La crisis en Ganemos, otro fracaso de la nueva política
Ganemos, de nombre, y Santander Sí Puede, de apellido. Por ahí empieza la explicación del último estruendo de la candidatura popular que logró dos concejales en las últimas elecciones municipales en Santander, con la nada despreciable cifra de 6.000 votos.
El caso es que Ganemos fue la marca política de ámbito nacional a la que recurrió la candidatura de Santander Sí Puede, a ultimísima hora, para poder presentarse a aquellas elecciones. Llegaron tarde, como el conejo de Alicia en el País de las Maravillas, y quedaron en manos de un partido sin cara, ni ojos, ni boca. No hables con desconocidos, por más que te ofrezcan caramelos a la salida del cole.
Nueve meses después, Ganemos se posiciona con unos pocos militantes – sobran los dedos de una mano- cuya cabeza visible es la otra concejal, Tatiana Yáñez Barnuevo; estima las denuncias contra Antonio Mantecón, que cuenta con el apoyo muy mayoritario de Santander Sí Puede, como quedó demostrado en la moción de confianza, y procede a expulsarle ahora que habían conseguido tener grupo municipal.
Esto puede significar, en definitiva, más ruido – deslegitimación del movimiento político- y menos recursos para hacer oposición. Porque Mantecón puede quedar como concejal no adscrito y, en buena lógica, Yáñez-Barnuevo pasará al Grupo Mixto a compartir recursos con el concejal de IU, Miguel Saro.
Vamos, que el PP, el poder en Santander se tiene que estar frotando las manos. Antonio Mantecón, ingeniero industrial que en política procede del 15-M y de la PAH, había conseguido irritar al alcalde, Iñigo de la Serna, Pleno a Pleno.
Con sus iniciativas, pero sobre todo con una actitud incisiva y contestataria a la que ningún alcalde – y desde luego el de Santander, gobernada siempre a golpe de mayoría absoluta- estaba acostumbrado. Casualidades, en política, las justas.
Lo que le está pasando a Santander Sí Puede tiene que ver con la política, que cada vez más constatamos que no es nueva ni vieja.
- Las prioridades en política. Las de Podemos en su día, que dejaban en desamparo a buena parte de su electorado con su decisión de no ir a las municipales. Aparte de que no fue un criterio fijo (sí participó de las candidaturas de Madrid o Barcelona), tuvo como consecuencia el impulso de candidaturas de forma precipitada y unas mejor organizadas que otras (Las Mareas gallegas como ejemplo de mejor funcionamiento; o mayor madurez y cohesión).
- Precipitación. Santander Sí Puede, formado por la gente que sufrió la primera purga en la creación de Podemos -Antonio Mantecón era el número dos de Juanma Brun-, se tuvo que echar en manos de unos especuladores de la política, los creadores de la marca Ganemos. No tuvieron tiempo de crear un partido instrumental y aún así se presentaron, en manos de gente de Barcelona que no conoce a ninguno de sus 6000 votantes. Haber ocultado esto, no deja de ser un pequeño fraude democrático. Las prisas son malas consejeras. También para conocer mínimamente a la militancia y a los candidatos. De repente se necesitan 30 nombres para una lista y se puede colar algún militante de otro partido que a la postre actúa como un torpedo en la línea de flotación. Filtraciones, chascarrillos… nunca el PP de Santander estuvo tan informado de los movimientos dentro de un partido de la oposición. Todas las miradas apuntan a la número dos, Yáñez-Barnuevo – que guarda silencio desde hace meses-, y a sus contados colaboradores.
- La mala gestión del conflicto interno y la discrepancia. Porque las broncas cuando hay que tenerlas se tienen. Es natural discrepar y discutir, sobre todo en movimientos políticos que surgen de ansias de más y mejor democracia. Pero en los nuevos partidos con origen en los movimientos sociales han llegado a tratar al adversario interno peor que al peor de los enemigos de las causas que defendían. Viniendo como vienen de la PAH – que se ha llegado a partir en dos- han trasladado más rencor hacia dentro que hacia la banca. Y superada la línea del insulto, no hay relación que se pueda recuperar del todo. La desconfianza lo mancha todo.
- Depresión del electorado. Porque otra tendencia que tienen en estos partidos es a pensar que Si Se Puede son ellos, los 15-20 que participan activamente en las asambleas. Pero fueron 6000 votos de cambio depositados en Ganemos Santander. El 53,61% de los que votaron en mayo de 2015 eligió opciones de cambio (otra cosa es que varios cientos se puedan sentir defraudados por Ciudadanos) frente a un 40% que se mantuvo en el PP.
Todo ese rédito es el que están tirando por la borda en menos de un año. A ese electorado le dolerá especialmente esta incapacidad para gestionar la confianza de una mayoría social que quería cambio, sobre todo cuando cada vez vemos más de lo mismo.
Dicen que de una derrota o fracaso se aprende más que de una victoria o del éxito. Tienen todavía tres años para reconducir estas tendencias.
pep
El señor Guillem por lo que veo esta muy mal informado, no ve los elementos que se colaron en Si sed puede, que son los que hicieron salir primero a Brun y despues a la mayoria de los miembros del partido en si, porque solo su mala gestión , me refiero al entorno Mantecón los que lo han hecho mal muy mal desde el principio, machismo, despotas y maltrato sobre manera a la concejala, prepotencia y sobreb todo mentiras y engaños m,anifiestos. Por cierto el tiempo dara rezones y se vera qui8en tiene mas partidarios y quien es capaz de hacer mas cosas en favor de los ciudadanos si unos con su chuleria u otros con su hunildad. saludo