El poder de la palabra, las palabras del poder
Para ejercerse, para influir, el poder no se basta a sí mismo. No es suficiente tenerlo, ni siquiera la fuerza para imponerlo. Pese a todo, el poder sigue necesitando palabras para expresarse.
El Palacio de Festivales nos trae esta semana la historia de un hombre poderoso, de los que rigen destinos y declaran guerras, y su paradójica lucha por hacer escuchar su propia voz.
Una historia que os sonará por la película y que ahora puede verse también en las tablas: ‘El discurso del Rey’, de David Seiler, se representa en Cantabria este viernes y sábado a las 20.30 horas, en la Sala Pereda.
En este caso es una versión de Emilio Hernández dirigido por la experimentada Magüi Mira, con un reparto al que se asoman los actores Adrián Lastra, Roberto Álvarez, Ana Villa, Gabriel Garbisu, Lola Marceli y Ángel Savin.
La historia transcurre entre el discurso del Príncipe Alberto en Wembley en 1925 y el discurso de él mismo, ya como rey Jorge VI en 1939, para comunicar que la guerra con Alemania había sido declarada.
Es una historia sobre el poder y los poderes: sobre como una ancestral monarquía como la británica descubre como el poder que tenía ya no es el mismo, en un momento en el que necesita, otros poderes, como el de la radio y los medios de masas, para llegar a sus súbditos.
Y como en el paso del mudo al sonoro que retrata ‘Cantando bajo la lluvia’, en este caso un rey tartamudo no sabe jugar con la voz en un momento en que tiene que dar un discurso decisivo en el que cómo lo dice importa tanto como lo que dice.
Ese reto, ese trabajo plasmado en la relación entre el rey su logopeda, sus conversaciones y sus gestos, acaba planteando una reflexión sobre el poder y papel de hombres y mujeres como actores en las circunstancias más insospechadas. Es la puesta en escena del poder.