Los colectivos de apoyo a los refugiados en Cantabria derriban fronteras
Sin que nadie lo hubiera previsto ni planificado, en Cantabria han convivido, durante apenas unos días, dos iniciativas distintas de apoyo a la crisis humanitaria de los refugiados.
Por un lado, Pasaje Seguro, un movimiento colectivo surgido de distintos ciudadanos, gentes de la cultura y miembros de asociaciones, que organizaron la manifestación de hace dos semanas y algunos de cuyos impulsores venían de organizar previamente acciones como el envío de cartas a las instituciones o el evento cultural que acogió La nave que late.
Y luego, con un gran efecto sorpresa, está la iniciativa de una ciudadana particular, Fátima Figuero, que pidió, a través de la ONG Cantabria Acoge, material para Lesbos (Grecia), en un llamamiento que tuvo una acogida que desbordó todas las previsiones y todos los muros de Facebook y Whassaps.
El objetivo era común, en un caso tenían ya una experiencia previa y en la otra una notable repercusión en redes sociales, y, además, en ambas partes hay personas de las que rehúyen protagonismos y piden que no se les cite expresamente.
De modo que han generado una confluencia, ahora se llaman Pasaje Seguro y Santander Con Lesbos (el nombre con el que se dio en denominar a esta última iniciativa) y difunden conjuntamente los llamamientos de ayuda mientras piensan en la organización de acciones y eventos conjntos.
Con su primer mensaje, compartido desde Facebook, de Lesbos a Cantabria, Fátima superó con creces su objetivo inicial: esperaba conseguir 300 kilos de material como mantas y abrigo y acabó recolectando 12.000.
Las instalaciones de Cantabria Acoge se quedaron pequeñas y hubo que recurrir a una nave en Cacicedo de Camargo, donde hay voluntarios que han estado trabajando estos días en embalar el material.
De modo que ahí está la primera necesidad: dar salida a todo este material, que allí será recibido por un cántabro, Carlos Zavala, guardacostas voluntario, con quien están en contacto, al igual que con otros cántabros que acaban de ir allí (caso de Ricardo Calzada) o que ya estaban y que trabajan en los campamentos.
Pero para darle salida se encuentran con necesidades logísticas, como un contenedor, por lo que hacen un llamamiento a las empresas navieras cántabras que tienen infraestructura.
De momento, sí que han encontrado respuesta de empresas como Lostal o Bathco (que les han entregado palets para facilitar su transporte), junto a un montón de iniciativas y actos personales, particulares, algunos de personas en situaciones extrema de paro.
Y han sumado las colaboraciones de la asociación Ruta 6, de Cabezón de la Sal, también punto de recogida de material, o la castreña Respuesta Solidaria Una más uno, o Cáritas, que ha aportado alimento infantil y leche en polvo.
También piden productos muy especializados, que les están demandando desde el terreno, como toallas térmicas, o, simplemente, cajas para poder embalar todo el material que tienen almacenado.
Allí, desde el terreno, les plantean otras situaciones, como las mafias que están empezando a traficar con las tiendas de campaña, junto a otros problemas que está relatando, sobre el terreno, en la frontera entre Grecia y Macedonia, otro cántabro, el bloguero y tuitero Principia Marsupia.
El objetivo final, lo deseable, es “aunar esfuerzos” y coordinar acciones que combinen lo inmediato, es decir, la atención directa a las necesidades de los refugiados, con la labor de fondo, conseguir que se abran las fronteras, que se establezcan rutas de pasaje seguro con las que se cumpla, además, la legalidad internacional en esta materia.
Un trabajo, que, recuerdan, “deberían hacer los Gobiernos”, que, en el plano local y autonómico, aún no se han dirigido a ellos.
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