Contra la indiferencia. Mapa de los crímenes de odio
Fallece el comerciante que recibió una brutal paliza en Torrelavega, es el titular para una nueva muerte de la que, tras la noticia, sólo quedará el dolor de sus seres queridos en un día a día, demasiadas veces, marcado por la INDIFERENCIA. Decía Martín Luther King que «Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos.»
Más allá de lobos y corderos, de Hobbes y Rousseaus, de buenos o malos salvajes, el reto al que nos enfrentamos en este “Mundo Feliz” construido en la trastienda de terceros y cuartos mundos, en las periferias de nuestras miradas, en el extrarradio de nuestras conciencias, es combatir la INDIFERENCIA.
Conseguir que algo nos importe lo suficiente para mover al menos un dedo. Un dedo es el comienzo de una caricia, de una mano alzada, de un gesto de denuncia. Un dedo es la revolución de las huellas dactilares más allá de las comisarias. Un dedo es la pregunta incómoda contra los silencios impuestos.
Josep Ramoneda, en el libro del mismo nombre “Contra la Indiferencia”, propone como respuesta a ese «totalitarismo de la indiferencia» la recuperación del ideal Kantiano de la Ilustración: que seamos capaces de pensar y decidir por nosotr@s mism@s.
Siguiendo al autor, «las tres ‘C’ del ciudadano: consumidor, competidor y contribuyente”, hacen de nosotros meros espectadores de ese teatro del absurdo que es la sociedad en la que vivimos.
La obra de teatro “Ubú rey” de Alfred Jarry, nos muestra la tiranía y ambición que inspira a quienes utilizan el poder para dar salida a sus pasiones mas bajas. Como en la obra, y al grito de “¡MIERDA!”, despertamos cada mañana con la sombra de “Ubú” delimitando las fronteras de nuestro día a día.
Y tan acostumbrados a la mierda, como estamos, cada vez nos cuesta más distinguir su olor. Y con la nariz cosida, para no meterla donde no nos llaman, hacemos oídos sordos a las palabras de auxilio. La Indiferencia es el nudo en la garganta de quien mira sin ver.
¿Y si desatamos el nudo? Rosa Parks se negó a ceder el asiento a un blanco y moverse a la parte trasera del autobús. Fue encerrada en la cárcel por ese “gesto”.
Y ese “gesto” puso de manifiesto las contradicciones de una sociedad y la necesidad de rebelarse contra en ese “Mundo Feliz” hecho a la medida del verdugo.
El odio al diferente es un odio que se viste con los flecos de la Indiferencia. A quien piensa diferente a como Yo pienso, a quien es diferente a como Yo soy. Y con tanto Yo-yo no te vemos a ti. Lo siento.
CRÍMENES DE ODIO EN CANTABRIA
Y tanto odio acaba con una paliza de muerte, a un comerciante de 33 años, en una calle de Torrelavega, el pasado 11 de noviembre.
Y la solución más inmediata, ante ese crimen de odio, es más SEGURIDAD. Más seguridad para responder a un acto inexplicable.
Un acto en el que, según el relato de la esposa del fallecido, esos tres jóvenes entraron en su tienda de alimentación intentando venderles una tableta de chocolate. Ante su negativa los agresores le dieron una paliza que ha acabado con su muerte.
La razón, para un acto tan deplorable, no puede ser tan absurda. La respuesta tiene que ir más allá de lo inmediato. Es un crimen de odio.
Como lo fue la agresión, el 21 de octubre, a la pareja de homosexuales a los que, mientras recibían los golpes, la novia del agresor les gritaba: ¡No le provoquéis! Y de nuevo la sociedad muestra el esperpento de su reflejo: La víctima pidiendo perdón al verdugo por ser quien es. Y otra víctima más sin saber que, quizás, pronto lo será.
Y el verdugo lleno de razones en un mundo que le dota de razones para su sinrazón, para su crimen de odio. Como también lo fue la violación a una transexual la madrugada del 11 de noviembre de 2012, cerca de una discoteca, en Santander.
Tres crímenes de odio. Sólo son una muestra de tantos otros, que no vemos, en ese callejero de la Indiferencia por el que caminamos cada día. Por eso necesitamos mapas para no perdernos de vista, para mirarnos a los ojos.
UN MAPA DE LOS CRÍMENES DE ODIO
Como lo es el primer mapa de crímenes de odio realizado el Grupo de Investigación sobre los Crímenes de Odio; por racismo, xenofobia, fobia a las personas sin hogar, homofobia, violencia ultra del futbol, y otros delitos de intolerancia: 4.000 delitos de odio en el último año, 86 víctimas mortales en los últimos 25 años.
El mismo estudio advierte sobre la existencia de grupos racistas y xenófobos en todas las comunidades autónomas, de más de 10.000 ultras y neonazis en España, de más de 1.000 sitios xenófobos en Internet y decenas de conciertos neofascistas cada año.
Un estudio que se nutre del testimonio contrastado de personas comunes que han levantado el dedo contra la Indiferencia dispuestos a que ese gesto sea el principio de muchos. Un paso más contra esta absurda Indiferencia, contra esta “MIERDA” de teatro.