Dani García, otra vez rey del Obsession A2 Fussion
El deporte, en ocasiones, no se queda solamente en una determinada disciplina. Lo normal es dedicarte por entero al lanzamiento de disco, al voleibol o a descubrir mundo mediante la escalada, por poner algunos ejemplos. Pero de vez en cuando surgen mezclas, el mezclar es el germen de disciplinas como el triatlón, que además hace años tiene la alternativa salvaje que se conoce como Iron Man.
Mezclar deportes, porque se sea diestro en más de uno, dará como resultado que nunca se será el mejor en un deporte, pero sí se podrá ser más completo físicamente. El triatlón es una clara muestra de ello. Una prueba que es olímpica desde el año 2000 y que cada vez cuenta con más practicantes.
El evento Obsession A2 Fussion se ha ido modelando. Ya lleva cuatro ediciones y parece haber encontrado la mezcla perfecta. No se trata de poner a prueba la capacidad atlética y de resistencia de sus participantes, sino su destreza y habilidad sobre una tabla, pero en ambientes totalmente distintos.
Primero, se trata de buscar el frío intenso, en pleno invierno, para ponerse una tabla bajo los pies y descender deslizándose por la nieve. Snowboard. Al día siguiente, cambiar todas las capas de ropa y las gafas especiales antiquemaduras por el traje de neopreno. Se coge una tabla más grande y al agua, a surfear.
La competición tiene un dueño claro: el cántabro Dani García. Ya son tres ediciones consecutivas triunfando. Esta vez no fue el mejor en ninguna de las dos especialidades. Pero se trataba de una competición con cerca de 100 inscritos, y y García acabó segundo en la nieve y octavo en el agua. Eso quiere decir que es bueno en las dos cosas.
Sí, el paralelismo entre los dos deportes es obvio, tanto que el surf ha inspirado de alguna manera a bastante gente para que naciera el snowboard, pero a la hora de ponerlo en práctica la diferencia del medio y, generalmente, de la climatología, hace que no sea tan sencillo adaptarse.
Alto Campoo recibía a la caravana de este evento el sábado por la mañana para afrontar la primera parte. El viernes ya habían tenido una cena los participantes en Santander, en el restaurante Maremondo (donde se podía seguir a través de pantallas la competición en los días siguientes), incluso había una sesión de Dj’s preparada, pero era mejor no alargarse mucho, porque el sábado tocaba madrugar y abrigarse para subir a la principal estación de esquí de Cantabria.
En la altitud esperaba un embajador de lujo, el cántabro Laro Herrero, olímpico en Sochi 2014 en snowboard. Una figura del deporte cántabro que iba a velar por una competición divertida y limpia. Y además, se encargó de supervisar el circuito de la prueba sobre nieve. Abundante nieve, por cierto. Allí, el vencedor fue el vasco Mikel Urigoitia, pero con García pisándole los talones.
Se debían disputar dos mangas, empezando con algo de retraso sobre las 11 de la mañana, hora fijada para el arranque, y se tomaba el mejor tiempo de cada competidor. En las dos, Urigoitia y García fueron los más rápidos sobre las 14 puertas y el salto intermedio que había en el recorrido. En ese momento, el vasco ya debía temer que tenía muy difícil la victoria.
Para los que no podían subir a Alto Campoo a disfrutar el snowboard, la organización tenía reservadas actividades paralelas en varios puntos de Santander, algunas también pensadas para niños. Se trataba de pasar un fin de semana deportivo y amigable y de disfrutar de la competición si se podía.
El domingo, la playa de El Sardinero, la más emblemática de Cantabria, acogía la prueba de surf. Otros años fueron playas más típicas de este deporte las que acogieron la competición del Obsession A2 Fussion, como Somo y Liencres. Esta vez se escogió el lugar cercano al cuartel general de los competidores, el Maremondo donde hubo también cena el sábado y comida el domingo para los participantes.
Al margen del deporte de las olas, en El Sardinero se montaron redes para jugar al voley y había otras actividades muy cerca de la playa. El día estaba entretenido y, desde poco después de las nueve de la mañana, los protagonistas ya estaban en el agua. Quizá sin poder dar demasiado espectáculo, porque el mar tampoco tenía demasiado movimiento.
Aquí nos encontramos con la sorpresa de que ganó un surfista amateur, de categoría sub-16. Se trata del vasco Adur Amatriain, una de las grandes promesas que España tiene en este deporte, minoritario, pero también con un poder de atracción que lo hace siempre estéticamente muy bello. Seguro que volveremos a oír hablar de él en el futuro.
El restaurante Maremondo volvía a ser protagonista. Allí comieron los participantes. Después de la sobremesa, se produjo la entrega de premios y la despedida de este gran evento, que promete volver en 2017 superándose a sí mismo. Tras cuatro años, se puede decir que se está convirtiendo en un evento de referencia, que atrae cada vez más deportistas de fuera de la región. Le falta dar un salto internacional, aunque es mejor no correr más rápido de lo posible.
El próximo año esperemos que esté Dani García, retando (deportivamente) a los que vengan a Cantabria a arrebatarle la corona que lleva tres años conquistando.