Rosana Alonso (Podemos): “hemos nacido para ganar”
En realidad ha pasado poco tiempo, pero les ha pasado ya tanto que habla con nostalgia de cosas que sucedieron hace poco más de un año.
Rosana Alonso, ahora cabeza de lista de Podemos por Cantabria al Congreso de los Diputados, recuerda cómo en una manifestación en defensa de la educación pública (sector en el que trabaja) empezó a escuchar de la posibilidad de que se formara el partido, entonces asambleario, en la comunidad autónoma.
La hemeroteca nos dice que eso sucedió en marzo de 2014, apenas dos meses antes del sorpresón de las elecciones europea, nueve meses antes de sus primeras y convulsas primarias, y un catorce meses antes de las elecciones autonómicas que llevaron a tres miembros de Podemos, entre ellos el exportavoz de la PAH de Santander, José Ramón Blanco, al Parlamento de Cantabria.
“Me enganchó esa sensación de que realmente podíamos tomar las riendas de nuestras vidas, de la política y de nuestro futuro”, explica en una entrevista con Buenas Tardes Cantabria.
Ahora Rosana Alonso, a quien le espera una noche de infarto ya que las encuestas –que acoge con “cautela” la sitúan con un pie dentro y otro fuera del Congreso, vive un período de campaña electoral a un “ritmo impresionante”, como lo han sido todos los procesos en la formación liderada por Pablo Iglesias.
En el transcurso de poco más de un año, y con la vista puesta en las elecciones, pasaron del sistema de los círculos a conformar una estructura de partido (“nos obligaba a ir corriendo y atarnos los zapatos a la vez”), con una conflictividad que ve como “inevitable”, propia de “todo grupo humano” en el que se dan “formas distintas de ver las cosas”, acentuada en un partido “muy abierto” y “transparente”.
BALANCE DE SU ACTIVIDAD EN EL PARLAMENTO
Y en ese período muchos de sus miembros han hecho el trayecto que va de la calle, de los movimientos sociales, a las instituciones, en lo que Rosana Alonso ve como una “oxigenación vital” para los lugares del poder.
Y así, reivindica como la presencia de los tres diputados en el Parlamento de Cantabria ha permitido que en San Rafael “las instituciones trabajen la gente”, tratándose temas como la garantía de viviendas para las mujeres maltratadas o la introducción de un IRPF “progresivo”.
Aunque fuera a costa de permitir la investidura, con la condición de un plan de emergencia social, como presidente de un Miguel Ángel Revilla que no es nuevo en las instituciones cántabros y en quien en los últimos años han detectado un discurso de “indignado” con el bipartidismo (y a quien nadie se le escapa que tiene un volumen importante de votos que deben decidir qué hacer en estos comicios en los que no se presenta el PRC)
El cambio en ese y otros discursos, en la forma de hablar e incluso en la vestimenta de los políticos es uno de los logros que atribuyen a la irrupción de Podemos, a quien le quedaría, para rematar la faena, trasladar el deseo de la gente de que “la necesidad de cambio llegue a las instituciones”.
Y plasmarla en medidas como el “blindaje” constitucional de los servicios públicos, en la “tolerancia cero contra la corrupción”, la independencia judicial, el revocatorio (el despido, podría decirse) de los políticos que incumplan su programa electoral o el “derecho a decidir en un país plurinacional” (referéndums en los que la población elija su adscripción o no a España).
Ese es el reto que confían en lograr con la “remontada” que sitúan en el pasado debate televisivo y tras unos meses difíciles, porque, al fin y al cabo, pese a las “influencias externas” a las que “interesaba” que Podemos se “desinflara”, Rosana Alonso defiende: “hemos nacido para ganar”.
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