722 euros que acabó siéndole adjudicado en 492.673 euros.
Pese a la significativa rebaja, este caso no fue considerado baja temeraria porque los pliegos marcan que esa definición se aplica respecto a la media de lo que presentan el resto de las empresas, y todas las aspirantes hicieron bajas importantes.