Espacio Argumosa resiste a la especulación
||por ‘NANDU’ DE DIEGO, activista||
Hoy igual que ayer, amanece de nuevo en esta Torrelavega devorada por el hormigón y la prisa, donde el abandono urbanístico post-especulativo impera desde mucho tiempo atrás.
Es la misma ciudad inerte, descolorida y con olor a rancio que algunos políticos de turno mantienen como caldo de cultivo de un futuro condenado a ser imperfecto, en el que unos pocos amigos de la loa al poder (siempre tan erótico) hacen y deshacen a su antojo obviando las consecuencias de tal despropósito, y, lo más importante, haciendo caso omiso a las necesidades de su población.
En esta tesitura que nos encontramos, en la que el gobierno prefiere estrechar la mano de empresas fraudulentas, formando cárteles cuya única finalidad es acaparar los fondos públicos reservados a tales efectos a través de engordar los presupuestos de adjudicación de obras, comprendan queridos lectores mi interés por informarles sobre la existencia de un espacio libre y liberado, halo de luz entre tinieblas que desafía toda ley para convertirse en un ejemplo de participación vecinal e integración social, y que ha sentado un precedente en la lucha por la recuperación de terrenos infrautilizados dentro de nuestra jurisdicción.
Ciertamente me refiero al Espacio Argumosa, un antiguo solar en desuso sito en el número 9 de la calle de la que hereda su nombre (antaño un nido de ratas), reconvertido en adalid de la cultura, la ecología y los movimientos sociales a través de un proyecto autogestionado que recoge el testigo de quienes hace más de 25 años trataban de dotar de dinamismo al edificio allí existente.
Espacio Argumosa ha ido creciendo poco a poco en manos de la propia colectividád , de un modo natural.
Lentamente pero con paso firme, ha hecho del respeto y la tolerancia su única bandera, porque en este pequeño e utópico reducto todo el mundo tiene cabida, independientemente de su raza, género, ideología, condición sexual o clase social.
Es el fruto del trabajo de unos pocos y de la solidaridad de muchos.
Por ello, echando la vista atrás, no puedo más que contemplar con orgullo el rol que el espacio a adquirido en nuestro día a día, y como ha sabido sobreponerse a las múltiples adversidades para atender las demandas de los ciudadanos más inquietos.
Ya han sido varios los grupos que se han atrevido a hacer uso del escenario para deleitarnos altruistamente con su música, hemos podido disfrutar de proyecciones documentales al aire libre, de jornadas de lectura, talleres de artes plásticas y restauración, debates sociales, reuniones de ocio, comidas en buena compañía, reivindicaciones, grabaciones de videoclips, excursiones por nuestros montes, ciclos de poesía y mucho más…
Todo ello gracias a la voluntariedad de quienes con vuestro cariño , formais parte de esta experiencia.
Quizá por este motivo, Argumosa representa un peligro para las instituciones, por que puede convertirse en el máximo exponente de una nueva fórmula de creación de tejido social donde las mismas ceden su protagonismo al común de los mortales.
Y en estos tiempos, prescindir de las vías oficiales para la consecución de un objetivo común, supongo que representa una amenaza para la elite del caciquismo autóctono, tan acostumbrada a que se la solicite permiso para todo y tan opuesta a la autodeterminación popular.
Contrariamente a lo que algunos medios nos venden como una usurpación y un asalto a la propiedad privada, la intencionalidad y el origen de esta acción radica en la limpieza y adecuación de un rincón insalubre en pleno centro de nuestra localidad, como respuesta a la escasa atención depositada en los cuidados de estos espacios, convertidos insisto, en focos de infección debido a la inaptitud de parte del consistorio y algunos propietarios.
Cierto es que después del lavado de imagen inicial, nació un pequeño grupo asambleario que se reúne con carácter semanal, dispuesto a dinamizar el lugar con la esperanza de dotarlo de vida y que el resto lo asimilase como propio, mientras no se le concediese ningún uso por parte de los legítimos dueños, que siguen siéndolo, y a los cuales se insta a negociar al igual que al Ayuntamiento.
Pese a las primeras denuncias formuladas a algún miembro promotor, las identificaciones a implicados y varias solicitudes de desalojo, Espacio Argumosa sigue en pie con dignidad resistiendo a la especulación.
Un primer auto judicial avala este comportamiento, que lejos de ser considerado como peligroso o inmoral, es citado por la autoridad pertinente como ejemplo de labor social.
Mientras el proceso jurídico avanza hacia la resolución definitiva, no olvidéis que aún quedan muchas cosas por hacer, y que podemos convertir esta idea en el germen del que nazcan nuevas prácticas de civismo enfocadas hacia la autosuficiencia colectiva, perdiendo el miedo a construir pueblo, como pueblo que somos.
Porque Cantabria necesita fomentar la cultura, la educación y las relaciones sociales que nos garantizen un futuro digno, en vez de tanto parking y tanto ladrillo.
Espacio Argumosa son todos los espacios y debemos defenderlo como tal, reivindicando nuestros derechos y poniendo en valor el simbolismo y la energía que emana de su espíritu desobediente.