Cien días entre el rescate empresarial y ciudadano

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Rescatar a las personas y rescatar a las empresas, esas son las dos almas que se han evidenciado durante los cien días del nuevo y viejo Gobierno de Cantabria, el reeditado bipartito PRC-PSOE.

Presentación del Gobierno de Cantabria

Presentación del Gobierno de Cantabria

Porque por un lado, sus programas electorales y sus acciones de Gobierno incorporaron muchos de los puntos de la agenda social de los últimos años: la lucha contra la exclusión social, los desahucios o la malnutrición infantil, en asuntos que están por concretarse pero para los que ya se han ido anunciando planes.

Pero por otra, desde el minuto uno se habló del rescate a las empresas del Puerto de Laredo (ni más ni menos que ASCAN y FCC), consecuencia de una concatenación de errores que comenzaron con las cláusulas de un contrato firmado en su primer mandato, mientras vuelven las dudas sobre la opacidad del desarrollo eólico.

En tiempos de regeneración, eso en Cantabria se tradujo en devolver a Revilla y al PSOE a las instituciones, con un Gobierno muy parecido al que tuvieron y, también hay que decirlo, una oposición, la del PP, muy parecida a su propio Gobierno. Hay repetición de caras, y los cambios, son sutiles (en los grupos parlamentarios, y alguno en el Gobierno), más evidentes en los municipios.

Y aunque resulta difícil vencer la inercia de la mención a la herencia recibida (una pieza que además se quieren cobrar como venganza, y ahí veremos el tema Ecomasa), los mismos partidos han rebajada la expectativa creada. Algo hemos aprendido y ya no vamos a arreglar Cantabria en cien días.

Volvemos a tener a un Revilla mediático, televisivo, en un papel de Jefe del Estado, como el Rey, con una vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos, que es más bien la presidenta del Gobierno, al frente de una muy difícil de gestionar superconsejería que se marca el reto de cambiar modelo pero que tiene por ahí el tema del urbanismo.

¿LECCIONES APRENDIDAS?

Un Partido Socialista que ha mejorado algunos aspectos sobre sí mismo en su anterior paso por el Gobierno: vende mejor las cosas que hace (tanto en política social como en la gestión de la crisis de los refugiados), tiene más claro cuáles son sus señas de identidad y que ha trabajado más para superar su tradicional división interna.

Díaz Tezanos ha capitaneado la recuperación del diálogo social o la crisis de los refugiados

Díaz Tezanos ha capitaneado la recuperación del diálogo social o la crisis de los refugiados

Porque hay cosas en las que unos y otros han aprendido de la experiencia: por mucho que sean cosas de partido, en el pasado los problemas en el PSOE han acabado afectando a la gestión del Gobierno de Cantabria; y el propio Revilla ha sido generoso porque sabe que un PSOE débil puede volver a sacarle del sillón de presidente.

Hay otros errores que está por ver si se repiten, bien porque 100 días no sean mucho, o bien porque la situación económica no permite, todavía, reeditar aquellos excesos de gasto en las empresas públicas que tanta factura les pasaron y de los que se pueden ver a los mismos protagonistas, como Salvador Blanco al frente del Grupo SODERCAN.

Sí que pervive un tic de cierta opacidad con el desarrollo eólico del plan energético, cuya falta de concreción pública está causando recelos entre distintos colectivos, y la transparencia sigue siendo una palabra bonita que no se traslada al Portal del Gobierno, prácticamente sin actualizar.

UN NUEVO CONTEXTO

Hay cosas que se han recuperado, como el diálogo social o la interlocución con agentes y colectivos enfrentados con el anterior Ejecutivo, y que consigue situar a Cantabria de nuevo en la casilla de salida de cierta normalidad social con colectivos, eso sí, tradicionales.

Pero hay otra parte que supone, directamente, un escenario nuevo: son un gobierno en minoría, que pudo superar la investidura del presidente gracias a la abstención de Podemos y que tendrá en los próximos presupuestos su siguiente reto.

La nueva Mesa del Parlamento, presidida por Dolores Gorostiaga

La nueva Mesa del Parlamento, presidida por Dolores Gorostiaga, con miembros de Ciudadanos y Podemos

Se ha introducido en Cantabria la geometría variable, con votaciones en el Parlamento que no siempre se sabe cómo acabarán, que pueden ir en contra del criterio del Ejecutivo y que nos acabarán demostrando cuál es el valor real del legislativo. Es decir, ¿respetará el Gobierno una votación en su contra? ¿llevará a la práctica un mandato del Parlamento?

En ese escenario nuevo es donde más chirrían los ecos repetidos de viejos debates: siguen rebotando por las paredes de los despachos las palabras Valdecilla, AVE, Comillas, energía eólica, las relaciones con el Estado o Santander.

Hay un sector de la ciudadanía al que le cansan por sonarles a viejos, y hay otro, el que por juventud o por otros motivos se ha incorporado más recientemente al seguimiento de la actividad pública, que directamente no lo entienden y no lo ven como una prioridad.

Porque ese es el gran reto de esta nueva vieja etapa: comprobar si PRC y PSOE han comprendido que el lugar al que han vuelto no es el mismo que el lugar del que se fueron.

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