Las bajas temerarias, un sistema “perverso” pero legal
Son “legales”, como lo son tantas cosas, pero a la vez son “indignantes” y conforman un “sistema perverso” en las relaciones entre empresas e instituciones.
El de las bajas temerarias, o desproporcionadas, es un problema que viene denunciando desde hace tiempo el Colegio de Caminos, que incluso ha organizado jornadas de debate en torno a una práctica que perjudica a empresas y profesionales del sector, por las dificultades a la hora de competir en igualdad.
Pero también al ciudadano, por sus consecuencias sobre la calidad de los trabajos, las condiciones laborales o los sobrecostes que suelen acarrear las obras así adjudicadas.
Su decano, Enrique Conde, ha llamado la atención sobre la paradoja de que todos los partidos critican las bajas temerarias cuando están en la oposición, sin que dejen de producirse cuando llegan a los gobiernos.
“Todos están de acuerdo, pero cuando llegan y tienen que repartir, prefieren dejar el dinero y que los demás se peleen”, ha asegurado en la tertulia de BUENAS TARDES CANTABRIA.
Además, ha incidido en que en otras comunidades autónomas lo que se produce es, directamente, un concurso en el que priman otros criterios que no son económicos, por lo que ha opinado que “si el sistema no funciona, si los políticos son conscientes y el ciudadano es consciente”, entonces habrá que “darle una vuelta” al procedimiento de adjudicación de obra pública, yendo hacía .
A las bajas temerarias se suman bastantes administraciones: sólo en los últimos días hemos conocido como COPSESA, habitual de estas prácticas, ha logrado por esta vía el asfaltado de los viales de Torrelavega; SENOR, sancionada por su pertenencia al cártel del asfalto, y también recurrente en las bajas, la reforma de un parque en Menéndez Pelayo, en Santander.
O el parque de La Remonta, que hará Teginser, la misma empresa que libró la multa por los retrasos en la reforma de la plaza del Doctor Madrazo gracias a su apelación a una lluvia menor que nunca.