Julia Casanueva asume la dirección del CEAR de Vela de Santander
La nueva presidenta de la Real Federación Española de Vela y ya expresidenta de la Federación Cántabra, Julia Casanueva, pasó por los micrófonos de Buenas Tardes Cantabria para hablar de la situación federativa y también de cómo queda la situación en el Centro Especializado de Alto Rendimiento (CEAR) Príncipe Felipe de Santander.
La primera medida tomada tras tomar posesión del cargo fue apartar a Jan Abascal de la dirección del centro, una decisión polémica, que Casanueva explicaba así: «Más que un relevo de la gestión del CEAR, lo que se ha hecho es un cambio de funciones. Nuestra prioridad es el equipo olímpico. Queremos utilizar los conocimientos de Jan Abascal para el equipo olímpico».
El propio afectado ha comparecido en rueda de prensa para explicar su situación, después de la decisión tomada por el nuevo equipo gestor de la federación española, la primera que toman tras coger el timón el pasado 6 de octubre. Pide que se reconsidere la decisión, e incluso no descarta jubilarse si no hay una marcha atrás.
La nueva gerente del ente federativo se escuda en que la idea no fue solamente suya: «Esto lo solicitó Toni Ripoll, el director de preparación olímpica, hace meses». Pero añade: «Destinar el potencial de Abascal a la escuela creemos que no es centrar el potencial en lo principal. Descargamos a Jan para que se centre en la preparación de los Juegos».
También defendió la decisión diciendo que esto no debía sorprender a nadie, porque estaba en el programa planteado por su equipo de cara a la moción de censura: «Se sabía que íbamos a tomar esta decisión. Muchos deportistas lo habían solicitado».
Hay que señalar que uno de los más importantes regatistas españoles, Iker Martínez, medallista olímpico en Atenas 2004 (oro) y Pekín 2008 (plata), dijo precisamente lo contrario en su Twitter: «Está claro que Jane puede hacer un gran trabajo de formación, pero no conozco ningún deportista que haya pedido esto!».
La celeridad en decidir sobre Abascal está motivada en la prisa que corre la preparación de la gran cita: «No tenemos tiempo material», remarcó la presidenta, ya que queda menos de un año para los Juegos de Río de Janeiro.
No se quedó ahí la expresidenta de la cántabra (tuvo que dimitir de ese cargo para poder tomar posesión de la presidencia de la española), ya que cree que lo que se ha hecho con Abascal es darle un espaldarazo: «Desde el punto de vista profesional, es mejor ser el director de la preparación de técnicos de la Federación Española de Vela que gestionar un centro».
Casanueva explicó que el plan para la preparación olímpica es que Ripoll y Abascal formen un triumvirato con José Manuel Fernández Agudo, otro experto en formación de la federación, que procede concretamente de la madrileña. Y tras los Juegos, no parece que el plan sea restituir sus funciones al cántabro: «Hay un programa de formación de técnicos, muy ambicioso, y se quiere retomar a medio plazo».
Así las cosas, lo lógico sería nombrar un sustituto de Abascal, pero la decisión ha sido otra: «En la dirección del CEAR no se va a nombrar a nadie, le corresponde a la presidencia de la Federación española, queda vacante la plaza, será en mi persona, porque si no se nombra a nadie, es la presidencia quien lo asume. En cuanto a la gestión del día a día, el gerente Antonio Bolado está de baja, y será Rodrigo Alonso, director técnico de la federación española, quien va a gestionar el espacio junto con la gente que está ahí».
Necesidad de hacer viable la escuela
Casanueva descartó que los cursos vayan a finalizar en el CEAR de Santander: «Los cursos del CEAR se van a realizar exactamente igual, están programados y vamos a intentar generar más actividad, más alumnos».
Los cursos se vienen realizando y están avalados por el compromiso adquirido con la corporación municipal santanderina: «Los acuerdos con el Ayuntamiento de Santander siguen igual y los padres de los alumnos no tienen nada de qué preocuparse. Cuando tengamos la auditoría veremos si es necesario hacer algunos ajustes».
Sin embargo, en el pasado sí que hubo problemas con los padres de los alumnos, que llegaron a ver cómo sus hijos se quedaron temporalmente sin clases. Incluso llegaron a solicitar al Consejo Superior de Deportes que cesara a la directiva de la federación española por esta circunstancia.
La presidenta afirma que la intención es que el CEAR no le cueste dinero a la federación española, y se debe avanzar en esa dirección: «El CEAR genera pérdidas. Nuestro objetivo es que sea sostenible, por eso queremos generar más actividad para tener más recursos y que sea viable». Para ello, la intención es atraer a más alumnos, por ejemplo a través de colegios e institutos: «Queremos que la vela sea un deporte escolar».
Sin embargo, fuentes consultadas por El Faradio hablan de un escenario bien distinto. El cupo de alumnos está completo, hay 93 en estos momentos y no puede haber más por falta de embarcaciones.
La federación española debe hablar con las administraciones para poder legar a acuerdos que aporten ayudas o graven menos la actividad de la escuela del CEAR, como el canon que hay que pagar a la Autoridad Portuaria: «Tenemos que llegar a compromisos con las tres administraciones (Ayuntamiento, Gobierno regional y Autoridad Portuaria) para hacerlo más sostenible, pero siempre manteniendo el carácter público del centro».
Competencia en la gestión del CEAR
La federación española es quien tiene la titularidad, pero ya en el pasado la federación cántabra luchó por apropiarse de su gestión, en tiempos de Casanueva como presidenta del ente regional, y pensó en denunciar la firma del nuevo convenio en 2014 (meses antes del Mundial de Vela disputado en la capital cántabra) por parte de la federación española y el Ayuntamiento de Santander.
Ahora, Casanueva reconoce que la federación cántabra tiene competencias por lo que respecta al deporte base: «Si las competencias del deporte base corresponden a la federación cántabra, yo no puedo cambiar las leyes. El convenio de 2016 habrá que suscribirlo a tres bandas entre federación española, federación cántabra y Ayuntamiento, que ya tiene conocimiento de ello. A efectos de la actividad no cambiará nada».
Los padres de los alumnos han vivido momentos de gran tensión, porque las cuentas del Mundial no llegaban y eso paralizaba las actividades. El número de alumnos bajó de manera ostensible a principios de este año, pero ahora se ha recuperado el nivel máximo.
Al finales de 2013, los padres se reunieron y acordaron solicitar que la gestión de la Escuela Municipal de Vela, integrada en el CEAR, volviera a manos del Instituto Municipal de Deportes de Santander, porque consideraban que la federación española sólo tenía interés en el CEAR en cuanto a centro para la preparación olímpica.
La pobre situación de los deportistas
El próximo verano llegan los Juegos de Río, y la preparación está en un momento muy delicado. De hecho, este pasado verano se celebró la regata preolímpica en Brasil, en las mismas aguas donde se competirá en 2016, y el equipo español no llevaba ni siquiera uniformes, al contrario que el resto de selecciones.
Incluso, se ha llegado a la situación de que los propios deportistas, o Ripoll, su preparador, tuvieran que adelantar dinero de su bolsillo para pagar viajes o estancias, algo que no es nada profesional, y eso que nos referimos al deporte que más medallas le ha dado a España en las citas olímpicas.
Casanueva reconoce lo bochornoso de estos hechos: «La situación de los deportistas se ha agravado y es imperdonable. Debemos entonar el ‘mea culpa’ todos los que estamos ahí porque somos responsables».
Con el anterior presidente de la federación española, José Ángel Rodríguez, el cauce de las cosas tomó un rumbo verdaderamente sorprendente, sobre todo cuando empezó a criticar a Ripoll y a justificar su despido, pero sin que éste se hubiera producido por ningún cauce legal. Finalmente, el director de la preparación olímpica ha podido mantener su cargo.
La moción de censura
Casanueva lideró la oposición ante Rodríguez una vez que fue destituida como vicepresidenta de la federación española, en mayo de este año. Pero lo hizo a petición de otros: «Me pidieron apoyo los técnicos y algunos deportistas, lo medité con mi familia y acepté porque se lo debía a la vela, al deporte que tanto me gusta».
La nueva presidenta quiso remarcar que no fue idea suya ponerse al frente de la federación: «No me puse al frente de la moción de censura. Desde que fui nombrada vicepresidenta no estuve de acuerdo con la gestión. Reclamé transparencia y no la obtuve. Estuve a punto de dimitir durante el Mundial de Santander, pero si dimitía dejaba a una parte atrás».
Se refirió a su antecesor en el cargo, que se distinguía por cobrar más que el del propio presidente del Gobierno: «El sueldo de José Ángel Rodríguez me parece y me parecía excesivo. Cuando un presidente es un profesional, sí debe cobrar dinero, pero cuando cobra estas cantidades las decisiones ya dejan de ser objetivas. El presidente no debe cobrar un sueldo, al menos no estas cantidades. Parto de que debe haber un buen gerente al frente de la federación, no un buen amigo».
Cosas como esta han provocado que las cuentas de la federación no pasen por su mejor momento: «Hemos encargado una auditoría. La realidad económica de la federación es muy mala». Sin embargo, prefirió no dar datos económicos, cree que «erraría» antes de que esté la auditoría terminada. Y considera necesario tenerla lista cuanto antes, para poder aprobar lo antes posible los presupuestos para 2016, un año crucial por ser olímpico.
Finalmente, Casanueva reafirmó un compromiso que ya ha repetido en más ocasiones, que es el de asumir la gestión de la federación solamente en una fase de transición, hasta las próximas elecciones a la presidencia, que se celebrarán a finales del próximo año, una vez disputados los Juegos de Río: «No me voy a presentar a la presidencia en 2016».
Aún así, dejó una pequeña puerta abierta a su continuidad: «Si la mayoría que ahora me ha elegido decidiera que debe seguir la misma gestión me lo pensaría. Pero habrá una candidatura excelente y no creo que sea necesario que yo siga».
Esto último puede dar pie a especular sobre el CEAR, dado que el futuro de Jan Abascal podría depender del próximo presidente. ¿Seguiría dedicado a la formación de técnicos de la federación española? ¿Entrenaría a los regatistas españoles en futuras competiciones, con la vista puesta en los Juegos de Tokyo 2020? ¿Volvería a ocupar su puesto de director en el CEAR Príncipe Felipe de Santander?
No se debe olvidar que Abascal tuvo que sufrir el desmantelamiento del CEAR a finales de 2013 sin ni siquiera ser informado previamente, y después de haber afirmado que la escuela era rentable para la federación. En los meses
Después de todo eso, se tuvo que hacer cargo de la dirección del Mundial Santander 2014. A falta de pocos meses para su celebración, en septiembre de 2014, la cita estuvo en entredicho por el caos organizativo a que se vio sometida, y el expresidente Rodríguez le tuvo que dar el mando para asegurar que todo salía bien.
Los escándalos del Mundial no quedaron ahí y ni siquiera están cerrados. El antecesor de Rodríguez como presidente de la federación española, el también cántabro Gerardo Pombo, ya tuvo que declarar como imputado una vez concluido el evento por el autocontrato que firmó de cara a la gran cita justo antes de abandonar el cargo.
La vela es el gran caladero de medallas para España en los Juegos Olímpicos (Abascal logró una medalla de oro en Moscú 1980), pero pasa por tiempos extraordinariamente convulsos. La situación no es nada halagüeña de cara a Río 2016. Pero tampoco parece serlo para la gran joya de la federación española, el CEAR de la discordia que ahora acaba de quedar sin dirección.
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