Cantabria fue la comunidad autónoma española que registró menos delitos de odio el año pasado: nueve casos, según recoge el Ministerio del Interior en una estadística que recopila los incidentes relacionados con la intolerancia, sea hacia el sexo, religión, raza u orientación sexual, entre otros.

Es una estadística que establece tendencias y que sólo recoge los casos de los que hay constancia documental (es decir, denuncias, juicios, etc…), y quienes combaten la intolerancia advierten de que el principal problema suele ser la falta de denuncia por parte de la víctima debido al miedo.

El Ministerio del Interior recopila los delitos de odio

Dicho de otro modo: esta es una estadística en lo que un dato bajo no es necesariamente bueno y un dato alto puede ser indicador de una mayor concienciación ciudadana sobre el problema.

Es decir, el 90% de los casos queda sin denunciar, lo que supone que en Cantabria el total de delitos de odio ascendería a 111,

En el informe se llega a un desglose que ya permite hacer comparativas con el año anterior: en 2015 se redujeron significativamente los incidentes de racismo (de nueve a dos), pero crecieron los que tienen que ver con la orientación sexual, que han pasado de ser ninguno a dos y que la Consejería de Educación quiere combatir con planes específicos al detectar tics homófobos y machistas en las aulas cántabras.

Algunos casos trascienden ya a los medios de comunicación, como sucedió en 2015 con la muerte de un comerciante chino tras una paliza que le dieron tres jóvenes o la agresión a una pareja homosexual a la salida de una discoteca, también en la capital del Besaya,

Hay modalidades que cuesta creer que se produzcan, pero se producen: las agresiones a personas con discapacidad (que pasan de cuatro a tres) y lo que se conoce como aporofobia, que es el odio a las personas con menos recursos (y del que hemos tenido un ejemplo reciente con el trato dado por los hinchas del PSV a un grupo de personas que pedían limosna en Madrid). De estos últimos casos en Cantabria de ninguno a uno.

No se da ningún caso de antisemitismo (el odio a las personas con nacionalidad o ascendencia judía tiene una categoría específica) y hay un caso de odio por ideología.

En general, en todo el país, se comprueba un obvio aumento de casos en proporción con la población, que hace que, por ejemplo, la segunda comunidad con menos casos sea La Rioja.

En el conjunto de España, se registraron un total de 1.328 delitos de odio: el principal motivo sigue siendo el racismo y la xenofobia (505 casos), seguido de la ideología (308), mientras la orientación o identidad sexual ocupa el tercer lugar, con 169 casos en un momento en que hay más campañas sensibilizando sobre la necesidad de denunciar las agresiones homófobas.

El informe no sólo mide los hechos, las agresiones, etc.., sino que también trata de cuantificar lo que se llama el discurso del odio, esas expresiones que rezuman intolerancia y que son la antesala argumental o el caldo de cultivo del ataque al diferente: se identificaron 117, la mayoría por ideología, y seguida por el racismo, la orientación sexual o la discapacidad, que se manifiestan fundamentalmente a través de Internet mediante injurias o amenazas explícitas.

Proyectos como el del Observatorio PROXI tratan de localizar e identificar lo que se conoce como ciberodio, sobrerrepresentado en Internet en relación al mundo real, por lo que quienes trabajan a favor de la tolerancia llaman a actuar al respecto a través de Internet.

CONSULTA EL INFORME